Cartas a quien pretende enseñar
Enviado por vaqueroos • 22 de Mayo de 2013 • Ensayo • 2.671 Palabras (11 Páginas) • 311 Visitas
CARTAS A QUIEN PRETENDE ENSEÑAR
En este ensayo se describirá “Cartas a quien pretende enseñar” de Paulo Freire Realizando la descripción de las conexiones existentes entre los componentes de la educación y posteriormente los factores que utilizo, estudio y análisis de las diez cartas del autor, las cuales están dirigidos a los educadores. Con la intención de aportar a favor de una escuela democrática pretendiendo establecer un dialogo y de confianza entre nosotros los maestros, el valor del papel que el maestro realiza como orientador y su capacidad de instruir al alumno.
En este libro maneja herramientas fácil apoyar a la mejora continua en materia de la docencia y su entorno “Como una escuela centrada en el educando y a través de una práctica pedagógica. Se plantea pasar de la conciencia mágico-ingenua a la conciencia crítica fomentadora de transformaciones sociales.”
PRIMERA CARTA. Enseñar-Aprender. Lectura del mundo, lectura de la palabra
En el mismo tiempo que el educador enseña, el educando enseña al educador y ambos aprenden, la verdadera enseñanza se interrelaciona con el aprendizaje. El educador debe estar dispuesto a enseñar tanto igual dispuesto a aprender, es la verdadera actitud que un educador debe tomar “el profesor no es una computadora que lo sabe todo, sino es un ser programado para aprender” y este verdadero sentido de enseñar y aprender debe hacerse de forma abierta y critica. Por ende en la primera carta nos sumerge en lo que enseñar, aprender, estudiar, comprender, escribir y leer conlleva. Cómo es que se pretende desasociar el aprender, entre otras relaciones, Paulo Freire nos ilustra el porqué de estas pretensiones y la justificación de la relación innegable entre cada uno de los componentes, al estudio-lectura crítica y la escritura. Implica una enseñanza crítica necesariamente con una forma crítica de comprender y de realizar la lectura de la palabra y la lectura del mundo, la lectura del texto y la lectura del contexto.
SEGUNDA CARTA No permita que el miedo a la dificultad lo paralice
En esta segunda carta el autor nos describa un sentimiento natural del ser humano pero vivido en el papel de docente. Con un tacto perceptible pretende que aprendamos a manejar ese miedo y usarlo a favor. Cerremos los ojos y pensemos en el miedo que alguna vez tuvimos en el pasado, por ejemplo nuestro primer día de clases como educador, la cuestión de lo difícil, y el miedo que nos provoca. La cuestión que aquí es planteada no es negar el miedo, aun cuando el peligro que lo genera sea ficticio. El miedo en sí, sin embargo es concreto.
La cuestión que se presenta es la de no permitir que el miedo nos paralice o nos persuada fácilmente de desistir de enfrentar la situación desafiante sin lucha y sin esfuerzo. El miedo es provocado por alguna dificultad que tengamos, pero la dificultad esta siempre relacionada con la capacidad de respuesta del sujeto que teme. El peor error y más terrible es retroceder al primer obstáculo que se nos presente, el miedo es un derecho, que nos exige valentía. Pero no debemos dejar que nos paralice en nuestra labor como educadores.
TERCERA CARTA. Vine a hacer el curso de magisterio porque no tuve otra posibilidad
En este capítulo trata de la crisis que existe en la Educación, y no solamente Pedagógicamente sino desde la política hasta la ética. Otro aspecto que aquí aparece es la imagen del maestro, es decir, todo lo que está representa como figura básica en la educación y que muchas veces pasa de ser figura básico a sólo un componente más; Muchas veces hemos escuchado decir estas palabras de la misma forma u otra, pero siempre con el mismo sentido.
La práctica educativa de la que hablamos no puede ser tomada como última opción para una persona que pretende iniciar una carrera profesional, por el contrario el ser educador es serio Por qué tratamos y trabajamos con gente, con niños, que son seres humanos, en el que participamos en su formación como personas. Podemos ayudar al educando o perjudicarlo, Podemos contribuir a su fracaso con nuestra incompetencia e irresponsabilidad. Pero también podemos ayudar con nuestra constante preparación y con el gusto de enseñar tomándolo con mucha seriedad y compromiso. Por eso no se puede formar a una persona como docente solo porque no tuvo otra oportunidad, de raíz estamos formando un exterminador de educandos.
CUARTA CARTA. De las cualidades indispensables para el mejor desempeño de las maestras y maestros progresistas
En la cuarta carta, Freire nos habla de una serie de cualidades que el maestro debe poco a poco de ir adquiriendo, para llevar a cabo una labor propia del quehacer docente. Nos habla de la humildad, amor, valentía, tolerancia, decisión, seguridad, paciencia e impaciencia, alegría de vivir y parsimonia verbal. Cada una de estas formas le permiten al docente cimentar el porqué de su práctica y con esto lograr llevarla a cabo de una manera consciente, coherente, lógica y humana. Las cualidades para un profesor progresista están sujetas con las prácticas coherentes con la opción política de una naturaleza crítica del educador, por eso mismo las cualidades son algo con la que nacemos. La humildad no es una cualidad vinculada a la falta de respeto por uno mismo o cobardía, más aun nos exige valentía confianza en nosotros mismo. La humildad nos ayuda a reconocer que no lo sabemos todo, sin humildad difícilmente podremos escuchar a nuestros alumnos. Ser humilde significa estoy abierto a enseñar y aprender.
La morosidad una cualidad que si no está presente en el educador su labor pierde significado. Se habla de tener una morosidad no solo por los alumnos sino por el proceso de enseñar.
La tolerancia no significa ser tolerante con algunos, si no saber convivir con los que son diferentes, estar abierto a aprender cosas diferentes, aceptarlos y respetarlo tal como es.
QUINTA CARTA. Primer día de clase
Esta quinta carta, titulada “primer día de clase”, Freire nos habla del miedo que se nos presenta como maestros. Al inicio nos menciona que al escribir sobre estos temas no existe como objetivo el querer hablar de la verdad, sino de verdades que innegablemente existen, y lo que le permite plasmarlas es la experiencia en el ámbito educativo. El maestro adopta un disfraz autoritario con el afán de esconder sus miedos, estos miedos, dice Freire, son captados fácilmente por los alumnos. Por el contrario, si el maestro se muestra humilde, llegará a él la paz que necesita para controlar esos miedos, nos habla del poder que tiene el maestro para incitar la imaginación del alumno.
El educador estará sometida constante mente al miedo, y la mejor opción no es ocultarlo. De
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