CRISIS DE LA SOCIEDAD TRIBAL

CRISIS DE LA SOCIEDAD TRIBAL

Los dorios, nuevos señores de Grecia tenían una organización tribal parecidas a la de los aqueos. Cuando llegaron a su nueva sede, la civilización micénica se hallaba ya no en notable declive, y Grecia tendía cada vez más a encerrase a sus propios confines, renunciando por la fuerza de la situación a su relevante presencia en el Egeo. En los primeros siglos del nuevo milenio la economía de la península fue exclusivamente campesina. Pero una profunda crisis comenzó prontamente a correr a los mismos cimientos de la sociedad tribal campesina. La aparición de las diferencias en el asunto de riqueza era incompatible con el tipo de organización tribal que era esencialmente igualitario y se basaba en la propiedad indivisa, en la mutua solidaridad y en el intercambio en forma de donativos reciproco. Por otra parte, la crisis del campo obligaba a sus gentes a desplazarse a la ciudad, para dedicarse a otras actividades. En Corinto donde el istmo había sido siempre lugar obligado de paso para toda la ruta que atravesaban el mundo griego, ya los soberanos báquidas-cuyo nombre procedía de Bacchis, su progenitor. Los soberanos fueron sustituidos por magistrado anuales, los britanos, que aún pertenecían al geno de los báquidas. Estos tomaron parte activa en el comercio, convirtiéndose en promotores de aquella civilización de Occidente, que fue uno de los resortes más poderosos para el desarrollo económico del mundo griego.

LA POLIS EN TIEMPOS DE LUCHA CONTRA EL BARBARO

La obra de Pisistrano no resolvió por cierto los graves problemas del Ática; no obstante, con la tiranía, el poder de la aristocracia terrateniente quedo marginado durante algún tiempo y la polis comenzó a asumir la fisionomía de un estado. Más, a pesar de las reformas del salón y de Pisistrano, los poderosos grupos gentilicios continuaban formando el esqueleto económico y político de la sociedad ateniense. Los alcmeónidas, exiliados por Pisistrano supieron ganarse el favor del oráculo de los Delfos, encargándose de la construcción del nuevo templo de Apolo, apenas iniciado. El santuario de Delfos desempeño probablemente un papel muy importante, como nos dice Herodoto, alentando a los espartanos a poner fin al dominio de los partidarios de Pisistrano. Más, cuando Cleomenes, rey de Esparta hubo libertado la ciudad, las camarillas aristocráticas hicieron valer su antiguo rencor contra los alcmeónidas, y Clístenes fue destrozando por su antagonista Iságoras, que se hizo cargo del poder. La reforma de Clístenes do un golpe mortífero a las viejas estructuras, que constituían la espina dorsal de la hegemonía aristocrática: las cuatro tribus jónicas y las fratrías, que representaban el eje de la organización gentilicia, fueron privadas de toda autoridad política; a las fratrías sólo les quedaron las prerrogativas de carácter religioso.

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