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Derechos Humanos


Enviado por   •  9 de Marzo de 2014  •  3.034 Palabras (13 Páginas)  •  258 Visitas

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LOS DERECHOS HUMANOS EN LA ANTIGÛEDAD

INTRODUCION

La expresión de "derechos humanos", es de origen reciente. Su fórmula, de inspiración francesa, "derechos del hombre", se remonta a las últimas décadas del siglo XVIII. Pero la idea de una ley o legislador que define y protege los derechos de los hombres es muy antigua.

Para hablar sobre sus orígenes, corresponde hacer referencia a su origen filosófico, desde el pensamiento presocrático para llegar hasta nuestros días.

1.1Los presocráticos

Los derechos humanos tienen antecedentes filosóficos milenarios. Algunos autores creen que la filosofía de los derechos humanos es coetánea con su periodo de postilación jurídica ocurrida particularmente en Inglaterra desde el siglo XIV y en los Estados Unidos de Norteamérica y Francia a fines del siglo XVIII. Es cierto que la formulación y conceptualización filosófica de los derechos humanos tiene un largo periodo de gestación y desarrollo, por lo cual debemos dirigir la mirada más atrás en el tiempo hasta el nacimiento mismo de la filosofía.

Los filósofos griegos se entregaron a intensas y profundas especulaciones sobre la ley, el derecho, la justicia, el Estado, muchísimo antes de crearse las disciplinas jurídicas, la filosofía jurídica o positivización de los derechos humanos. En efecto, fueron los griegos antiguos los que por primera vez se enfrentaron a los problemas jurídicos, las instituciones legales, la justicia o el Estado, con espíritu filosófico del cual necesariamente debe partirse para obtener una clara comprensión de estos fenómenos tal como los registramos en la actualidad.

La importancia de las ideas acerca del derecho, la justicia, el Estado entre los antiguos griegos radica en que en su tiempo los veían en su conexión orgánica con la totalidad de su cultura como unidades cohesionadoras del ser natural y social en el cual cabían todos los entes. El ser omniabarcante se regía por una «justicia cósmica» inspirada en la ley jurídica de la polis. Cualquier ente era justo cuando su existencia no interfería con el orden al cual pertenecía. La injusticia se producía por la alteración del equilibrio.

En los poemas homéricos y hesiódicos reputados como los textos más antiguos de la cultura griega, hay numerosas referencias a la justicia (temis, diké), entendida como medida, orden, equilibrio y restablecimiento de ellos cuando era menoscabados. La justicia humana de la polis fue transferida al mundo natural y el acontecer físico era explicado por los conceptos propios de los nomos [1] escritos diferentes a los voluntariosos de la aristocracia. [2]

Los primeros legisladores introdujeron la idea de ver en los nomos escritos la posibilidad de nivelar las desigualdades sociales y evitar los abusos desmedidos de la aristocracia porque contenían la justicia ordenadora que significaba dar a cada uno lo suyo. Los amos absolutos ya no eran los aristócratas, sino los nomos escritos, ante los cuales, los griegos temblaban –según un pasaje de Herodoto- más que frente a los ejércitos persas.

Ahora bien, no es exagerado afirmar que en el momento del esclavismo griego, la visión de justicia y ley constituye la semilla de los derechos humanos modernos en cuanto que ven en la organización jurídica de la polis una limitación al poder del Estado libre, porque el esclavo era un « instrumento parlante». Además presagian lo que se ha dado en llamar el «estado de derecho».

Con Anaximandro [3]: persiste una justicia cósmica calcada de la humana como lucha entre las cosas y los seres humanos, donde el juez es el tiempo.

Con los pitagóricos las justicia adquiere un sentido de reciprocidad entre los iguales regulada por el Estado, como «número cuadrado».

Heráclito [4], ve en la ley jurídica la muralla espiritual de polis que protege la vida de la comunidad y del individuo: «es preciso que el pueblo luche por la ley, como por sus murallas». Según este filósofo, la ley no es intocable ni estable, puesto que la sociedad tampoco lo es, sino que se basa en la oposición de clases y grupos e intereses irreconciliables.

En los presocráticos, el peso de la justicia y la ley es definitivo en la regulación de los derechos individuales y colectivos.

1. 2. Sócrates, Antígona

Para Sócrates, obedecer la ley es cumplir con ese convenio existente entre la polis y el individuo, una especie de convenio tácito, libre, conforme al cual se debe acatar a la ley a cambio de la protección y seguridad que la polis brinda a todos, se recibe más de lo que uno da.

Para el citado filósofo las leyes del Estado sirven para organizar la vida del individuo y la comunidad, por lo que sin ley, no se puede hablar de familia, matrimonio, educación, cultura, y la polis misma. Se debe acatar la ley aunque no se comparta, por ello acata una sentencia, porque ésta encarna la justicia de la polis.

Para Sócrates [5], por tanto, predomina el interés político jurídico frente al individuo sobre la base de los que hoy se llama el «estado de derecho», precedente trascendental para la materialización de los derechos humanos.

La Antígona de Sófocles [6], por su lado, una obra literaria de amor y dolor, contiene un legado inmortal en asuntos jurídicos, morales y políticos, plenamente vigentes en nuestros días: el conflicto entre el individuo y el Estado, la conciencia y la autoridad, la subjetividad y el poder, vale decir, derechos humanos.

Antígona es condenada a muerte por violar un decreto de Creonte, con fundamento en su conciencia moral fundada en “leyes no escritas”. El principio de legalidad de Creonte es relativizado por la conciencia de Antígona, que opone la verdad sin poder a un poder sin verdad. El gesto de Atnígona exalta la conciencia individual frente al poder estatal, fundado en el derecho y la sentencia injusta.

Sócrates y Antígona, marcan dos direcciones opuestas en la valoración del derecho, el Estado, y la conciencia humana. Para Sócrates lo fundamental y supremo es la LEY o “seguridad del Estado” y para Antígona, es legítima la desobediencia al Derecho cuando se trata de una injusticia. [7]

1. 3. Los sofistas

El pensamiento de los sofistas implicó un primer intento de establecer una distinción entre la personalidad individual y aquellos atributos que eran propios y exclusivos de los ciudadanos. La crítica al orden social vigente no implicaba un reconocimiento de la existencia de derechos que correspondieran a todos los seres humanos. La muerte de Sócrates describe con agudeza este conflicto. [8]

1.4. Platón

Platón afirma que la justicia es la virtud por excelencia tanto del alma humana como de la polis, pero se trata de una justicia que no puede

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