Diamante Mandarin
Enviado por anavaldesa • 15 de Enero de 2014 • 2.032 Palabras (9 Páginas) • 303 Visitas
DIAMANTES MANDARINES
J. Eduardo Rodríguez (Makambo)
Información general
El Poephila guttata o diamante mandarín es un ave perteneciente al orden Paseriformes,
concretamente a la familia de los Estríldidos y al género Poephila. Dentro de la especie podemos
encontrar dos subespecies, Poephila guttata guttata y Poephila guttata castanotis. Las poblaciones en
libertad se distribuyen ampliamente por el continente australiano, localizadas sobre todo, en zonas
semidesérticas donde las lluvias son poco frecuentes. Suelen vivir en extensas praderas con diversas
Gramíneas o pastos, o en pequeñas zonas boscosas con vegetación espinosa del tipo de las acacias. Estas
aves son muy sociables, es fácil verlos reunidos en bandadas de docenas de ejemplares. Cuando se
forman parejas, se suelen mantener hasta que uno de los dos individuos que la integra muere, sólo en
raras ocasiones pueden darse relaciones polígamas del tipo de la poliginia entre varios individuos, es
decir, que un solo macho se aparea con varias hembras y cuida simultáneamente de sus respectivos
pichones. Son pájaros fundamentalmente granívoros, su alimentación se basa en diferentes semillas
aunque también consumen algo de fruta, verdura y brotes de semillas en germinación.
Colonia de mandarines
Alojamiento
Los mandarines son pájaros que se adaptan bien a vivir en cautividad tanto en pajareras como en
jaulas, siempre y cuando estas últimas tengan unas medidas adecuadas que permitan el vuelo horizontal
del animal para que se mantenga bien ejercitado. Para su reproducción, yo uso ambos tipos de
alojamiento y cada uno tiene sus ventajas e inconvenientes. Por ejemplo las jaulas que utilizo son
rectangulares, en ellas los pájaros se sienten seguros, tienen unas medidas aproximadas de 75 (largo) x
40 (alto) x 30 (ancho) cm, no siendo aconsejable que dichas medidas sean inferiores si se quieren
conseguir resultados satisfactorios.
Si decidimos usar pajarera es imprescindible colocar comederos, bebederos, bloques de calcio,
huesos de sepia y bañeras suficientes y bien repartidas por todo el espacio de dicha pajarera para que no
haya disputas territoriales a la hora de su uso. Con esta técnica solventamos más de un problema además
del anterior pues estamos obligando a los pájaros a desplazarse continuamente para comer, beber,
bañarse... en definitiva haciendo del ejercicio una práctica habitual en ellos y, por lo tanto, obteniendo
unos ejemplares fuertes y sanos. Sin duda ellos nos lo agradecerán.
En cambio, si optamos por la crianza en jaulas es suficiente con un bebedero y un comedero
además de todos los accesorios anteriormente citados. Para darle solución al tema de la movilidad y que
nuestros pájaros no lleven una vida sedentaria basta con poner solamente dos perchas, eso sí, lo más
separadas posible.
Otros aspectos importantes a tener en cuenta son las posaderas o perchas que vayamos a utilizar,
las prefiero de ramas naturales cortadas de árboles frutales a poder ser. Con ellas conseguimos que los
mandarines ejerciten activamente sus patas ya que el grosor de las perchas es variable, además de
limarse las uñas. Las perchas de plástico tienen el inconveniente de no limarlas por lo que deberíamos
proceder a cortárselas cada cierto tiempo con todos los riesgos que eso conlleva.
También, y si es posible, es recomendable que durante las noches las aves cuenten con una luz de
baja intensidad que les provea de una mínima claridad como para que si caen del posadero o se asustan
puedan incorporarse de nuevo a su sitio evitando así posibles contusiones o fracturas de alas o patas. Por
último, pero no menos importante, es la ubicación de la pajarera o jaula. Deben estar en lugares secos,
libres de corrientes de aire y lluvia y, sobre todo tranquilo, que permita un buen descanso. Si se cumplen
todas estas condiciones, sin duda veremos unos ejemplares vigorosos y llenos de salud.
Proceso de cría
El paso más importante en el proceso de cría de cualquier especie es el de la elección de una buena
pareja. “Simplemente” consistirá en elegir un macho y una hembra que posean un buen estado físico y
de salud, además de una serie de características que se adecuen a nuestras necesidades en ese momento;
es decir, tenemos que tener en cuenta varios factores como la mutación del pájaro así como las
mutaciones que porta; definición y nitidez del color de su plumaje, tamaño, edad, morfología, actividad
del animal, parentesco entre individuos, evitando la consanguinidad siempre que se pueda ya que trae
consecuencias nefastas como la pérdida de variabilidad genética, la disminución del tamaño de sus
futuros pollos, aparición de mutaciones letales... Como vemos las comillas de “simplemente” tienen
bastante sentido, ya que esta tarea puede ser bastante complicada según los casos.
Yo suelo elegir los ejemplares de criadores particulares y aficionados, me gusta visitar sus
instalaciones y examinarlas a fondo. Una de mis premisas es la higiene y la alimentación, nunca se
podrían criar buenos pájaros en unas instalaciones con falta de limpieza o con una dieta pobre. Los
bebederos y comederos han de estar extremadamente limpios y la comida debe ser variada (mixtura de
semillas, frutas, verduras y germinados a base de ciertas semillas como negrillo, alpiste y mijo).
Una vez que tengamos a los pájaros alojados en su nuevo hogar sólo tenemos que armarnos de
paciencia. Será cuestión de semanas para que todo nuestro esfuerzo se vea recompensado con una buena
nidada. Si criamos en pajarera y dejamos que los ejemplares se emparejen como quieran el proceso será
más rápido que si lo hacemos en módulos de cría individuales, aunque su principal inconveniente es que
no podremos llevar un control de las mutaciones de los pollos ya que sus padres se habrán mezclado a su
gusto. A mí personalmente me gusta tener las nuevas parejas en jaulas individuales conociéndose
durante un periodo de un mes mas o menos, con esto consigo mantenerlas en cuarentena evitando así
cualquier sorpresa en modo de parásitos o infección. Además, este tiempo me sirve para encollerarlas;
es decir, que cuando las paso a pajarera con las demás, la unión no se deshace y llevo una crianza más
controlada.
Después del transcurso de este periodo suelen entrar en celo, los canturreos del macho
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