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Breve Introducción Del Crecimiento De Las Plantas


Enviado por   •  16 de Diciembre de 2013  •  2.132 Palabras (9 Páginas)  •  691 Visitas

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INTRODUCCIÓN AL CRECIMIENTO DE LAS PLANTAS

LA VIDA independiente de una planta superior comienza en el momento en que una semilla germina. Las semillas son los órganos elaborados por la reproducción de las plantas adultas. Tienen la posibilidad de ser transportadas a distancia de donde son producidas, ya sea por el viento, el agua y/o los animales (diseminación), para generar nuevas plantas en otros sitios. La gran mayoría de las semillas pueden permanecer en un estado de respiración reducida o prácticamente suspendida, interrupción del crecimiento y parcial deshidratación, por un tiempo más o menos largo (latencia o letargo), hasta que las condiciones externas son adecuadas para la iniciación del crecimiento de la nueva planta.

Si estudiamos cuidadosamente la anatomía de una semilla, nos daremos cuenta que consiste esencialmente en una pequeña planta encapsulada dentro de una cubierta más o menos resistente y provista de los alimentos orgánicos necesarios para comenzar a crecer. Generalmente son almidones o grasas y proteínas. La gran mayoría de las semillas contienen muy poca agua, así que necesitan un medio externo húmedo para hidratarse y aumentar de volumen antes de que se inicie la germinación.

Como podemos ver en la figura 20, las semillas de diferentes plantas varían en forma, tamaño y anatomía interna pero, en esencia lo más importante, es que en todas se halla contenida una pequeña plantita que es el embrión de una futura planta. A veces, el embrión es sólo un conjunto de células sin forma definida aún en las semillas más pequeñas pero, en la mayoría de los casos, el embrión muestra ya las primeras partes de lo que será la futura planta: raíz, tallo y hojas en escala diminuta.

Figura 20. Las semillas son muy diversas en cuanto a formas y tamaños; también lo son sus agentes de dispersión y sus mecanismos fisiológicos de latencia.

Las células que forman el embrión de la semilla son pequeñas y tienen una forma que tiende a ser esférica o poliédrica (isodiamétrica). Tienen una cubierta externa, parecida a una cápsula, llamada pared celular que es delgada y elástica. La pared celular es una estructura típica de las células vegetales pues siempre la presentan, a diferencia de las células animales que por lo general son desnudas.

En la figura 21 está representada una célula vegetal más o menos generalizada. La pared celular tiene mucha trascendencia fisiológica para las plantas y determina gran parte de sus particulares características que las hacen tan diferentes de los animales.

Figura 21. Las células de los vegetales superiores tienen varias estructuras que les confieren sus características distintivas: la pared celular (PC) las cubre totalmente y les confiere cierta rigidez, pero no las aísla completamente de las células vecinas; la vacuola (V) sirve de receptáculo de desechos y compuestos secundarios; los cloropastos (C) son los organelos en los que se efectúa la fotosíntesis, sólo presentes en células de tejidos verdes.

Continuando con la descripción del proceso de germinación, éste se inicia cuando el agua penetra al interior de las células embrionarias que entonces aumentan de volumen y algunas comienzan a alargarse, perdiendo su forma isodiamétrica para adquirir una forma cilíndrica o prismática. El crecimiento en longitud que esto ocasiona en el embrión, hace que la raíz, posteriormente el tallo y en ocasiones las hojas embrionarias salgan de la semilla, o de lo que de ella queda, terminando así la germinación e iniciándose el crecimiento de la nueva planta de los dos medios que en adelante ocupará: el suelo y el aire. En la figura 22 hemos representado la etapa crucial del establecimiento de una plántula.

Figura 22. El establecimiento de las plantas ocurre cuando se terminan las reservas alimenticias almacenadas en las semillas y las plantas tienen que empezar a desprender de los recursos del medio. Éste es el momento más crítico de la vida de una planta.

Durante el crecimiento, la formación de los tejidos de las plantas sigue básicamente tres pasos: la división (o mitosis) de las células embrionarias para formar nuevas células, el agrandamiento y/o alargamiento de estas células y su diferenciación final en células con una función específica, ya sean vasos, células fotosintéticas, almacenadoras, epidérmicas, etc., que desempeñarán su función durante el resto de su existencia ya sea en forma viva o no, dependiendo de cuál sea el tejido u órgano que se esté desarrollando.

La transformación sufrida impide por lo general que una célula ya diferenciada pueda dividirse o reproducirse, por lo que todo crecimiento o desarrollo posterior que ocurra se inicia sólo en las partes de la planta en las que se conservan conglomerados o capas de células no diferenciadas, similares a las células embrionarias. En la figura 23 se muestran los diversos caminos que toma la diferenciación de las células vegetales a partir de las células embrionarias.

Figura 23. Las células aún no diferenciadas o "merismáticas" se transforman en células funcionales creciendo y alargándose. Su pared celular se engruesa y su contenido citoplásmico se modifica de diferentes maneras, dependiendo de la función que finalmente tendrá la célula que se está formando en cada nuevo tejido de la planta. A) Vaso conductor de savia. B) Célula del tejido fotosintético.

Mientras existan células juveniles sobrevivientes en una planta, ésta podrá continuar creciendo sin importar cuán vieja sea; por eso es posible que existan árboles gigantescos de muchos cientos de años de edad, ya que algunas de sus células siguen siendo siempre jóvenes.

En todas las células diferenciadas la pared celular es más gruesa y rígida que en las células embrionarias. En algunos tipos de células los cambios que ocurren en su interior determinarán si éstas van a funcionar finalmente como una célula fotosintética en las hojas, o una célula epidérmica como las que cubren la superficie de hojas, ramas y tallos verdes, una célula estomática, un pelo absorbente de la raíz, una célula almacenadora de alimentos, —como las que forman el mayor volumen de una papa o un camote— o algún otro tipo de célula que va a efectuar la función a la que está destinada cuando aún está viva.

Otras células de las plantas sufren sus principales modificaciones en la pared celular, transformándose en vasos, fibras o células de resistencia, que efectúan su función cuando están ya muertas, porque su trabajo es puramente mecánico.

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