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Cuento Sobre El Sistema Gustativo


Enviado por   •  4 de Noviembre de 2014  •  1.688 Palabras (7 Páginas)  •  946 Visitas

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Amarguita es una niña muy aventurera que le gusta descubrir cosas nuevas. Un día llegó con su papá, el sabor señor Amargo y le pidió muy entusiasmada que la llevara junto con todos sus amigos (saladito, dulcecito, agriecito y umamito, quien recién llegó de Japón con los señores Umamis) a su trabajo para conocer lo que hacen él y los papás de sus amigos, los demás sabores.

El sabor señor Amargo muy feliz al ver el interés de su hija, lleva a todos los niños al cuerpo humano, el lugar donde todos los sabores trabajan, así comienzan la gran aventura!

El centro del poder del individuo humano está en su cabeza y ese centro es conocido como cerebro. Y ¿por qué les hablo de esto? Pues bien, mi intención es contarles la odisea que vivimos para llegar al famoso Sistema Nervioso Central.

Para llegar a éste necesitamos ser percibidos por el sistema olfatorio y el sistema gustativo, que tienen conexiones intensas y directas con las necesidades internas básicas del hombre: sed, hambre, sexo y memoria.

Saladito: Oiga señor Amargo, y ¿qué es esto que estamos pisando?

Dulcecito: Si, y ¿qué es ese gran tubo que se ve en la parte de atrás?

Señor Amargo: Con calma niños, esto que estamos viendo es la sala de los órganos que participan en la experiencia gustativa, esto que estamos pisando es la lengua, que tiene regiones específicas que son más sensibles a algunos sabores por ejemplo la punta de la lengua es más sensible a los papás de dulcecito, sin embargo, éstos no son necesarios para la supervivencia como lo son los señores Salados. Arriba de nosotros está el paladar y el tubo de atrás por el que preguntaban es la faringe y a través de ella pasan los olores de los alimentos que son ingeridos por el humano van hacia la cavidad nasal para ser detectados por los receptores olfatorios.

Amarguita: ¡Cuidado! ¡Hay una cosa babosa debajo de nosotros!

- Todos gritan -

Señor Amargo: Jajaja tranquilos niños, esa es la saliva, producida por la epiglotis, otra estructura que participa en la experiencia gustativa.

Umamito: Y señor Amargo, ¿qué parte de la lengua percibe a mis papás?

Señor Amargo: Ah claro, lo olvidaba! Tus papás, los señores Umamis son percibidos en el centro de la lengua; nosotros, los señores Amargos somos percibidos en la parte posterior mientras que los papás de Saladito y de Agriecito son percibidos en los costados de la lengua y de esta manera la lengua nos percibe a todos nosotros.

Así, el sabor señor amargo junto con los niños sabores, siguieron su recorrido por el cuerpo humano.

Umamito: Oiga señor amargo, ¿Qué son estas bolitas que estamos pisando? Ya me tropecé doce veces con ellas.

Señor amargo: Ah, ¿estas de aquí? Son las papilas gustativas, las vamos a encontrar en toda la superficie de la lengua.

Agriecito: Pero, ¿Hay diferentes tipos de papilas gustativas? Porque aquí hay dos de diferentes formas, y por allá se ve otra más.

Señor amargo: Ah, eres muy observador Agriecito, así es, hay tres formas diferentes de papilas, están las de forma cresta, que son las papilas foliadas; están las que tienen forma de grano, que son las papilas caliciformes y están las papilas en forma de seta, éstas últimas son las papilas fungiformes.

Pero en realidad, éstas papilas gustativas son mucho más complicadas de lo que parece, pero no creo que quieran escuchar de toooodo lo que están compuestas.

Amarguita: ¡Yo sí quiero!

– Yo también quiero escucharlo señor Amargo – Gritan los demás niños –

Señor amargo: Está bien, está bien, vamos a ver… dentro de cada papila se encuentran uno o varios corpúsculos gustativos, cada corpúsculo tiene de 50 a 150 células receptoras del gusto, también conocidas como células gustativas, éstas están organizadas en sectores; sin embargo, estas células gustativas conforman el 1% del epitelio del la lengua.

Las células receptoras van a regenerarse cada dos semanas, esto gracias a las células basales. Además las células del corpúsculo gustativo se dividen en tres categorías, las células de soporte, que detectan a los señores Salados; las células receptoras, que detectan a los señores Dulces, a los señores Umami, y a nosotros, los señores Amargos, y por último las células presinápticas que detectan a los señores Agrios o Ácidos.

Amarguita: ¡Umamito! ¡No aprietes eso!

Umamito: ¿Por qué no? Son botones, parecen divertidos.

Amarguita: Sí, sí lo son, pero son los botones gustativos, leí en un libro que éstos también tienen células basales que rodean a las células gustativas y un conjunto de axones aferentes gustativos.

Agriecito: Pero hay muchísimos de estos botones, ¿no?

Amarguita: Sí, cada persona tiene de dos mil a cinco mil corpúsculos gustativos.

- ¡Ahh!- Todos gritan

Dulcecito: ¡¿Qué está pasando?! – grita asustado-

Saladito: Parece que la lengua se movió, pero no sé por qué.

Umamito: Es que la mayoría de las pupilas tienden a ser sensibles a un único sabor básico cuando las concentraciones están justo por encima del umbral.

Dulcecito: Señor Amargo, ¿Para qué es este letrero que dice zona apical?

Agriecito: Yo había leído que la zona apical de la célula receptora del gusto es la parte químicamente sensible.

Señor Amargo: Sí, además, esta zona tiene pequeñas extensiones denominadas microvellosidades que proyectan al poro gustativo. Pero sigamos, no se queden atrás.

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