Collar
Enviado por Agudelo Vanessa • 8 de Agosto de 2022 • Ensayo • 391 Palabras (2 Páginas) • 68 Visitas
Todas estas cosas, en las cuales ni siquiera habría reparado ninguna otra mujer de su casa, la
torturaban y la llenaban de indignación. Pensaba en los grandes salones colgados de sedas
antiguas, en los finos muebles repletos de figurillas inestimables y en los saloncillos
coquetones, perfumados, dispuestos para hablar cinco horas con los amigos más íntimos, los
hombres famosos y agasajados, cuyas atenciones ambicionan todas las mujeres. No hay nada
tan humillante como parecer una pobre en medio de mujeres ricas. Ella bailaba con
embriaguez, con pasión, inundada de alegría, no pensando ya en nada más que en el triunfo
de su belleza, en la gloria de aquel triunfo, en una especie de dicha formada por todos los
homenajes que recibía, por todas las admiraciones, por todos los deseos despertados, por una
victoria tan completa y tan dulce para un alma de mujer.
Espera, mujer, vas a resfriarte a la salida. La mujer se quitó el abrigo que llevaba echado
sobre los hombros, delante del espejo, a fin de contemplarse aún una vez más ricamente
alhajada se dio cuenta que no tenía el collar. Al día siguiente llevaron el estuche del collar a
casa del joyero cuyo nombre se leía Señora, no salió de mi casa collar alguno en este estuche,
que vendí vacío para complacer a un cliente. Encontraron, en una tienda del Paláis Royal, un
collar de brillantes que les pareció idéntico al que buscaban.
Loisel poseía dieciocho mil que le había dejado su padre. Se comprometió para toda la vida,
firmó sin saber lo que firmaba, sin detenerse a pensar, y, espantado por las angustias del
porvenir, fue en busca del collar nuevo, dejando sobre el mostrador del comerciante treinta
y seis mil francos. No abrió siquiera el estuche, y eso lo juzgó la otra una suerte. Loisel se
encuentra con su amiga en el mercado años después y conoció la vida horrible de los
menesterosos Y, vestida como una pobre mujer de humilde condición, fue a casa del
verdulero brazo, regateando, teniendo que sufrir desprecios y hasta insultos, porque defendía
céntimo a céntimo su dinero escasísimo. La señora Juana parecía entonces una vieja. Se había
transformado en la mujer fuerte y ruda de las familias pobres y descubre que el collar era
falso, simplemente bisutería
Bibliografía
Contes du jour et de la nuit, C. Marpon et E. Flammarion, 1885 (p. 73-93)
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