Causas de la obesidad infantil
Enviado por moracam • 5 de Julio de 2014 • Trabajo • 1.664 Palabras (7 Páginas) • 266 Visitas
La obesidad Infantil
La obesidad infantil es un problema de salud caracterizado por el exceso de grasa corporal en el cuerpo de los niños y niñas. Dicho nivel de adiposidad supone todo un condicionante para su salud general y su bienestar, predisponiéndole a sufrir otras patologías secundarias y asociadas. Según los datos publicados por la Organización Mundial de la Salud (OMS), la prevalencia de esta enfermedad a nivel internacional es cada vez mayor. En 2010 había unos 42 millones de menores con sobrepeso, registrándose la mayor parte de los casos en países en vías de desarrollo.
Al igual que en los adultos, la obesidad infantil requiere para su diagnóstico diversas pruebas complementarias. Uno de los baremos más empleados es el conocido como índice de masa corporal o IMC . También conocido como índice de Quetelet, éste toma como referencia el peso y la estatura de la persona, valorando su proporcionalidad en función de la fórmula matemática: masa dividida por la estatura al cuadrado. Sin embargo, la ponderación de la cifra resultante varía en el caso infantil. Al contrario que en los adultos, el índice de masa corporal ha de trasladarse a una tabla de percentiles , teniendo en cuenta dos criterios esenciales: la edad y el sexo del menor en cuestión. En función de la misma, se establece que los niños y niñas con un índice de masa corporal situado entre el 85 y el 95 en dicha escala padecen sobrepeso. Por encima del umbral del percentil 95 hablaríamos ya de obesidad en grado variable.
Clasificación
La obesidad es una enfermedad caracterizada por un cúmulo de grasa neutra en el tejido adiposo superior al 20% del peso corporal de una persona en dependencia de la edad, la talla y el sexo debido a un balance energético positivo mantenido durante un tiempo prolongado.
Consecuencias
El que un niño tenga obesidad tiene grandes consecuencias, en primer lugar se afecta su salud física ya que:
- Impide respirar correctamente.
- Se presenta la sensación de ahogo.
- El niño o adolescente no puede dormir bien y por lo mismo está somnoliento la gran parte del tiempo.
- Aparecen problemas ortopédicos por el peso de más que sus articulaciones tiene que soportar.
- La piel también sufre daños.
- Transpiran excesivamente.
- Seles hinchan los pies y los tobillos.
- Las niñas por su parte tienen trastornos menstruales y mayor riesgo de enfermedad coronaria.
- El exceso de peso en los niños desencadena otras enfermedades como aumento en la presión arterial (hipertensión).
- Diabetes.
- Se elevan los niveles de insulina en la sangre (hiperinsulinemia).
- Asma.
- Cáncer.
- Enfermedad de la vesícula biliar.
En segundo lugar, el estado mental y emocional de un niño con obesidad también se ve afectado porque tiene que afrontar el rechazo y burla especialmente de sus compañeros de escuela; el estar "gordito" le causa problemas para relacionarse con ellos y en general con la sociedad.
Su autoestima se deteriora provocando bajos resultados en el colegio, se vuelven introvertidos.
Factores de riesgo de la obesidad infantil
La obesidad infantil, aunque puede estar originada por una enfermedad genética endocrina, en el 99% de los casos se produce como resultado de la combinación de una serie de factores ambientales (una dieta inadecuada y sedentarismo), genéticos (los niños cuyos padres son obesos tienen un riesgo mayor de padecer el trastorno) y psicológicos (cuando se utiliza la comida para compensar problemas emocionales, estrés o aburrimiento).
• Factores ambientales
Una dieta hipercalórica, con abuso de alimentos ricos en grasas y azúcares, y que suponga una ingesta energética superior a las necesidades reales durante largos periodos de tiempo, tiene como consecuencia un importante incremento de la grasa corporal. Ver la televisión es un importante factor de riesgo para desarrollar obesidad porque, además de tratarse de una actividad sedentaria que sustituye a otras en las que sí se consume energía, facilita que se siga comiendo, e incluso se imite a personajes con malos hábitos alimentarios.
• Factores genéticos
El riesgo de que un niño sea obeso aumenta considerablemente cuando sus padres lo son (tiene cuatro veces más posibilidades de desarrollar obesidad si uno de sus padres es obeso, y ocho veces más si ambos progenitores lo son). Sin embargo, en esta ecuación no solo interviene la herencia genética (facilidad para aumentar de peso, inadecuada distribución de la grasa corporal...), sino el estilo de vida de la familia como la preferencia por determinados alimentos o formas de cocinarlos que incrementen la ingesta calórica, así como un escaso gasto de energía debido a poca o nula actividad física. El niño normalmente seguirá los mismos hábitos familiares, lo que favorecerá el aumento de peso ya durante la infancia.
• Factores psicológicos
En ocasiones, tanto niños como adultos, buscan en la comida una recompensa, una forma de mitigar sus carencias y frustraciones. Pueden comer cuando se sienten tristes o inseguros, para olvidar sus problemas, por estrés o por aburrimiento. Los alimentos elegidos suelen aportar poco valor nutritivo y muchas calorías (dulces y chucherías, aperitivos como patatas fritas industriales y similares...). En estos casos, además, los niños pueden estar imitando las conductas que han observado en sus mayores.
Pasos para prevenir la obesidad infantil
1. Servir raciones adecuadas para la edad del niño. Un estudio reciente ha observado que el tamaño de la vajilla influye, como en el adulto, en el volumen de comida ingerido por el menor.
2. Tener en el hogar una variedad de hortalizas, frutas y cereales integrales (pan integral, pasta integral, arroz integral, etc).
3. Escoger leche y productos lácteos bajos en grasa o desnatados.
4. Limitar el consumo de carnes rojas o de derivados cárnicos.
5. Promover el consumo de legumbres y frutos secos.
6. Retirar de la vista del niño las tentaciones ricas en calorías (lo mejor es no tenerlas en el hogar).
7. Fomentar la actividad física, sin olvidar que los niños imitan a los adultos: si los padres hacen deporte, los hijos también lo harán. Para prevenir la obesidad, el mínimo de tiempo diario que deberían dedicar los niños a realizar actividades de intensidad de moderada a vigorosa asciende a 60 minutos. Una revisión acaba de comprobar que el sedentarismo en la adolescencia es la norma.
8. La bebida de elección para calmar la
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