Bowles Y Gintis

La correspondencia entre la organización de la vida en la escuela y la organización del mundo del trabajo (ejemplo de esto son las relaciones jerárquicas, la enajenación de los estudiantes por la falta de control que tienen sobre su educación, el hecho de que su motivación sean las calificaciones y otras recompensas externas que los hacen competir entre sí…) tiene como consecuencia la reproducción de la división social del trabajo y la estructura de clases mediante la producción de una fuerza de trabajo fragmentada y sumisa. Y esto se da no solo mediante los conocimientos que se adquieren en las aulas sino a través del conjunto de las experiencias escolares. Allí se efectiviza la reproducción de la conciencia, lo que significa que se delinea el dominio de lo posible en la conciencia de la gente (ya que la coerción por sí misma no funciona si quienes están sujetos a ella quisieran unirse para enfrentarla, acabando así con la fragmentación). De este modo, la gente, con “ayuda” de la escuela, ajusta sus necesidades de acuerdo a los medios que tiene a su disposición para satisfacerlas -que dependen de la clase social de pertenencia-, o en todo caso, confía en “un futuro mejor”. El concepto que cada uno tiene de sí mismo y de sus facultades también depende de la clase social de pertenencia y también es moldeado por la escuela. Además la experiencia diaria actúa como fuerza de inercia estabilizadora. Los diferentes niveles de educación colocan a los trabajadores dentro de diferentes niveles de la estructura ocupacional y, correspondientemente tienden hacia una organización interna comparable a los niveles de la división jerárquica del trabajo. Conforme los estudiantes “dominan” un tipo de reglamentación conductual se les permite pasar a la siguiente o bien se les encauza al nivel correspondiente en la jerarquía de la producción. Así, se definen sus probables posiciones económicas futuras. También juega un papel relevante la familia en la relación entre la instrucción escolar y los logros económicos. Por un lado, porque si formas parte de una familia acomodada existen muchas posibilidades de que asistas a una institución educativa acomodada. Por otro lado, por la socialización familiar

...