CESARE LOMBROSO, MEDICINA LEGAL

1. Cesare LOMBROSO (s.f.), Medicina Legal. Lección IV y lección XII. Madrid, La España Moderna.

CESARE LOMBROSO, MEDICINA LEGAL

LECCION IV

Mientras que la escuela clásica de derecho penal y las escuelas filosóficas espiritualistas creen que los criminales tienen las mismas capacidades intelectuales y los mismos sentimientos que las personas normales, la escuela positiva de derecho penal cree que estos criminales tienen unos rasgos físicos y psíquicos que los diferencian del resto de humanos. Esto último lo estudia la antropología criminal.

Según la escuela positiva, los criminales tienen caracteres anormales que son propios de nuestros antepasados, por ejemplo la mandíbula voluminosa o los pómulos salientes. También se refieren a los caracteres funcionales como la zurdez motoria y sensorial.

Lombroso, dice que la causa más frecuente y profunda de criminalidad es la epilepsia. En los que la padecen se pueden apreciar comportamientos animales como ladrar o morder.

Contra estas teorías de la escuela positiva se encuentran Reclus y kropotkin que decían que en los pueblos salvajes los delitos son poco frecuentes, pero Ferrero que también estudio estos pueblos, lo desmontó diciendo que estos humanos son incapaces para el trabajo regular y metódico y son impulsivos; y esta impulsividad es la base del delito. En estos pueblos normalmente viven tranquilos pero cuando tienen accesos de furor, cometen toda clase de violencias.

Volviendo con Lombroso, éste estudió a un pueblo del Nilo y confirmó lo que Ferrero decía: que aquellos seres eran vagos por naturaleza, que no hacían nada en todo el día y rara vez se producían actos violentos entre ellos. Además tenían unos caracteres físicos notables: cráneo pequeño, nariz similar a los simios. Pero lo más curioso de todo es la insensibilidad táctil que tenían.

Hay distintos tipos de criminales:

-Antropológico: el nacido con malos instintos.

-El de ocasión.

-El delincuente loco que es el que realiza actos nocivos en estado de locura.

-El delincuente por pasión

-El delincuente habitual: se aproxima al primero pero no posee sus características físicas, ni su corrupción. Lo realiza por las condiciones exteriores de su vida.

LECCION XII

El criminal nato tiene su analogía con el loco moral. La locura moral, es una alteración del sentido moral que puede llegar hasta la carencia absoluta de éste.

Una de las pruebas indirectas de la identidad de la locura moral con la criminalidad es la gran escasez de la primera en los manicomios y su gran frecuencia en las cárceles.

Esta forma se presenta escasísimas veces en mujeres.

Un cierto número de locos morales presenta estatura y peso superiores a la media. Los hay con cráneos demasiado grandes o demasiado pequeños y con frecuentes anomalías craneanas y fisionómicas como frente huida o dientes mal conformados; anomalías que han encontrado entre los criminales.

Su fisionomía sin embargo tiene menos anomalías que la de los criminales porque muchas de las locuras morales han aparecido en edad tardía y no han tenido tiempo de desarrollar un aspecto siniestro (el que tienen los delincuentes natos).

También tienen ciertos caracteres biológicos. Los locos morales como los criminales, pueden tener estrabismo, tics, diferentes ataxias etc…

Es frecuente también la zurdez sensorial, el tatuaje, las perversiones sexuales, la agilidad extraordinaria, la precocidad etc...

Por último tienen una serie de caracteres psíquicos como la carencia de sentido moral, el odio por el odio, la venganza por causas ligerísimas, la perversión de los afectos en el sentido de que exageran algunos de ellos, la vanidad excesiva para tener consideración pública, la vanidad del delito que quiere decir que lo escriben para tenerlo siempre, la pereza para el trabajo, la necesidad de vivir en medio de la sociedad, la inteligencia que puede ser desde un imbécil hasta una persona con inteligencia muy viva y cualidades como la astucia, ligereza, cinismo, mentira y neofilia. Tienen facilidad para la escritura, para la palabra y se inventan cosas que se las creen incluso ellos mismos.

La ultima analogía

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