Ciencia En Suiza
Enviado por cristian.vinas29 • 4 de Abril de 2014 • 4.621 Palabras (19 Páginas) • 277 Visitas
Ciencia en Suiza
El emplazamiento científico suizo es reconocido internacionalmente. Tanto el Estado como el sector privado se esfuerzan en promover la ciencia y la tecnología.
Los científicos suizos trabajan para la investigación fundamental, en parte con colegas extranjeros, en campos que abarcan de la nanotecnología a la investigación espacial.
Los éxitos de la ciencia tienen una larga historia. Muchos investigadores suizos o extranjeros residentes en Suiza fueron galardonados con el premio Nóbel.
Centros de la investigación científica
La Escuela Politécnica Federal de Zúrich celebró su 150 aniversario en el 2005 bajo el lema «Bienvenido Mañana».© 2005 ETH Zürich / Stefan Kubli
No hay fronteras a la hora de mantener un alto estándar en la investigación y en el desarrollo. En las Escuelas Politécnicas Federales de Zúrich (EPFZ) y Lausana (EPFL) hay una larga tradición en la acomodación de científicos y profesores extranjeros. En ambas escuelas más de la mitad del profesorado son extranjeros.
La EPFL reivindica ser una de las universidades más cosmopolitas del mundo, con estudiantes de 107 países distintos en el año 2007.
Instituto Paul Scherrer
El Instituto Paul Scherrer (IPS) en el Cantón de Argovia es uno de los centros científicos más avanzados de Europa. Científicos de diferentes países acuden a esos centros para utilizar sus instalaciones, como por ejemplo el Swiss Light Source y elSpallation Neutron Source
El emplazamiento científico suizo
Como país pequeño con pocos recursos naturales, Suiza debe mucho de su prosperidad a su capacidad de innovación. La fuerza intelectual de sus ciudadanos es uno de sus mayores recursos. El país se enorgullece del alto estándar de su investigación y desarrollo científicos. Se trata en este caso de una tradición centenaria.
Para Suiza es de crucial importancia permanecer en la vanguardia de la investigación científica y de la innovación. Sus políticas en este campo tienen el objetivo de asegurar que el país no se quede atrás en comparación con los países más avanzados.
Los suizos saben muy bien que no pueden dormirse en los laureles. El inicio del tercer milenio contempló el surgimiento de una sociedad basada en el conocimiento, en la cual la educación supone la clave para el desarrollo económico del país en su totalidad. Y para las personas la formación es el mejor método para obtener una posición asegurada en el mundo laboral y en la sociedad.
Investigación transnacional
Al mismo tiempo, los suizos están conscientes que la cooperación internacional es más importante hoy que nunca.
Por un lado, los equipamientos técnicos que se necesitan para llevar a cabo la investigación son tan grandes que ningún país del mundo se los podría permitir, y en algunos casos —observatorios astronómicos por ejemplo— tienen que ser colocados en ubicaciones específicas o forman parte de una red extensa de estaciones y laboratorios en varios países.
Por otro lado, los límites entre las tradicionales disciplinas científicas se han difuminado. La relativamente nueva rama de la nanotecnología por ejemplo cuenta con el peritaje de físicos, químicos y otros científicos, y se aplica en las ciencias de la vida, las tecnologías de las comunicaciones y muchas otras áreas.
Los científicos suizos participan de forma activa en proyectos internacionales que Suiza ayuda a financiar, y asisten a conferencias internacionales donde intercambian ideas y conocimientos.
Las instalaciones técnicas en algunos institutos científicos suizos están a disposición de científicos de todo el mundo.
Intercambio científico
Red europea
Suiza se encuentra en una encrucijada en Europa. Comparte tres de sus lenguas nacionales con países vecinos; por consiguiente, estudiantes suizos nunca han tenido problemas lingüísticos al estudiar en universidades extranjeras. Por otra parte, muchos investigadores y eruditos extranjeros han sido invitados a trabajar en Suiza.
Hace dos o tres siglos, cuando los eruditos intercambiaban sus ideas por medio de la carta, pensadores suizos formaban parte de la red europea de ideas. Albrecht von Haller (1708-77) de Berna, por ejemplo, correspondía con 1.200 personas en 21 países europeos y escribía sobre temas tan diversos como medicina, botánica y economía agrícola.
Eruditos extranjeros
Durante siglos Suiza dio refugio a eruditos perseguidos en su patria por sus ideas científicas o políticas. Cuando la Universidad de Zúrich abrió sus puertas en 1833, todas las cátedras fueron ocupadas por alemanes, muchos de ellos eran refugiados de la frustrada Revolución de 1830.
Esa fecundación mutua entre docentes y estudiantes procedentes de culturas y países distintos sigue vigente hoy en las academias suizas. Solamente la mitad de los profesores en la prestigiosa Escuela Politécnica Federal de Zúrich son suizos. Suiza es muy atractiva para los científicos extranjeros por el alto estándar de la investigación general.
Fronteras abiertas
Suiza ha ratificado la Declaración de Bolonia, que —entre otras cosas— agiliza los trámites administrativos para seguir los estudios en otro país europeo.
El inglés se usa cada vez más como lengua de impartición en las universidades y en los centros de investigación, sobre todo en los niveles más altos, para así atraer a los mejores estudiosos del mundo.
Muchos jóvenes científicos suizos abordan una parte de los estudios en una universidad estadounidense.
«Aquí cada uno puede desarrollarse bien porque en cualquier nivel se ve rodeado por gente de primerísima formación.»
Heinrich Rohrer (*1933), premio Nóbel de física
Consulados suizos para la ciencia
Para promover la imagen de la excelencia de la ciencia suiza en el exterior, la Confederación ha establecido una red de «consulados para la ciencia» conocidos por el nombre de las «Casas Suizas», auspiciadas conjuntamente por la Secretaría de Estado para la Educación y la Investigación y el Departamento Federal de Asuntos Exteriores.
La primera Casa Suiza para la Educación y la Investigación Avanzada (conocida por sus siglas inglesas SHARE) se instituyó en la ciudad estadounidense Boston en el año 2000. Pronto se inauguraron otras Casas Suizas en San Francisco en 2003 (swissnex) y en Singapur en 2004. El trabajo de estos consulados científicos consiste primordialmente en fomentar la educación y la investigación, pero también la economía de alta tecnología.
Estos objetivos
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