Cólera París 1832

El saber de la enfermedad: ensayo sobre el cólera de 1832 en París

Fraçois Delaporte. Colección de textos de ciencias humanas. Bogotá: Universidad Colegio Mayor de Nuestra Señora del Rosario, 2005.Traducción de Rodrigo Zapata Cano. ISSN 958-8225- 61 2

La comprensión de la historia de la salud pública en el mundo occidental se enriquece ostensiblemente con trabajos como el publicado en esta obra. En 1832 se desató una severa epidemia de cólera en París, lo que generó, además de los problemas propios de la epidemia, un debate de magnitud política que hizo tambalear las incipientes instituciones republicanas. El desarrollo social y político de Francia a principios del siglo XIX había generado un nivel de confianza con respecto a la seguridad sanitaria, dados los desarrollos políticos hacia el reconocimiento de los derechos humanos, la búsqueda de la igualdad entre los ciudadanos y el mejoramiento de las condiciones urbanística de la ciudad; a esto se suma la promulgación de un conjunto de normas higienistas y de salubridad implementadas a partir de la revolución de 1789.

Estas condiciones —que son particulares en el concierto de las naciones europeas— generaron una sensación de baja vulnerabilidad del país frente a la introducción de epidemias, que se veían como propias de sociedades más atrasadas, sensación notoria particularmente en Francia por su privilegiada topografía y el nivel de salud alcanzado por su población. No obstante, en el año de 1832, millares de habitantes de París padecieron la enfermedad y la gran mayoría de ellos falleció, poniendo en evidencia la escasa preparación para atender un evento de esta magnitud.

El libro se centra en el análisis histórico de las condiciones políticas, sociales y sanitarias prevalentes en la época y los debates que se suscitaron para dar una respuesta acertada al fenómeno. La obra es un testimonio de la fragilidad de las instituciones frente a eventos que ponen en serios cuestionamientos los paradigmas explicativos del proceso salud-enfermedad, cuando aún no se había desarrollado el conocimiento de la microbiología.

Es de interés para los salubristas aproximarse a los debates epidemiológicos entre las explicaciones del contagio frente a las de la infección. Cada una de estas posiciones, aparentemente sustentadas en el saber de la medicina del momento, porta un trasfondo político y determina la posición social que los enfermos asumirían, así como la respuesta de las autoridades sanitarias para enfrentar la epidemia.

El tema es tratado con rigor metodológico. Las fuentes y citas bibliográficas dan cuenta fehaciente del desarrollo de una higiene política, un saber médico y unas técnicas epidemiológicas propias de una época de grandes transformaciones históricas y de los contrates inherentes a un proceso de transformación de una Europa que

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