Caso Kola Real
Enviado por YUNGARINO • 23 de Octubre de 2013 • 977 Palabras (4 Páginas) • 569 Visitas
En menos de dos décadas, la familia Añaños ha construido el imperio más importante de bebidas gaseosas en el Perú. Su ingreso a los cotizados mercados de Venezuela, Ecuador y México consolidó el crecimiento del grupo que hace temblar a las más poderosas transnacionales.
Por JOSÉ VADILLO VILA
HISTORIA DE KOLA REAL
Perú, con el 0.25 por ciento de la población mundial y sólo el uno por ciento del mercado de bebidas gaseosas en América Latina, forma parte de la historia de esta industria por dos poderosas razones, objeto de análisis:
a) Sólo en nuestro país, la gigante mundial Coca-Cola, con una facturación anual de diez mil millones de dólares, fue derribada por una bebida desconocida para el mundo: Inca Kola;
b) Kola Real –una empresa familiar que nació a finales de 1980 en Ayacucho, entre el fuego cruzado de Sendero Luminoso y de las fuerzas del orden, una gaseosa local que se vendía al inicio en envases de cerveza y contaba con 15 trabajadores– creó el concepto del “precio justo”, ayudó a desarrollar el mercado de bebidas gaseosas en el Perú, bajando hasta en un 50 por ciento su precio, y hoy cuenta con más de siete mil empleados en cuatro países.
La historia de la familia Añaños tiene visos de leyenda, es muy anterior al primer destape de sus gaseosas, y los ayacuchanos la cuentan con orgullo. Empezó en la provincia de San Miguel (Ayacucho), donde Nivardo Añaños, abuelo de los futuros industriales, era propietario de la hacienda Patibamba. Con la llegada de la reforma agraria del general Juan Velasco, Patibamba fue dividida, el primogénito Eduardo Añaños, casado con la profesora Mirtha Jeri, se dedicaba a la agricultura en una de las parcelas mientras criaba a sus seis hijos. Su cuñada, Olga Jeri, era esposa de Amaniel Castro, quien puso a funcionar la primera embotelladora en este pueblo de clima templado. Cuentan que ahí, “Eduar” se interesó en embotellar y distribuir bebidas gaseosas. Presionado por la violencia terrorista, Añaños se mudó con su familia a Huamanga, donde en 1988, junto a su primogénito Jorge y el financiamiento de un banco, comenzó la fabricación, almacén y oficinas administrativas de Kola Real (KR) en su propia casa. Contaba con una “Atahualpa”, máquina con capacidad de llenado y embotellado de 50 cajas de gaseosas por día. En la ciudad de las 33 iglesias existían otras tres embotelladoras provincianas, empero los Añaños habían identificado una oportunidad: mientras que el consumo per cápita de gaseosas era muy limitado, casi una elite de consumidores, las embotelladoras líderes percibían grandes márgenes de ganancia, por eso sumaron a los otros hijos, Ángel, Arturo, Álvaro, Vicky y Carlos, a la empresa familiar. Los Añaños tenían la clave para crecer: darle mejor precio a los consumidores y de esta manera llegar a un público de sectores populares. Había nacido la estrategia del “precio justo”. Con sus continuos apagones y bombas, Ayacucho
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