Conciencia Psicológica Y Conciencia Moral
Enviado por shocksxxx • 25 de Marzo de 2013 • 603 Palabras (3 Páginas) • 617 Visitas
“El término ‘conciencia’ es ambiguo. No posee el mismo sentido en la
expresión: ‘Este hombre ha perdido la conciencia’ y en la expresión ‘es un
caso de conciencia’. M. Lalande definió la conciencia psicológica como
‘intuición que el espíritu tiene de sus estados y de sus actos’. Perder la
conciencia es perder ese sentimiento de la existencia del mundo y de nosotros
mismos que, cuando estamos despiertos, acompaña todos nuestros actos. Pero
cuando nosotros hablamos de resolver un “caso de conciencia”, o de “juzgar a
conciencia”, entonces se trata de la conciencia moral. La cual no es un simple
testigo, sino un juez. Mientras la conciencia psicológica es una simple luz
que comprueba lo que es, la conciencia moral es en cambio, según la
expresión tradicional, como una ‘voz’ interior que prescribe lo que debemos
hacer.
La conciencia psicológica descubre a lo que es, la conciencia moral ordena lo
que debe ser. (…)
Tomar conciencia de nuestros actos es también saber que podemos actuar
de diversas maneras; representa a la re-visión de nuestros actos, la cual
nos permitirá concebir otros actos posibles. Tener conciencia (en el sentido
psicológico) no es permanecer prisionero del presente y de la realidad, es,
también, concebir un porvenir que podrá llegar a realizarse, el pasado que
fue o aquel que pudo haber sido. Así, cuando el hombre toma conciencia de
su conducta, comprende que hay varios comportamientos posibles, que puede
actuar de diversas maneras, que hubiera podido actuar de otro modo. (…)
‘Si la conciencia psicológica es un espectador, la conciencia moral es un
juez’. Pero la presencia del espectador es indispensable para que el juez
ejerza su función. La existencia de la conciencia psicológica es la condición
necesaria de la posibilidad de la conciencia moral. La conciencia psicológica nos abre la posibilidad de una elección entre diversos actos posibles. Y la
conciencia moral es el conjunto de las exigencias y de las prescripciones
(normas jurídicas y sociales, pautas de comportamiento) que reconocemos
como válidas a efectos de orientar esa elección.
De la misma forma por la cual nuestra conciencia estética parece reconocer
espontáneamente a los valores de belleza; y nuestra conciencia lógica, a los
valores de verdad; así, nuestra conciencia moral efectúa espontáneamente
juicios sobre el valor moral de nuestros actos. (Antes de actuar, estos
juicios se nos presentan bajo la modalidad de una exigencia; después de la
acción, se traducen en un sentimiento de satisfacción
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