CONTEXTO SOCIOCULTURAL, LABORAL Y ALIMENTARIO EN MUJERES MADRES DE LA CIUDAD DE HERMOSILLO, SONORA EN RELACIÓN CON LA PRESENCIA DE OBESIDAD

CONTEXTO SOCIOCULTURAL, LABORAL Y ALIMENTARIO EN MUJERES MADRES DE LA CIUDAD DE HERMOSILLO, SONORA EN RELACIÓN CON LA PRESENCIA DE OBESIDAD

Dalila Sposato

Hoy en día la obesidad es una condición cultural, psicológica y médica. En los últimos años, este problema se ha incrementado y es cada vez más común, puede incluso volverse una condición crónica de características multifactoriales. La obesidad es considerada como una de las principales causas de mortalidad en los países occidentales y su prevalencia está aumentando tanto en los países desarrollados como en aquellos que se encuentran en proceso de desarrollo. Sin embargo, algunos autores ya han llamado la atención sobre la necesidad de considerar que esta relación establecida entre la obesidad y la enfermedad varía según la población y debe tener en cuenta varios aspectos socioculturales y ambientales para tener una mejor comprensión del origen y desarrollo de la misma.

En los últimos cincuenta años el proceso de civilización se ha intensificado y ha dado origen a cuatro fenómenos muy distintos en relación con la alimentación, el cuerpo, y la salud: el establecimiento de un cuerpo ideal y normas dietéticas, el concepto de delgadez como atributo de salud y distinción social, el reconocimiento de la obesidad como una enfermedad y el negocio de la salud.

Los dos primeros fenómenos mencionados también influyen mucho en la construcción de un patrón estético "occidental" ideal que realza la delgadez como un modelo a seguir y que marca en nuestras sociedades el patrón cultural de lo que se llama un cuerpo atractivo y del que no lo es . Este proceso aumenta el conflicto de una angustia social y psicológica en aquellos individuos que se desvían del estándar establecido. En las sociedades occidentales, la obesidad es inequívocamente negativa: en términos estéticos, morales y de salud.

En nuestra sociedad los individuos tienen la posibilidad de elegir y recibir la responsabilidad social de su propia enfermedad. La posibilidad de elegir el tipo de alimento significa, por lo tanto, el modo de comportarse (principalmente urbano), así como el desarrollo de políticas nutricionales y de salud pública. Algunos expertos han demostrado que el estatus socioeconómico y educativo está involucrado en el proceso de elección de alimentos. Por otro lado, hoy es casi reiterativo recordar que en las últimas décadas ha habido un cambio económico, social y demográfico que ha llevado a cambios en la dieta y los estilos de vida que han afectado los fundamentos mismos de nuestro modo de vida: un aumento de la población urbana y una mejor economía están vinculadas a una reducción del ejercicio físico, a un aumento de las horas de trabajo, menos tiempo para dedicarse a tareas domésticas y, por tanto, en la cocina, teniendo como consecuencia el enriquecimiento calórico y lipídico de las ingestas diarias , el aumento de la ingesta de alimentos procesados industrialmente y rutinas diarias que llevan a consumir alimentos de fácil preparación, así como un mayor número de comidas fuera de casa.

También las personas pobres, con bajo poder adquisitivo, se han visto afectadas por la crisis y sus opciones alimentarias se deben a su condición de pobreza. Desde el punto de vista biomédico y como paradigma principal, la reducción de la actividad física y un aumento en la ingesta de alimentos son las dos principales causas de la obesidad. Sin embargo, la obesidad también implica un importante deterioro de la capacidad funcional y de la calidad de vida de las personas que la padecen.

Aunque la obesidad es percibida por los afectados como un problema que impacta negativamente a su movilidad física en el sentido de limitación de actividad y dolor muscular, esquelético, respiratorio y corporal, también les provoca algunos problemas psicológicos como depresión, insatisfacción corporal, baja autoestima y baja calidad de la salud y vida  sexual. Como resultado, las personas obesas se enfrentan al desafío de conseguir una pérdida de peso no sólo para mejorar su apariencia física, sino también para disminuir diversos problemas psicosociales derivados.

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