Ciencia Y Tecnologia

4.2 La política científico-tecnológica en el contexto Latinoamericano.

En América Latina se comenzó a hablar de política científica a finales de los años 80 y principios de los 90, el referente previo fue la política de sustitución de importaciones de los años 70. Durante los años 70 y mediado de los 80 habían existido diferentes mecanismos de promoción a la ciencia sin que formasen parte de una política articulada.

Los historiadores suelen coincidir en apuntar que lo que hoy se entiende como políticas públicas de ciencia y tecnología se difundió en casi todo el mundo a partir de la segunda guerra mundial bajo la inspiración de lo que actualmente se conoce como “modelo lineal”, cuyo acento está puesto en el financiamiento a la investigación básica como principio dinamizador del proceso creativo y de la transferencia de los conocimientos al entorno social (Bush Vannevar, 1999).

Al respecto, Albornoz (2009) señala que a partir de la década de los 50 las políticas destinadas a fortalecer la investigación y la transferencia de tecnología formaron parte de las estrategias convenientes al desarrollo de la región. Generándose, además, a finales de los sesenta, una opinión particular referida a las relaciones entre ciencia, tecnología y desarrollo, enfatizando en los rasgos propios de la región y en la búsqueda de un estilo original en el impulso a la creación y uso de los conocimientos.

Igualmente señala el citado autor, que durante los años sesenta y en la década siguiente surgió en América Latina un movimiento intelectual orientado a buscar soluciones a los problemas de crecimiento económico e impulsar la modernización social dando un papel destacado a la ciencia y la tecnología en aquel proceso.

En este sentido, autores como Herrera (1995) vinculaba el carácter marginal de la ciencia en la región con la dependencia de los centros de poder mundial y señalaba que la investigación científica tenía más relación con las necesidades internas del grupo social que las generaba, que con los requerimientos propios del desarrollo del país.

Simultáneamente, en el centro de las comunidades científicas de los países Latinoamericanos, empezó a exteriorizarse una actitud crítica hacia el modelo de desarrollo seguido hasta entonces con relación a la ciencia y la tecnología.

Dentro de este contexto, Varsavsky (1969) realizó un cuestionamiento más radical, que se cristalizó en la reivindicación del perfil del científico y en la distinción entre ciencia importada, copiada o generada localmente en función de demandas sociales, así como en la reflexión acerca del estilo de país que a cada una de ellas habría correspondido. Afirmaba, el autor que no cualquier estilo científico es compatible con un estilo de sociedad determinada.

Por otro lado, el rol desempeñado por la Organización de los Estados Americanos (OEA) y la UNESCO

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