Claves Para La Educación Ambiental.

“A menos que cambiemos el rumbo, terminaremos en el lugar al que nos

dirigimos” (Proverbio Chino).

Se trata de una investigación sobre el pensamiento de las personas que se dedican a

diseñar y llevar a cabo proyectos de Educación Ambiental.

Tiene una primera parte de análisis de la educación ambiental actual, con sus problemas

de definición, ubicación, contenido y metodología poniendo de manifiesto el amplio

divorcio que existe entre lo ambiental y lo educativo.

Ambos conceptos, que han evolucionado mucho, están analizados a fondo con el fin de

definir el marco teórico en el que se deben desarrollar las actividades de enseñanzaaprendizaje

en Educación Ambiental. Después, en el trabajo de campo se analiza el

pensamiento de 118 personas desde el marco conceptual definido.

Pero, para no ser repetitivo, solo un par de comentarios:

Vivimos inmersos en una cultura y, cuando actuamos, lo hacemos no basándonos en la

elección entre varias maneras posibles, sino siguiendo una pauta que creemos es la

única viable y que aceptamos sin preguntarnos nada. La cuestión es, que con esta

manera de actuar, hemos sido capaces de generar la multitud de problemas ambientales

que nos agobian.

Sin embargo, somos capaces de sorprendernos al reflexionar sobre la pregunta: ¿si

salimos a la calle y está lloviendo, cuándo nos mojamos más si vamos deprisa o si

vamos despacio? No dudamos en contestar, pues sabemos por experiencia, que si uno

va en bicicleta o en moto se cala hasta los huesos, que nos mojamos más si vamos

deprisa; sin embargo, si salimos a la calle y está lloviendo, todos echamos a correr.

¿Será que tenemos asumido que queremos mojarnos más? O quizá, existen más

variables relacionadas con este hecho, que no nos hemos parado a pensar y no las

hemos tenido en cuenta.

Esta es una de las cuestiones que nos impide comprender la crisis ambiental en

profundidad, el ir directamente a separar los problemas ambientales sin buscar

relaciones entre ellos, sin analizar el conjunto de variables que les afectan, sin intuir

siquiera que nuestra manera de vivir pueda ser la causa que los produce, tratamos de

identificar los efectos sin preguntarnos por las causas.

Cabe preguntarse:

¿Estamos seguros de que la percepción que tenemos de la crisis se ajusta a la misma de

una manera fidedigna? ¿Somos capaces de comprenderla? ¿Somos conscientes de la

amplitud de la crisis y de su funcionamiento. ¿Podemos hacer algo para cambiar esta

situación?

Numerosos autores relacionan la crisis con el paradigma desde el que actuamos y ponen

en duda el que tengamos un conocimiento claro de la misma.

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