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Cistitis


Enviado por   •  30 de Enero de 2013  •  Práctica o problema  •  1.982 Palabras (8 Páginas)  •  395 Visitas

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¿Qué es la cistitis?

La infección urinaria es una enfermedad extremadamente común, principalmente en el sexo femenino. Cerca del 60% de las mujeres adultas ya tuvieron por lo menos un episodio de infección del tracto urinario (ITU) durante la vida.

Existen tres tipos de infección urinaria:

Cistitis = infección de la vejiga.

Pielonefritis = infección de los riñones.

Uretritis = infección de la uretra.

La cistitis, tema de este texto, es una inflamación de la vejiga (y también de la uretra en muchos casos) causada por una infección bacteriana. La cistitis es habitualmente una enfermedad de simple tratamiento, no obstante puede ser dolorosa e incómoda.

La infección de la vejiga puede tornarse un grave problema de salud si la bacteria se propaga hacia los riñones, lo que llamamos de pielonefritis. Mientras la cistitis es una enfermedad simple, la pielonefritis puede conducir a una sepsis y consecuentemente a la muerte por infección generalizada. En general, la pielonefritis ocurre cuando las bacterias que están en la vejiga logran subir hasta los riñones a través de los uréteres.

Mientras los hombres, en general, apenas presentan infecciones urinarias en los extremos de la edad (niños pequeños y ancianos), las mujeres pasan la vida entera bajo riesgo de infección. Para descubrir el porqué de esta diferencia es necesario comprender un poco la anatomía del sistema urinario. Es lo que explicaremos a continuación.

¿Cómo se adquiere la infección urinaria?

En realidad, la expresión «adquirir infección urinaria» no es la más apropiada, pues la cistitis no es una enfermedad contagiosa que se transmite de una persona a otra.

Más del 80% de las infecciones urinarias son causadas por una bacteria que vive en nuestro intestino, llamada de Escherichia coli (E. coli). La infección ocurre cuando esas bacterias, que deberían permanecer en el tracto intestinal, logran colonizar la región alrededor de la vagina. Las cepas de E. coli que causan infección urinaria son inofensivas si permanecen dentro del intestino, apenas causan enfermedad si afectan otros órganos del cuerpo, como la vejiga. Además de la E. coli, otras bacterias del tracto intestinal también pueden causar cistitis, entre ellas: Proteus mirabilis y Klebsiella pneumoniae.

La colonización de la región vaginal es el primer paso para el desarrollo de la cistitis. Las bacterias que vienen de los intestinos y que logran establecerse alrededor de la vagina tienen más facilidad de penetrar la uretra y alcanzar la vejiga.

Cistitis en los hombres x cistitis en las mujeres

Observe, en las figuras que aparecen abajo, la anatomía del tracto urinario inferior del hombre y de la mujer. Repare en dos aspectos: primero, la entrada de la uretra de la mujer se encuentra mucho más cerca del ano, respecto a la del hombre. Segundo, la uretra del hombre es más extensa, lo cual hace que la E. coli recorra un camino más largo hasta llegar a la vejiga.

Anatomía del tracto urinario

Esto significa que anatómicamente es mucho más fácil alcanzar la vagina que el pene para las bacterias procedentes del ano. Esta ventaja anatómica puede ser anulada en caso de sexo anal activo (homo o heterosexual), ya que durante la penetración anal la uretra del pene queda en contacto directo con las bacterias intestinales.

Con todo, incluso en los hombres que practican sexo anal, la cistitis no es una enfermedad común. Además de la barrera anatómica, existen otros factores que dificultan la cistitis en el sexo masculino. La región alrededor de la uretra masculina es un área menos húmeda que en las mujeres, lo que dificulta la colonización por bacterias. Además, en el líquido prostático, eliminado durante el acto sexual, hay sustancias antibacterianas. Por lo tanto, siempre que un hombre adulto presenta más de un episodio de infección urinaria, debe pensarse en alguna alteración anatómica, como enfermedades de la próstata o lesiones de la vejiga.

¿Cómo evitar infecciones urinarias?

La mayoría de las personas suele pensar que, si la cistitis surge cuando las bacterias normalmente encontradas en las heces colonizan la región vaginal, apenas hay que lavar bien la vagina y la región alrededor de la misma para matar esas bacterias intrusas e impedir la infección. La cistitis sería, por lo tanto, una enfermedad de gente que no se lava bien. Este razonamiento está EQUIVOCADO. En la medicina, no siempre lo más lógico es lo que sucede.

Vamos a los hechos. La vagina de las mujeres presenta su propia flora de bacterias, que son inofensivas. Para que una bacteria procedente del ano colonice esa región, necesita competir con las que ya viven en dicha región. Cuando se hace una higiene íntima excesiva, matamos la flora natural de la vagina, facilitando mucho el proceso de colonización de los gérmenes que están por llegar. Lo que más quiere la E. coli es llegar a la región alrededor de la vagina y poder multiplicarse a gusto sin tener que “pelear” con otras bacterias por espacio y alimento.

Tener cistitis no significa tener malos hábitos de higiene. En realidad, los dos extremos favorecen la infección urinaria: poca higiene o mucha higiene.

Sabiendo cómo surgen las infecciones de la vejiga, podemos ahora ofrecer algunas sugerencias para evitarlas:

• Higiene íntima con moderación. Debe prestarse especial atención a la limpieza después de las evacuaciones. Quien usa papel higiénico debe siempre realizar la limpieza de frente hacia atrás, es decir en dirección contraria a la vagina.

• Nunca realice ducha vaginal. Ese procedimiento empuja las bacterias en dirección a la vejiga y favorece el aparecimiento de cistitis. La ducha anal puede ser usada, pero lo ideal es darse una ducha después de la evacuación.

• Tenga preferencia por las duchas, evite darse baños en bañeras.

• Evite desodorantes en spray en el área genital o cualquier otro producto de limpieza que pueda irritar la vagina.

• Siempre orine después de la relación sexual. El coito favorece la entrada de bacterias en la uretra y el acto de orinar ayuda a expulsarlas

• Ingiera líquidos en abundancia para orinar con frecuencia, «lavando» las bacterias de la vejiga y la uretra.

• No use condones que contengan espermicidas, pues éstos no presentan mayor eficacia y más bien aumentan el riesgo de cistitis (lea: CONDÓN | Cómo colocar el condón). Lo mismo vale para los diafragmas.

• El uso indiscriminado de antibióticos puede alterar la flora natural de la vagina, facilitando las

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