Clonacion Terapeutica
Enviado por pauveeme • 20 de Noviembre de 2014 • 1.562 Palabras (7 Páginas) • 309 Visitas
“Descendencia viable derivada de células de mamífero fetal y adulto” era el título de la edición del 27 de febrero de 1997 de la revista Nature, que hablaba sobre la clonación de una oveja adulta. Esta oveja, llamada Dolly, pasaría a la historia.
Creada por Ian Wilmut y sus compañeros del Instituto Roslin de Edimburgo, tomaron una célula de la glándula mamaria de una oveja Doeset (raza finlandesa) de seis años y habían logrado colocar el material genético de esa célula dentro de un huevo vaciado (sin núcleo) de una oveja escocesa Blackface. Luego, transfirieron el cigoto al útero de una segunda oveja Blackface que serviría como madre sustituta. Varios meses más tarde esta madre sustituta daría a luz a una hermosa oveja de raza doeset, que poseía el mismo material genético que la oveja donante del núcleo.
Lo interesante de esta noticia no fue que un mamífero había sido clonado; eso ya se había logrado. Lo realmente novedoso e impresionante fue que se había logrado clonar a un animal desde una célula adulta ya diferenciada.
En realidad, la historia de la clonación es un poco más antigua que esto. Los primeros pasos dentro de lo que hoy conocemos como clonación los dio un embriólogo alemán, Hans Spemann, quien en 1901 dividió exitosamente un embrión de tritón de dos células en dos partes distintas y logró producir dos animales idénticos. Durante los comienzos de la década de 1950 cincuenta, F.C. Steward realizó clonaciones de plantas de manera exitosa y produjo infinidad de zanahorias clonadas. Luego, desde el Instituto de Investigación del Cáncer en Philadelphia se dio a conocer la noticia que el grupo de investigación de Robert Briggs y Thomas King habían clonado una rana leopardo.
En 1984, tras infinidad de experimentos intensivos en ratones, Davor Solter, del Instituto Wistar de Philadelphia, publicó un artículo en la revista Science donde afirmaba que la clonación de mamíferos por transferencia nuclear simple era biológicamente imposible. Esta conclusión fue aceptada como un hecho, y produjo una fuerte reducción en los fondos para la investigación sobre la clonación. La situación se revirtió drásticamente cuando Ian Wilmut y Keith Campbell publicaron en Nature en 1996 la obtención de dos clones de ovejas (Megan y Morgan) a partir de embriones de nueve días de edad. Un año después, el equipo de Wilmut lograría clonar a la oveja Dolly.
No mucho tiempo después de que los detalles sobre los procedimientos usados para lograr clonar satisfactoriamente a Dolly fueran publicados, comenzaron a aparecer otras clonaciones exitosas con la misma técnica (o similares), incluidos ratones clonados por el equipo de Wacayama en 1998, ganado vacuno clonado en diciembre del mismo año, cabras por el equipo de Baguisi en 1999, macacos rhesus clonados por Chan en el 2000 y cerdos en ese mismo año.
La publicación de la existencia de Dolly levantó inmediatamente un debate sobre la posibilidad de clonar personas. La cercanía biológica hace pensar que la clonación humana sería posible desde un punto de vista técnico. El debate, por tanto, se sitúa en un contexto ético, no en si es posible llevarla a cabo, sino en si es conveniente, si debe aprobarse, pues son muchas las consideraciones éticas que pueden hacerse en torno a la clonación humana.
Volviendo a lo científico, para experimentar en la clonación, se necesita un componente esencial, este elemento son las llamadas células madres, las cuales poseen la gran característica de ser las únicas que tienen la capacidad de “autorenovarse” y de formar al menos una o, en muchas ocasiones, varios tipos de células especializadas. El conjunto de células especializadas que proceden de una célula madre original se denomina “linaje celular”. Se pueden distinguir al menos cuatro tipos de células madres: Unipotentes, Multipotentes, Pluripotentes y Totipotente.
De estos cuatro tipos de células madres, solo el segundo y el tercero pueden emplearse para obtener diferentes tejidos, y son, por tanto, los que se aplican en procesos de clonación.
En el año 1998 se obtuvieron células madre embrionarias (células de las que se puede obtener cualquier tipo de célula de las que está compuesta un ser humano) a partir de embriones humanos que procedían de la fecundación in vitro.
Esos embriones estaban en la fase llamada de blastocisto. Los blatocistos son embriones de 5-6 días, que tienen un aspecto esférico con una cavidad interna. Se diferencian en ellos lo que es propiamente el embrión (un grupo de células llamado masa celular interna) y las células que darán lugar a la placenta.
Se tomaron masas celulares internas de varios blastocistos (destruyéndolos en el proceso) y las pusieron en cultivo. Se consiguió así, que esas células, llamadas células madre embrionarias, viviesen y se dividieran activamente en cultivo.
Pero se volvió a la cuestión ética, pues muchos creen que desde
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