Casadores De Microbios Capitulo 1
Enviado por lailaespinosa • 9 de Septiembre de 2014 • 764 Palabras (4 Páginas) • 371 Visitas
La vida de Leeuwenhoek es casi desconocida como lo era en sus tiempos los fantásticos diminutos animales y plantas que el descubrir.
Todas sus aventuras están llenas de intentos fallidos, errores y falsas esperanzas. Algunos de ellos aparecieron victimas de mortíferos microorganismos que afanosamente estudiaba.
Hoy en di los hombres de ciencia constituyen la ciencia en un elemento prestigioso de la sociedad. Hace doscientos cincuenta años, cuando nació Leeuwenhoek. El hombre que apenas había empezado a sacudirse de las supersticiones más oscuras, se avergonzaba de su ignorancia no le daba mucha importancia a ello.
Era un mundo en el que la ciencia ensayaba sus primeros pasos, en este primer capítulo nos habla de la vida de Anthony van Leeuwenhoek que nació en 1632, en Holanda, este hombre descendía de una familia honorable de fabricantes de cestos de cerveza, ocupaciones mui respetadas aun en la Holanda.
Con toda su ignorancia lo favoreció porque aislado de toda la palabra dotaba de su tiempo, no tenía ninguna guía más que sus propios ojos, sus personales reflexiones y su exclusivo criterio.
Fue un sistema nada difícil para él, pues era más terco. También aprendió los rudimentos necesarios para tallar lentes, observo métodos secretos para obtener metales de los minerales y empezó a iniciarse en el arte de los orfebres. Era un hombre del quisquilloso. Hoy en día los investigadores pueden adquirir un reluciente microscopio que hacen girar el tornillo micrométrico y se prestan a observar.
Era el único hombre en toda Holanda que sabía fabricar lentes. Satisfecho de sí mismo y en paz con el mundo, este tendero se dedicó a examinar con sus lentes cuando caía en sus manos. Analizo las fibras musculares de una ballena y las escamas de su propia piel. También se dedicó a dedicar la cabeza de una mosca, ensartando la masa encefálica en la finísima aguja de su microscopio.
Al igual también examino cortes transversales de madera de doce especies diferentes de árboles y observo el interior de semillas de plantas.
Fue un hombre más escéptico que Leeuwenhoek miraba y remiraba una y cien veces, el aguijón de abeja o una pata de piojo durante meses enteros dejaba clavadas muestras en la aguja de su extraño microscopio y para poder observar otras coas se vio precisado a fabricar cientos de microscopios y así poder examinar los primeros especímenes y confrontar cuidadosamente el resultado de las nuevas observaciones.
Cuando Leeuwenhoek nació no existía microscopios sino simples lupas o cristales de aumento a través de los cuales se podría ver hasta que sus ojos de Leeuwenhoek envejecieran, sin lograr descubrir un ser más pequeños. también de haber hecho tantas cosas había admirado un mundo fantástico de seres individuales invisibles a simple vista, criaturas que habían vivido, crecido, batallado y muerto, ocultas por completo a la mirada
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