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Bronquitis En Aves


Enviado por   •  10 de Junio de 2013  •  7.584 Palabras (31 Páginas)  •  463 Visitas

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Programas de vacunación con las vacunas contra la Bronquitis Infecciosa (BI)

No existe una regla general que pueda ser aplicada en este caso. Cada programa debe ser adaptado a las demandas de la situación de campo. No obstante deben tomarse ciertas consideraciones:

• A qué edad se necesita más la protección contra la Bronquitis Infecciosa (BI)

• Las cepas de campo presentes determinarán cuales serán las vacunas (protectotipos) a elegir.

• Se debe evitar la interferencia con otras vacunaciones (vivas); las vacunas contra la BI pueden interferir con por ejemplo las vacunas contra la Enfermedad de Newcastle.

El enfoque de la vacunación contra la Bronquitis Infecciosa

Es muy importante establecer el propósito de la vacunación

Pollos de engorde - La vacunación se enfoca en la reducción de las pérdidas económicas causadas por las infecciones de BI ya que esto se refleja directamente en pérdidas de peso y en un resultado productivo bajo del lote.

Ponedoras y reproductoras - El enfoque de la vacunación es proteger el oviducto contra las infecciones de BI lo que puede resultar en “falsas ponedoras”, caídas de producción y cambios en la calidad interna y externa de los huevos.

En este contexto la vacunación de aves jóvenes se hace a una edad temprana (primer(os) día(s) de vida) y especialmente en pollos de engorde se enfoca en inducir suficiente protección como para cubrir el periodo de engorde. En ponedoras y reproductoras los programas se enfocan en la protección del oviducto durante las primeras semanas de vida utilizando para esto vacunas vivas atenuadas modificadas. Durante el periodo de producción hay necesidad de una protección amplia y duradera y para esto se utilizan por tanto las vacunas inactivadas.

El momento de la vacunación

Generalmente se recomienda dejar 2 semanas entre dos vacunas vivas contra la BI. Para obtener el mejor efecto de la vacuna inactivada preferiblemente se deben dejar de 4-6 semanas entre la última vacuna viva y la aplicación de la vacuna inactivada.

Cepas vacunales

En el caso de no presentarse cepas variantes o si de estar presentes caen dentro del protectotipo del serotipo Massachussets entonces se puede utilizar un programa basado en este serotipo. De no ser así, se puede obtener una protección más amplia al incluirse vacunas de otros serotipos (tales como la Nobilis® IB 4/91) en el programa.

No es siempre obligatorio usar el mismo tipo de virus en las vacunas vivas y en las inactivadas en el programa. Algunas vacunas vivas reaccionarán con componentes heterólogos de BI en la vacuna inactivada y ocurrirá un estímulo de la inmunidad frente a tipos diversos del virus de la BI, lo cual resultará en protección cruzada. Este es por ejemplo el caso del uso de Nobilis® IB 4/91 y al final de la recría una vacuna inactivada que contenga una cepa del serotipo Massachussets, se dará una reacción cruzada que resultará en niveles altos de anticuerpos neutralizantes no solo contra el tipo Massachussets sino también contra el serotipo 4/91 y otros serotipos del VBI.

Para sugerencias sobre programas de vacunaciones ver las vacunas Nobilis® IB bajoVacunas.

http://www.bronquitis-infecciosa.com/vacunacion-programas.asp

Prevención y tratamiento de la bronquitis infecciosa aviar

Última actualización 21/11/2011@15:17:59 GMT+1

En este artículo se revisan y analizan los aspectos más relevantes de la bronquitis infecciosa aviar, así como su situación en España durante los últimos años. Además, se discute un posible enfoque diagnóstico para mejorar el control de este proceso infeccioso.

Roser Dolz Pascual1, Kateri Bertran Dols2 y Natàlia Majó Masferrer1,2

1Centre de Recerca en Sanitat Animal (CReSA), UAB-IRTA

2Departament de Sanitat i Anatomia Animals, Universitat Autònoma de Barcelona

Imágenes cedidas por las autoras

La bronquitis infecciosa aviar (IB) es una enfermedad vírica, aguda y altamente contagiosa que afecta únicamente a aves gallináceas (Cavanagh y Naqi, 2003). Pese a ser descrita por primera vez en 1930, sigue siendo, a día de hoy, una de las principales causas de pérdidas económicas en la industria avícola a nivel mundial (Office, 2004).

Las principales vías de transmisión de la enfermedad son los aerosoles o el contacto con heces de animales infectados, en el que también se excreta virus de manera importante (Raj y Jones, 1997). Tras la entrada en el animal por vía respiratoria, el virus se replica en el epitelio respiratorio de cornetes nasales y tráquea e induce signos clínicos respiratorios (estornudos, tos, estertores, secreción nasal y conjuntivitis) y lesiones en mucosa de tracto respiratorio superior (congestión, petequias y abundante exudado catarral mucoso) (Nakamura et al., 1991). El tropismo tisular y la capacidad de replicar en otros epitelios distintos al respiratorio varían entre cepas de IBV. Algunas cepas pueden replicarse en el epitelio de los túbulos renales causando cuadros clínicos con mayor mortalidad, mientras que otras replican en el epitelio del oviducto, y como consecuencia causan alteraciones externas e internas en los huevos (Chong y Apostolov, 1982); (Jones y Jordan, 1970).

Enfoque diagnóstico de la enfermedad

En la actualidad parece claro que el control eficaz de la bronquitis infecciosa debe ir precedido por un diagnóstico preciso de la enfermedad que incluya la determinación del serotipo de virus que afecta una granja, dado que el tipo de vacuna a utilizar debería ser diferente según el subtipo de virus circulante. Los signos clínicos y lesiones observados en las aves pueden ser indicativos de IB, pero en ningún caso serán patognomónicos, de modo que es necesario confirmar el diagnóstico presuntivo de IBV como el agente causal del cuadro respiratorio. Además, este diagnóstico debería determinar el genotipo o serotipo del virus implicado en el brote.

Agente causal

El agente causal de la IB es el coronavirus de la bronquitis infecciosa aviar (IBV). Se trata de un virus con cubierta, lo que le comporta una baja resistencia a condiciones ambientales y productos químicos como los desinfectantes. La estructura del virión incluye cuatro proteínas estructurales, de las cuales la más importante desde el punto de vista del diagnóstico de la enfermedad es la proteína de la espícula (S) (Spaan et al., 1988). Esta proteína es la responsable de la unión del virus a sus receptores específicos en las células del huésped y además es el principal antígeno viral, y en ella se localizan los epítopos inductores de los anticuerpos neutralizantes, serotipo específicos y hemoaglutinantes (Cavanagh et al.,

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