Cimentacion

Investigación N• 2

1. Las bebidas y su importancia

El agua es fundamental para la vida, tanto si se realiza ejercicio físico, como si no se hace. La hidratación es importante tanto para la salud física como para la salud mental. Nuestro cuerpo está formado fundamentalmente por agua (unas dos terceras partes del peso corporal son agua). El contenido de agua del cuerpo humano va disminuyendo con la edad (los bebés constan de un 75% de agua).

Podemos pasar varias semanas sin comer (hasta 50 días), pero solo unos pocos días sin beber. En general, el cuerpo humano no almacena agua, por lo que la cantidad de agua que perdemos debemos compensarla mediante la ingesta de líquidos para mantener un correcto funcionamiento del organismo. Esto es lo que se llama mantener un correcto balance hídrico.

Perdemos agua de forma constante (unos 700 ml/día), a través de la piel y la respiración. Por las heces perdemos unos 100 ml/día. Por la orina se pierde 1,5 litros/día (1.500 ml/día) y por la transpiración (normal) se pierden aproximadamente unos 200 ml/día.

La transpiración

Es decir, para vivir y respirar, se necesitan unos 2,5 litros de agua diarios. En caso de ejercicio intenso y de temperatura más elevada, se aumenta la transpiración y la pérdida de agua y, por tanto, aumentan las necesidades de agua. En caso de diarrea o fiebre, aumenta de forma considerable la pérdida de agua.

Normalmente, se aconseja que las personas sanas ingieran como mínimo de 2 a 3 litros de líquidos al día. Debemos tener en cuenta que los alimentos aportan agua, sobre todo las frutas y los vegetales, los cuales pueden contener hasta un 90% de su peso en agua. A través de la alimentación obtenemos unos 750 ml de agua. A partir de los distintos procesos metabólicos de nuestro organismo obtenemos unos 250 ml de agua. Por lo tanto, debemos beber 1,5 litros de agua/día (1.500 ml) para mantener una buena hidratación. A este objetivo también contribuye cualquier bebida que contenga agua: zumos de frutas naturales, refrescos, café, té, cerveza...

La deshidratación es frecuente en los ancianos, que tienen menos sensación de sed: beben menos y, al mismo tiempo, tardan más tiempo en rehidratarse. Así, debemos vigilar, porque no siempre la sensación de sed es un buen indicador, sobre todo en bebés, niños, deportistas y ancianos. En estos casos, hay que programar a lo largo del día momentos

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