Crisiss Ambiental
Enviado por vegaU • 5 de Septiembre de 2013 • 1.760 Palabras (8 Páginas) • 563 Visitas
La forma como el ser humano se
relaciona con el medio ambiente
LA RELACIÓN del ser humano con el ambiente siempre ha sido contradictoria.
Por un lado, destruyendo para sobrevivir; por otro, reproduciendo o garantizando
la reproducción de seres vivos (agricultura, ganadería, zonas de
prohibición de caza-pesca, etcétera), también con el propósito de vivir mejor.
La conciencia sobre esa doble necesidad siempre estuvo presente.1 Cualquier
historia ambiental del mundo muestra que las sociedades menos desarrolladas
tecnológicamente sufrieron de crisis ambientales, en la mayoría de los
casos por depredar recursos naturales hasta su extinción (Crosby, 1988; Ponting,
1992).
Hoy en día es reconocida la participación de hombres y mujeres que cruzaron
el “puente” de Beringia, desde el noreste asiático hasta Alaska hace unos
12,000 años, en la extinción de mamuts, mastodontes y otros grandes mamíferos,
a medida que avanzaban hacia el sur del continente americano. La conocida
tesis de Martin (1984) sobre el papel de grupos de cazadores paleolíticos
en la extinción de animales en continentes de colonización tardía, ha sido una
prueba de los efectos directos e indirectos que pueden provocar sociedades con
tecnologías “simples” sobre el medio ambiente en el largo plazo; aun cuando
otras variables, como cambios climáticos, puedan intervenir (Haynes, 2002). La
responsabilidad de los cazadores y recolectores en la extinción de la megafauna
en los continentes de colonización tardía se repite con las grandes aves en
las islas (Steadman y Martin, 2003; Anderson, 2002; Leacky y Lewin, 1998). La
fragmentación de hábitat por tala de bosques, la caza indiscriminada y la introducción
de especies de animales predadores exóticos, no son causas que difie-
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La crisis ambiental contemporánea
Humberto Tommasino
Guillermo Foladori
Javier Taks
Capítulo 1
1La magia, una de las formas de acción consciente sobre la naturaleza, tan antigua como la misma
especie humana, se presentó desde un inicio en su doble forma de magia por oposición (v.gr. pintura de
un cazador cazando) y magia por semejantes (v.gr. representación de res preñada). En la primera está presente
la forma destructiva, en la segunda la forma reproductiva (Frazer, 1998).
ran cualitativamente de las que contemporáneamente se identifican como responsables
de extinciones. Leacky y Lewin concluyen:
No hacen falta máquinas de deforestación masiva para ocasionar grandes
daños ambientales. Las sociedades con tecnología primitiva han establecido
en el pasado reciente una marca insuperada en este sentido, ya que desencadenaron
lo que en palabras de Storrs Olson fue “una de las más rápidas
y graves catástrofes biológicas de la historia de la Tierra” (1998: 192).
La destrucción de la megafauna es sólo la manifestación más visible de las
transformaciones que, desde los homínidos antecesores del Homo sapiens, se venían
causando a los ecosistemas.
También las especies no humanas están sujetas a la posibilidad de depredar
o degradar elementos vitales para su reproducción. El caso más notorio fue el
de las cianobacterias anaeróbicas que hace 3,600 millones de años y como resultado
de la falta de compuestos de carbono prebióticos, comenzaron a utilizar la
luz solar (fotosíntesis) para separar las moléculas de carbono del agua. Con ello
liberaron oxígeno que inundó la atmósfera y que, paradójicamente, se convirtió
en un gas tóxico para aquellas bacterias que vivían en ambientes sin oxígeno.
Los seres vivos aeróbicos pudieron reproducirse y diversificarse gracias a dicha
transformación de la atmósfera. A nivel local, son conocidos los múltiples casos
de erosión del suelo por cabras, de avance de hierbas o árboles sobre nuevos
ecosistemas como resultado de bruscos cambios ambientales, etcétera. La mayoría
de las especies no cuenta con un sistema de autorregulación según las
condiciones del medio en que se encuentra. Y, también, algunas especies reproducen
instintivamente otros seres vivos, que son fuente de sustento, como los
hongos criados por las hormigas para alimentarse. Y muchas utilizan instrumentos
para transformar el medio ambiente a sus necesidades, como las represas
que construyen los castores.
Lo que es distintivo de la especie humana no es, entonces, ni el efecto degradante
sobre el medio ambiente, ni la transformación de ese ambiente para
sobrevivir. Lo que es específico es que ese metabolismo con la naturaleza externa
se da de forma mediada. El ser humano transforma el medio ambiente externo
usando instrumentos que, a diferencia de los usados por otras especies, son
acumulados de generación en generación. Esta característica propiamente humana,
generó a manera de un bumerang, efectos al interior de la propia especie
humana. Los instrumentos acumulados son factibles de apropiación y monopolio.
Con ello, la sociedad humana se dividió en grupos y clases sociales, según la
relación de propiedad y apropiación de esos medios de producción, que fueron
siempre la base para transformar el ambiente externo. Así, al mismo tiempo
10 HUMBERTO TOMMASINO, GUILLERMO FOLADORI, JAVIER TAKS
que el ser humano transformaba el medio externo, se transformaba a sí mismo.
Las relaciones de producción que se establecen entre las clases y grupos o sectores
a cada etapa de la historia de la humanidad, condicionan la forma como
se modifica el ambiente externo. La relación del ser humano con su medio ambiente,
y las posibles crisis derivadas, están condicionadas por sus contradicciones
internas.
¿Qué son problemas ambientales?
La preocupación por el medio ambiente no debe basarse ni en la utilización de
recursos naturales ni en la generación de residuos. Eso es algo natural, inevitable,
y común a cualquier especie de ser vivo. La preocupación debe surgir cuando
esos recursos son utilizados a un ritmo mayor a las capacidades de la naturaleza
por reproducirlos; o cuando los desechos son generados a un ritmo también
mayor a la capacidad de absorción de la naturaleza. Los problemas ambientales surgen,
en cualquier caso, de una contradicción entre el ritmo de los ciclos biogeoquímicos,
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