Ciencia Y Tecnica Con Humanismo
Enviado por mach_karla • 20 de Abril de 2012 • 886 Palabras (4 Páginas) • 1.741 Visitas
Marco teórico
Crisis es una coyuntura de cambios en cualquier aspecto de una realidad organizada pero inestable, sujeta a evolución; especialmente, la crisis de una estructura. Los cambios críticos, aunque previsibles, tienen siempre algún grado de incertidumbre en cuanto a su reversibilidad o grado de profundidad, pues si no serían meras reacciones automáticas como las físico-químicas. Si los cambios son profundos, súbitos y violentos, y sobre todo traen consecuencias trascendentales, van más allá de una crisis y se pueden denominar revolución.
Las crisis pueden ocurrir a un nivel personal o social. Pueden designar un cambio traumático en la vida o salud de una persona o una situación social inestable y peligrosa en lo político, económico, militar, etc. También puede ser la definición de un hecho medioambiental de gran escala, especialmente los que implican un cambio abrupto. De una manera menos propia, se refieren con el nombre de crisis las emergencias o las épocas de dificultades.
En todos los ámbitos de nuestra sociedad, desde la familia a la política, pasando por la educación, todos percibimos los efectos de una fuerte crisis, y a menudo no sabemos identificar el origen. Somos capaces de señalar lo que no nos gusta de nuestra sociedad, pero difícilmente los mejores analistas saben acertar el diagnóstico. Muchos indican que se trata de una crisis económica, y otros con más recorrido dicen que tal vez también es moral. Pero las dos afirmaciones se quedan cortas. Es una crisis más profunda, una crisis de educación. Y la educación nos interesa a todos, porque a través de ella se construye la persona, y por tanto la sociedad.
Cuando decimos que la crisis es de educación no pretendemos ser originales. Hace ya tiempo que desde diversos ámbitos se está dando este diagnóstico sobre la situación social que vivimos. Pero no es suficiente, ya que lo que acaba saliendo en los medios de comunicación siempre resulta anecdótico: el cambio de calendario escolar, la sexta hora, etc. Con más medios que nunca, con más y mejores posibilidades para todos, los resultados son decepcionantes, pero todo ello no es capaz de provocar un debate auténtico y serio sobre el tema.
Para aclararnos: cuando decimos que la crisis que vivimos es sobre todo una crisis de educación, queremos decir concretamente que tal vez por primera vez, una generación no es capaz de educar a la siguiente, no es capaz de transmitir aquello por lo que vale la pena vivir. Lo que los padres dejan en herencia a los hijos porque tiene un valor se rompe. Esto es un hecho: cada vez más familias reconocen que no saben cómo educar a sus hijos, o bien aceptan claramente su fracaso. Así, a la escuela se le pide más que nunca, en un momento en que ella tampoco sabe cómo afrontar el contexto que le toca vivir.
Obviamente el escepticismo general y el nihilismo reinan en nuestra sociedad
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