Crítica argumentativa de los mensajes subliminales.

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Mensajes subliminales

Considero que los mensajes subliminales son un tema no tan relevante, ya que a lo largo de la historia de la sociedad, todos estos juegos visuales y engaños que hacen que los sentidos no vean las cosas de la manera que son, pueden estar sujetos a la mala interpretación de cada persona.

Todos estamos sujetos a no percatarnos de estos mensajes, cómo ya lo demostró James Vicary (aunque haya sido un fraude ya que se ha demostrado que el uso de éstos métodos no modifica la conducta del vidente) , cuándo a una velocidad tan rápida a la cual el ojo humano no es capaz de percibir la imagen de manera consciente, sin embargo de manera inconsciente, sí; éste es un claro ejemplo de que los mensajes subliminales pueden estar ahí sin siquiera notarlos, pero es de suma importancia (sobre todo en los anuncios publicitarios en los que se usan imágenes) tratar de discernir sí lo que se nos presenta puede tener un doble sentido por debajo del umbral de percepción o si somos nosotros mismos los que tratamos de darle un significado a cada detalle que se nos presenta, claro ejemplo se nos presentó en una exposición dada en clase en la cual se usaba como ejemplo la forma de la botella característica de vidrio de la empresa de refrescos Coca Cola, en la cual los expositores afirmaban que se podría tratar de aparentar la forma física de una mujer físicamente hablando.

A lo largo de los años se ha demostrado que la interpretación de la información ha provocado que se lleven a cabo diversos estudios, y podemos decir gracias a Lucía Sutil, con su teoría cognitiva de Beck que es cierto que si la información que se nos presenta es una provocación a cierta situación que los sentidos no estén acostumbrados o que no puedan manejar de  la misma manera que otras más comunes, pueden afectar directamente en nuestras emociones, y por lo tanto quedar un poco más arraigados a ésta relación de información-sentimiento cómo se nos presenta en diversos comerciales de televisión, el ejemplo más claro que puedo dar es aquel en el que las personas al adquirir cierto producto se ven riendo, felices, pasándola bien, entonces ahí es cuándo el subconsciente puede tener un doble sentido, al arraigarse a esa idea equivoca.

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