Desnutrición infantil: Un problema social.
Enviado por Martin Davis • 4 de Julio de 2017 • Ensayo • 1.646 Palabras (7 Páginas) • 289 Visitas
Desnutrición infantil: Un problema social.
Hoy en día, podemos ir circulando por la vía pública de la ciudad de Concordia y apreciar la pobreza que existe en ella, vemos millones de casas precarias, personas que viven en la calle y los “carritos” a caballos, donde no solo sufre el caballo que los carga sino también las personas que van en ellos. Y que Dios me perdone si me equivoco, pero estoy convencido de que en un 90% de esos carros, van niños y un 98% de esos niños, están malnutridos o desnutridos. Para entender un poco más de esto debemos saber lo que decimos, ¿qué es estar malnutrido? y ¿qué es estar desnutrido? Estar malnutrido hace referencia a la insuficiencia en a calidad nutricional de la dieta, en cambio, la desnutrición va más allá de la alimentación y la dieta.
La palabra desnutrición, etimológicamente, proviene del latín des- (alejamiento, separación múltiple), nutrire (alimentar) más el sufijo –cion (acción y efecto) y quiere decir. “Acción y efecto de no consumir alimentos”, esta definición es correcta, pero yo sería más abarcativo diciendo: “Fenómeno de alcance mundial, enfermedad compleja de causas múltiples y distintas índole: social, política, económica y cultural, que no solo tiene connotaciones físicas por la falta de alimentos sino culturales y éticas. Es resultado de una compleja interacción de diversos factores que abarcan aspectos tan dispares como las enfermedades y una alimentación inadecuada, la falta de acceso a una EDUCACIÓN de calidad y a la información correcta (para los adultos, pues los bebés al nacer dependen totalmente de ellos), el agua potable y el saneamiento ambiental.” A continuación, detallaré un poco más lo que acabo de decir de manera resumida:
¿La desnutrición es un fenómeno de alcance mundial? Sí, en todos los países y continentes del mundo se puede ver la desnutrición. Si tenemos en cuenta América Latina, una región de segundo mundo y en vías de desarrollo que no sale de su atraso crónico porque nuestro intelecto está dañado, aproximadamente el 11% de la población está desnutrida. Y por ejemplo, en Haití el porcentaje de población desnutrida es del 57% (un dato extraordinario desde el punto de vista negativo), en Bolivia el 27%, en República Dominicana el 24%, en Guatemala el 22%, en Granada el 21%, en Nicaragua el 19% y en Perú el 16%, entre otros. En Argentina, el porcentaje es menor a 5% pero esto igual sigue siendo alarmante. Una nación es la metáfora de una gran familia, y hoy la Argentina tiene la capacidad de producir alimentos para 400 millones de personas. Es una inmoralidad y un fracaso como comunidad que exista en nuestro país un solo chico que no tenga garantizada su buena alimentación y protección. Nada, absolutamente nada puede justificarlo. No existe algo más prioritario que remediar.
Debemos comprender que la desnutrición es una enfermedad que es problema de todos y nos afecta a todos. ¿Y por qué digo esto? Primero, solo se podrá abordar con éxito el negativo y preocupante signo social de la desnutrición infantil, si se conoce el conjunto de causas que le dan origen. Esto implica que todos los argentinos/as estemos informados sobre esta enfermedad, que debemos hacer para evitarla, y si vemos algún caso, saber actuar para erradicarla. Porque si seguimos haciendo lo que estamos haciendo, seguiremos consiguiendo lo que estamos consiguiendo, es decir, una sociedad con más niños desnutridos; una sociedad donde los cerebros de la mayoría de los adultos de las próximas generaciones estén enfermos y no sean capaces de desarrollar sus aptitudes tanto físicas como intelectuales.
El Dr. Abel Albino, reconocido médico pediatra de nuestro país y fundador de la fundación CONIN, organismo que se encarga de asistir a los grupos de riesgo de desnutrición infantil, afirmaba lo siguiente: “Debemos prevenir el daño cerebral, ningún desarrollo es posible cuando existen ejércitos de niños débiles mentales por desnutrición” y luego agregaba: “El grave problema de la desnutrición es que provoca debilidad mental, el recurso humano dañado por la miseria, la pobreza y la injusticia es lo que impide la capacidad de crecimiento de nuestro país”. Por lo tanto es correcto afirmar que esta enfermedad es problema de todos los habitantes de esta “nación inmensamente rica, extraordinariamente grande y peligrosamente despoblada”, como decía el Dr. Albino.
Debo detenerme un segundo para hablarles también de un factor muy importante dentro de todo esto, llamada Familia, por sentido común, el niño al nacer no puede alimentarse por sí solo, por lo tanto depende de un agente externo que son los padres en este caso. Concuerdo con el Dr. Albino cuando dice que no solamente hay que sacar a la criatura de un estado de desnutrición, sino que se debe educar a los padres para que ese niño no vuelva a desnutrirse, ¿de qué me sirve a mí alimentar a un niño desnutrido si después lo voy a volver a meter a ese mundo hostil de dónde vino? Los comedores no son una solución para el problema, los comedores son necesarios en caso de una catástrofe natural o de índole parecida, pero en realidad los niños deben alimentarse dentro de un hogar, un lugar donde estén protegidos y se sientan amados por sus padres, un lugar que les permita crecer y desarrollarse, esa es la solución, la solución de educar a los padres para que tengan las herramientas adecuadas para sostener la vida de esa joya que trajeron al mundo, y sí, sé que podrán decir ¿acaso un solo niño es una joya? Y la respuesta es SÍ, todos los niños de este país son una joya para el Estado, porque algún día esta nación estará en manos de ellos y es nuestro deber prepararlos para que nuestro país progrese.
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