Bulying respecto a la obesidad

Bulying respecto a la obesidad

El bullying es el acoso físico o psicológico al que se somete de forma continua a una persona.

Con respecto a la obesidad: Es una de las causas más comunes en los últimos tiempos.

Se da porque hoy los estereotipos influyen en nuestra creencia de que la apariencia física es lo más importante y fundamental.

Se presenta más comúnmente en la niñez y adolescencia ya que en estas etapas el carácter de la persona se está formando y es más vulnerable; es decir la sufren pero también la provocan ellos. También la propia familia puede ser causante y objeto de bullying.

Se manifiesta: 1) verbalmente o por escrito: insultos, apodos, burlas, comentarios, etc.

2) social: burla pública, rechazo de un grupo por ser gordo, exclusión social, discriminación.

3) físico: implica daño a la persona o a sus pertenencias

4) cyberbullying: hoy día es el más utilizado. Consiste en el uso de la tecnología para acosar a la otra persona mediante mensajes privados, comentarios, amenazas, subir fotos o videos con acoso físico y verbal para publicarlo y difundirlo. Es un trato cobarde ya que el que lo realiza no da la cara y se esconde en la tecnología.

Esto trae consecuencias muy graves, más que nada psicológicas que influyen en el desarrollo de la vida del niño o adolescente y que lo llevan a sentirse mal consigo mismo. La persona por ello, tiende a refugiarse en la comida convirtiéndola en una adicción mayor, o bien, puede derivar en otras enfermedades peligrosas como la bulimia y la anorexia que pueden ser fatales. Como consecuencia extrema se puede provocar un estado de depresión o angustia que provocaría el suicidio.

Control de la obesidad

La obesidad al ser una adicción, no se cura sino que se trata o controla.

Consejos para el control:

• Aceptar la adicción y tener la voluntad de cambiar los hábitos alimentarios y bajar de peso.

• Buscar ayuda médica, psicológica y contención familiar.

• Concientizar que el problema no es de rápida solución y lleva su tiempo.

• Buena motivación y voluntad de curarse.

• Contener emociones para diferenciar adicción de hambre.

• Aprender a comer adecuadamente.

• Dejar la vida sedentaria.

• Sí a la vida con actividad física.

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