Caso practico bioética
Enviado por EsdrasRivera • 8 de Mayo de 2017 • Tarea • 1.464 Palabras (6 Páginas) • 181 Visitas
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Caso practico
Doña María es una viuda de 60 años, con un lupus eritematoso diseminado de muchos años de evolución, con recurrencias progresivamente más severas. Tiene, además, una gripe común no bien controlada y un deterioro físico avanzado. Hospitalizada en esta oportunidad en sopor superficial, muy desnutrida, con reagudización del lupus y lesiones de piel y mucosas sangrantes.
Su estudio demostró una insuficiencia renal progresiva que hoy presenta una leve mejoría. Sin embargo, tiene signos de encefalopatía y alta probabilidad de necesitar apoyo de diálisis renal que le permita comenzar un proceso largo para recuperar su salud. El equipo médico manifiesta que la paciente rechaza tratamientos de manera reiterativa. Doña María ha sido una persona muy noble y buena gente, es amistosa y recibe muchas visitas. Vive sola con ayuda doméstica y tiene el apoyo de su hija y uno de sus hermanos. Es evidente que la condición de María, tiene un impacto sobre su familia y por lo tanto resulta necesario discutir las decisiones sobre su futuro, ya que su hija no tiene tanto tiempo para cuidarla y ella necesita de compañía todo el tiempo.
Andrea, su única hija de doña María, se enfrenta a una de las decisiones más difíciles, no sólo para ella como familiar directo, sino para cualquier persona. La duda es hasta qué punto se deben respetar los deseos de un ser querido en etapa terminal y los posibles límites del derecho que cada uno tiene para rechazar tratamientos cuando está en juego su vida. Peguntándole a doña María ella refiere querer vivir aún más tiempo y quiere irse a su casa a ver la televisión. Pero ella se niega a recibir tratamiento mayor a diálisis, en ocasiones ya no toma sus medicamentos
La difícil decisión de Andrea
Ella refiere que hay que luchar por la vida, pero considera que no hay que forzar la vida.” Mi mamá comparte mis creencias… tengo miedo de tomar decisiones erróneas, siento aprensión por el mañana y sobre todo, incertidumbre por, mi madre.”
A sus 60 años espera a la muerte. Tengo nostalgia del ayer, de su sonrisa segura y de la autonomía que proyectaba al caminar. Hoy sólo quedan sombras de lo que fue, pero ella tiene mucha gente que la quiere y la estima por eso aún no quiero que se vaya. Detrás de su boca ahora ulcerada, su piel rasgada por la enfermedad y su cuerpo macilento, quedan pequeños vestigios de la grandeza que era
Los doctores dicen que posiblemente necesite apoyo de diálisis renal y que este último brote de lupus fue de gran impacto, pero podría recuperarse de él. Aun así, ella se niega terminantemente a recibir tratamientos mayores y diálisis. Yo le he prometido respetar su voluntad, aunque no la comparta o me duela. Y sin embargo hoy dudo, no porque cuestione su discernimiento ni porque desconfíe de su criterio o de la lucidez con la que cada día responde a la misma pregunta, sino porque, a final de cuentas, ella tomo la decisión.
Hoy la visitó el neurólogo, el Dr. Ramírez, y de lo que conversamos entendí que se encontraba lúcida pero que sus respuestas en muchas ocasiones parecían confusas y ambiguas, como si de alguna manera fuese consciente de sus olvidos, que intenta enmascarar con evasivas. Parece estar desorientada en el tiempo y esto la convierte en una paciente que, según los médicos, no está en condiciones de tomar decisiones sobre su tratamiento. No puedo negar que me siento tentada de declarar a mi madre incapacitada y asumir la responsabilidad de mantenerla con vida. Es mi madre, la quiero, la quiero viva, la quiero ahora, la quiero siempre… pero, debo respetar lo que ella expresó cuando no tenía comprometido su discernimiento. Si ella no quería que le aplicasen medidas extraordinarias, debo respetar su decisión”.
Enfoque bioético-medico
Doña María una paciente de 60 años presenta lupus eritematoso crónico, con un brote en regiones blandas, también tiene un problema con la gripe crónica, entro el día de ayer a urgencias médicas en este momento se encuentra internada en observación, se realizaron estudios y refiere tener un daño renal, se le ha indicado a los familiares sobre el caso y se indica comenzar un tratamiento de diálisis con probables consecuencias, ellos indican que el paciente no está dispuesto a recibir tratamiento, por lo que no tiene control completa de su capacidad mental se realiza el consentimiento informado y se le traspasan los derechos de decidir al familiar, como médicos tenemos la obligación de llegar hasta la última alternativa para preservar la vida pero depende de la decisión que tomen los familiares, al no haber ninguna respuesta de los familiares y que la paciente aumente en su padecimiento, en este lapso de tiempo como médicos tenemos que aplicar medicamentos controladores y emplear cuidados paliativos. Aunque en criterios de normativa lo correcto sería esperar hasta que los familiares decidan
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