Castillo De Chapultepec
Enviado por s.segoviano • 20 de Febrero de 2015 • 2.303 Palabras (10 Páginas) • 178 Visitas
Castillo de Chapultepec
Historia breve
El Bosque de Chapultepec, donde se ubica el museo, significa en náhuatl cerro de los chapulines. La zona es una formación geológica de origen volcánica, que sirvió de asentamiento para numerosos pueblos prehispánicos, como teotihuacanos y mexicas.
Crónicas virreinales relatan que en el periodo del gobernante Moctezuma I Ilhuicamina, entre 1440-1469 d.C., se construyó un acueducto para conducir el vital líquido desde Chapultepec hasta la ciudad de Tenochtitlan. El responsable de la obra fue Netzahualcóyotl, señor de Texcoco, quien recibió como pago el permiso para habitar el sitio. Fue el mismo señor de Texcoco, quien lo transformó en un lugar sagrado par adorar a Tláloc, dios de la lluvia, y Chalchiuhtlicue, dios del agua que corre por los ríos.
Con la llegada de Hernán Cortés, en el lugar se registró una gran tala de árboles ahuehuetes, con el fin de que sus hojas no contaminaran los manantiales del bosque. Se pretendía en ese entonces que el sitio fuera habitado por los virreyes designados por la Nueva España. Uno de los huéspedes fue don Luis de Velasco, quien erigió una ermita cristiana durante el periodo de la evangelización indígena.
En 1785, el virrey español Bernardo de Gálvez optó por construir una casa de descanso, lo que convirtió al lugar en toda una fortaleza. Algunas versiones sugieren que dicho personaje trató de rebelarse ante la Corona Española para erigirse como monarca, lo cual no ocurrió debido a que murió, razón por la cual los trabajos quedaron suspendidos en 1786.
Seis años después, en 1792, el virrey Juan Vicente de Güemes Pacheco y Padilla, ocupó el inmueble que antes dejó inacabado en su edificación el virrey Bernardo de Gálvez, mismo que lo destinó como el Archivo General del Reino de la Nueva España.
En 1806, y luego de estar abandonada por más de una década, la construcción edificada a 2 mil 325 metros sobre el nivel del mar, fue adquirida por el Ayuntamiento de la ciudad de México, con lo cual el bosque y El Alcázar quedaron resguardados durante la lucha de Independencia, entre 1810 y 1821.
En 1833, se decretó al Castillo de Chapultepec como sede del Colegio Militar. Para 1844, se levantó en la parte más alta de la construcción, el área que se conoce como El caballero alto o Torreón, que tenía la función de ser un sitio de vigilancia.
Durante la invasión norteamericana, en 1847, la arquitectura del Castillo de Chapultepec resultó con daños considerables. Posteriormente, en el gobierno de Miguel Miramón, entre 1859-1860, se construyeron algunas habitaciones en el segundo piso de El Alcázar.
En 1864, fue la fecha en que adquirió su magnificencia actual, cuando el emperador Maximiliano de Habsburgo y su esposa Carlota, establecieron ahí su residencia imperial.
En 1872, ya restablecida la República, el presidente Sebastián Lerdo de Tejada, cambió el uso del sitio y lo destinó como la residencia presidencial. No obstante, en 1876, el Castillo de Chapultepec ALBERGÓ también al Observatorio Astronómico, Metereológico y Magnético que funcionó hasta 1883, cuando fue trasladado a Tacubaya.
Con el regreso del Colegio Militar, en 1883, se estableció nuevamente la residencia presidencial. Uno de sus habitantes, Porfirio Díaz, la ocupó por temporadas cortas, durante 30 años.
En los primeros años del siglo XX, El Alcázar y el Castillo de Chapultepec fueron habitados por los mandatarios que surgieron del movimiento revolucionario de México, entre ellos, Francisco I. Madero, Venustiano Carranza, Álvaro Obregón, Plutarco Elías Calles, Emilio Portes Gil, Pascual Ortiz Rubio y Abelardo Rodríguez.
En 1932, se reconoció al Castillo de Chapultepec como un monumento histórico y, posteriormente, en 1939, el general Lázaro Cárdenas del Río, emitió un decreto que lo convirtió, mediante un decreto, en patrimonio nacional.
Fue en el año de 1944, cuando el Museo Nacional de Historia abrió sus puertas al pueblo de México, cuya sede se ubicó en el majestuoso Castillo de Chapultepec, con un acervo que en su mayoría provenía del entonces Museo Nacional, ubicado en la calle de Moneda, en el Centro Histórico de la ciudad de México.
Acervo
El Museo Nacional de Historia del Castillo de Chapultepec, cuenta con 65 mil piezas en exhibición, entre pinturas, objetos personales, esculturas, mobiliario antiguo, monedas, manuscritos y otras piezas con valor histórico y cultural. Su acervo ofrece al visitante la construcción de México, en un transitar a veces lento y, en otras, violento, con victorias o derrotas de proyectos, pero que en su conjunto forjaron los destinos de un pueblo.
El Museo Nacional de Historia es heredero de una cantidad importante del acervo del antiguo Museo Nacional de Arqueología, Historia y Etnografía, que se ubicó en la calle de Moneda 13, en el centro de la Ciudad de México.
Cuando se creó el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), en 1939, se dispuso que las colecciones de los departamentos de historia y etnografía colonial y moderna del Museo Nacional, pasaran a integrar la colección del entonces nuevo recinto.
El Castillo de Chapultepec tuvo tres etapas constructivas importantes. La primera ocurrió cuando el virrey español Bernardo de Gálvez optó por edificar una casa de descanso, lo que fue toda una fortaleza, en 1785.
En 1864, Maximiliano de Habsburgo construyó la Arcada principal, es decir, la fachada y las habitaciones en lo que había sido el jardín del Palacio Virreinal. La última, ocurrió en el régimen de Porfirio Díaz, cuando se edificaron las áreas destinadas al Colegio Militar y a la residencia presidencial, actualmente conocida comoEl Alcázar.
El inmueble es de estilo neoclásico en su mayoría. En opinión de Víctor Manuel Ruiz Naufal, curador y jefe de difusión, el Museo Nacional de Historia posee ejemplares únicos, algunos de ellos son los objetos personales de los curas Miguel Hidalgo y Costilla y José María Morelos y Pavón; Benito Juárez García y Agustín de Iturbide, entre otros.
El experto informó que no toda la colección del museo, que proviene de donativos y adquisiciones, se encuentra en exhibición pública “porque algunas piezas se encuentran repetidas o bien, porque no se ajustan al nuevo discurso del museo. Además, hay otras obras en restauración, que es una tarea permanente en el museo”.
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