Candida Albicans

Resumen.

I. Introducción

Se ha observado en los últimos años un notable aumento de infecciones graves producidas por hongos no considerados tradicionalmente como patógenos. Estas infecciones afectan a pacientes con alteración de las defensas inmunológicas como consecuencia de enfermedades de base, tumoraciones malignas, SIDA o tratamiento inmunosupresor; trastornos de las barreras defensivas naturales, o alteraciones de la flora microbiana normal. Estos hongos se aprovechan de la situación debilitada del huésped y se trasforman en patógenos, situación a la que procede el nombre de micosis oportunistas (Murray, etal., 1992).

Las Candidosis son reconocidas desde la antigüedad, como por ejemplo; Hipócrates describe una entidad como “aftas o placas blancas” (figura 1) que aparecen en sujetos debilitados, Las c que probablemente corresponde a la estomatitis que es producida por C. albicans. El micólogo francés Gruby, reafirmo en 1842, las ideas expresadas años antes por Berg y Bennett, de que el organismo descrito por Langenbeck en 1839 en las lesiones de “muguet” o algodoncillo (Sin darles papel patógeno), es en efecto la levadura responsable de esta patología. Una decena de años más tarde, en 1853, Robin reconoció que la baja del estado general hace susceptible al organismo para permitir el desarrollo de Candida y discutió afirmativamente la posibilidad de generalización de las lesiones. Ya en nuestro siglo, con motivo del uso frecuente en terapéutica de los antibióticos de espectro amplio, los glucocorticoides y los cititoxicos, así como la drogadicción por heroína y otros compuestos similares, propician frecuentemente el oportunismo de Candida. (Tay, etal., 1993).

Figura 1. Manifestaciones clínicas de aftas. Se aprecia el desarrollo de placas de color blanco.

La candidiasis es un problema infeccioso importante en el paciente inmunodeprimido. El espectro clínico de manifestaciones oscila desde las infecciones oscila desde las infecciones superficiales de la piel hasta infecciones potencialmente mortales. En ciertas condiciones, Candida albicans, C. tropicalis, C. kefyer, Candida glabrata, C. parapsilosis forman parte de la flora normal de los humanos. Pueden aislarse de las superficies mucosas sanas de la cavidad oral, vagina, tracto gastrointestinal y área rectal. En hasta el 80% de individuos muestran colonización en estas localizaciones, pero sin desarrollar enfermedad de ningún tipo. Como estos hongos adquieren su patogenicidad al aprovecharse del estado de debilidad del huésped, se les suele llamar hongos oportunistas. (Murray, etal., 2003).

Las candidiasis sistémicas son infecciones invasivas producidas por diferentes especies de levaduras del genero Candida, generalmente C. albicans (≥50%), pero también C. glabrata, C. tropicales y C. parapsilosis o, con menor frecuencia, C. krusei, C.guilliermondii y C.dubliniensis. Son infecciones de origen endógeno, pues C. albicans suele formar parte de la flora comensal de la cavidad bucal, el tracto digestivo y la piel, y se dan en pacientes con factores predisponentes que han recibido tratamientos prolongados con antibióticos de amplio espectro (Guillem Prats, 2006).

FLORA NORMAL

Flora normal es un término utilizado pare describir a las bacterias y hongos residentes permanentes de ciertas partes del cuerpo, especialmente la piel, la orofaringe, el colon y la vagina (Tabla 1). Los virus y los parásitos, normalmente no se consideran miembros de la flora normal, aunque pueden estar presentes en individuos asintomáticos. Según su localización anatómica, los miembros de la flora normal varian en número y en especies. Aunque la flora normal está localizada en muchas zonas del cuerpo, los órganos internos son estériles. Áreas como el sistema nervioso central, la sangre, los bronquios inferiores y los alveolos, el hígado, el bazo, los riñones y la vejiga están libres de microorganismos, excepto algún microorganismo transitorio ocasional. La levadura Candida albicans es un miembro de la flora normal de la piel. Puede penetrar en la sangre de una persona cuando una aguja perfora la piel (en pacientes con catéteres intravenosos o adictos a drogas por vía intravenosa). Es una de las causas más importantes de infecciones sistémicas en pacientes con inmunidad celular reducida. (Levinson.W, 2006).

La flora vaginal de una mujer adulta consiste básicamente en especies del genero Lactobacillus. Los lactobacilos son los responsables de producir el ácido que mantiene el pH bajo de la vagina de la mujer adulta. Antes de la pubertad y después de la menopausia, cuando los niveles de estrógenos son bajos, los lactobacilos contribuyen a prevenir el crecimiento de patógenos potenciales, ya que su supresión mediante el uso de antibióticos puede conducir a un aumento descontrolado de C. albicans. El crecimiento en exceso de esta levadura puede causar una vaginitis. (Murray., etal, 2003).

Tabla 1. Algunos miembros de la flora normal y su localización.

Miembros de la flora normal Localización anatómica

Candida albicans Boca, colon, vagina

Enterococcus faecalis Colon

Escherichia coli y otros coliformes Colon, vagina, uretra externa

Especies de Bacteroides Colon, garganta, vagina

Especies de Clostridium Colon

Especies de Corynebacterium Nasofaringe, piel, vagina

Especies de Haemophilus Nasofaringe, conjuntiva

Especies de Lactobacillus Boca, colon, vagina

Especies de Neisseria Boca, nasofaringe

Estreptococos del grupo viridans Boca, nasofaringe

Gardnerella vaginalis Vagina

Propionibacterium acnes Piel

Pseudomonas aeruginosa Colon, piel

Staphylococcus aureus Nariz, piel

Staphylococcus epidermis Piel, nariz, boca, vagina, uretra

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Dentro de estas levaduras,

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