Castillo de Chapultepec.

Castillo de Chapultepec.

A la entrada del Castillo, primero fuimos al costado derecho de éste, en donde se encontraban las habitaciones y lugares a los que recurrían en algunos momentos la gente que habitó ahí.

En el primer salón al que entramos estaban los carruajes en los que Madero, Díaz y Juárez entraron al Castillo al haber ganado una batalla.

Luego de eso había un pasillo, en donde se mostraban algunos instrumentos de artillería para las batallas y también las vestiduras que en esa época los hombres y mujeres vestían. También hablaban sobre Maximiliano y Carlota, sobre lo que ocurrió en el tiempo en el que estuvieron ahí. También hablaba sobre los deberes del gobernante, en el que Maximiliano prometió implantar un gobierno “sabiamente liberal” bajo la divisa de “equidad en la justicia”.

Igualmente en ese pasillo estaba un cartel que hablaba sobre “Los Logros de la Revolución”, que eran que gracias al movimiento de revolución se logró integrar la Constitución de 1917 y en los programas económicos y políticos del país las necesidades de los sectores plurales, campesinos y obreros: educación laica y gratuita, reparto agrario y derechos laborales, entre otros.

Terminando ese pasillo, pasamos a la parte de afuera, en donde había un tipo balcón enorme, y desde afuera vimos las salas de Maximiliano, en donde estaba su despacho. También estaba el comedor, a un lado de su despacho. En ese tiempo pensaban que el compartir el alimento significa integrar al invitado en el ámbito familiar y es común que los momentos relevantes de la vida individual se celebren con un convite a la vez íntimo y festivo. Al presidir la mesa, el gobernante hace gala de su generosidad y refuerza su carácter de padre de familia.

María Carlota Amelia, princesa de Bélgica, tenía 17 años cuando se casó con Maximiliano. Luego de preocupaciones domésticas, en sus momentos de retiro Carlota pensaba en cómo gobernar el territorio y educar a sus habitantes.

Durante la estancia de Carlota en Chapultepec, ella fundó casas de beneficencia para las clases menesterosas, organizó recepciones convivió con sus damas, pero no dejó de participar de forma activa en los asuntos políticos del país. Cuando Maximiliano viajaba al interior dejaba las riendas del gobierno en manos de Carlota, quien presidía los consejos, daba la audiencia a  los ministros, recibía a los embajadores en los salones oficiales y dictaba órdenes e instrucciones. Cuando los problemas de su gobierno se agravaron, ella decidió acudir a las cortes y al papa Pío IX en busca de ayuda, que no consiguió.

La familia presidencial tenía su residencia en la casa número 8 de la calle de La Cadena, que ocupaba la mayor parte del año, y durante el verano frecuentaba el Castillo. Desde tempranas horas dictaba órdenes y recibía a sus ministros en Palacio Nacional.

Al finalizar en la planta alta, en la planta baja mostraban sobre el asalto al Castillo, el colegio militar y de los héroes de Chapultepec. O sea sobre los niños héroes, que fue el ataque al Castillo, en donde los niños héroes Fernando Montes de Oca, Juan Escutia, Juan de la Barrera, Francisco Márquez, Agustín Melgaz y Vicente Suárez defendieron el Castillo.

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