CÁNCER CERVICOUTERINO

CÁNCER CERVICOUTERINO

El cáncer no corresponde a una sola enfermedad, sino a un grupo de procesos de degeneración de células que se pueden producir a partir de cualquier tejido del organismo. La carcinogénesis es el mecanismo a través del cual las células sanas se transforma en cancerosa y comienzan a crecer de forma incontrolada infiltrándose en los tejidos adyacentes mediante los vasos linfáticos y sanguíneos, destruyéndolos (Rubin, 2003).

Por acción de los agentes cancerígenos, la célula normal sufre alteraciones diversas que modifican su ADN, lo que determina una transformación de su mensaje genético. Como consecuencia, la célula cambia de forma y de tamaño, el núcleo se hace más grande y las divisiones celulares se realizan a un ritmo desordenado, mucho más rápido que el normal. Todas las alteraciones sufridas por las células normales hacen que se forme una masa de células extra, un crecimiento (tumor). Esta masa puede ser no cancerosa (benigna) o puede ser cancerosa (maligna) (Tubiana, 1989; Hartman y Loprinzi, 2005).

Dentro de la enfermedad oncológica se encuentra el cáncer cervicouterino, un tipo frecuente de cáncer en mujeres, y consiste en una enfermedad en la cual se encuentran células cancerosas en los tejidos del cuello uterino. El útero es un órgano hueco, en forma de pera invertida, el cuello o cérvix uterino es una abertura que conecta el útero con la vagina (Hartmann y Loprinzi, 2005).

El cáncer cervicouterino crece lentamente, antes de que aparezcan células cancerosas en el cuello uterino se inicia con cambios precanceroso benignos llamados Displasia Cervical, o Neoplasia Intraepitelial Cervical (NIC) durante el cual empiezan a aparecer células anormales que comienzan a crecer y se diseminan con mayor profundidad en el cuello uterino y en las áreas circundantes (Hartmann y Loprinzi, 2005; Franco, 2006).

Existen tres grados NIC que se basan en qué tan anormales parecen las células bajo el microscopio:

NIC 1 se refiere a las células con una apariencia levemente anormal.

NIC 2 se refiere a las células con una apariencia moderadamente anormal.

NIC 3 se refiere a células que tienen una apariencia severamente anormal.

NIC 3 también es conocido como carcinoma in situ, las células parecen cancerosas, pero están aún limitadas a la superficie del cérvix sin invadir sus tejidos más profundos. La mayor parte del tiempo, la displasia leve desaparece sin tratamiento. El sistema inmunológico del cuerpo desecha las células alteradas o combate la infección subyacente que desencadena los cambios. En otros casos, esta anormalidad marca el primero de una serie de cambios progresivos que llevan al cáncer cervicouterino, un proceso que probablemente se lleva años. El cáncer cervical sigue un camino bien conocido: se inicia como displasia, progresa a carcinoma in situ y finalmente se transforma en cáncer invasor (Hartmann y Loprinzi, 2005).

Incidencia

El cáncer cervicouterino persiste como un problema de salud no resuelto a nivel mundial, ocupa el séptimo lugar entre todas las neoplasias malignas que afectan tanto a hombres como a mujeres y después del cáncer de mama, es el más frecuente en el sexo femenino, la mayor incidencia se reporta en mujeres con edades comprendidas entre los 40 y 50 años (Torres, 2004). Según cifras del Registro Histopatológico de Neoplasias Malignas en el 2001 se registraron 108 064 tumores malignos, de los cuales el 35% afectaron a hombres y 65% a mujeres, siendo en mujeres, el área genital la más afectada con un 21.5% (véase fig. 1).

Fuente: Rizo, Sierra, Vázquez, Cano, Meneses y Mohar, 2007

Figura 1. Frecuencias relativas de las neoplasias malignas por sexo.

También se puede observar en la figura 2 que el cáncer de cuello de útero tiene la incidencia más alta dentro de las neoplasias genitales.

Fuente: Rizo y cols, 2007

Figura 2. Distribución de neoplasias de órganos genitales femeninos.

Cada año se registran 437,000 nuevos casos por cáncer cervicouterino en el mundo, la mayoría en países en vías de desarrollo, donde los registros suelen ser incompletos (INEGI, 2009).

México presenta una de las tasas de incidencia más alta en al ámbito mundial, en el año 2002 la OMS estimó que la tasa de mortalidad estandarizada para este tipo de cáncer a nivel mundial es 9.0, y ubico a México por encima, con 14.1. Según el INEGI (2009) y la Secretaria de Salud (SSA) en nuestro país, anualmente se registran 4,000 muertes. En el 2007, la tasa de mortalidad por cáncer cervicouterino aumento a 14.3, y por entidad federativa ninguno de los estados de la Republica Mexicana está por de bajo de la media observada a nivel mundial (véase fig.3)

Fuente: INEGI. Estadísticas vitales, 2007. Base de datos. CONAPO.

Nota: Tasa de mortalidad observada por cada 100 mil mujeres de 25 años y más.

Figura 3. Tasa de mortalidad por cáncer cervicouterino por entidad federativa 2007.

Tipos de cáncer cervicouterino

Los cánceres cervicales se dividen en dos tipos principales, nombrados por el tipo de célula dentro del cérvix en donde se inició el cáncer. Los cánceres de células escamosas o carcinomas escamosos

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