ClubEnsayos.com - Ensayos de Calidad, Tareas y Monografias
Buscar

EL EDUCADOR Y LA ETICA PROFECIONAL


Enviado por   •  10 de Noviembre de 2014  •  1.270 Palabras (6 Páginas)  •  499 Visitas

Página 1 de 6

EL EDUCADOR Y LA ETICA PROFESIONAL.

La docencia es una actividad ocupacional que tiene, al menos en cierto grado, todas las características por las que se define una profesión:

A) presta un servicio específico a la sociedad.

b) es una actividad encomendada y llevada a cabo por un conjunto de personas (los profesionales) que se dedican a ella de forma estable y obtienen de ella su medio de vida.

c) los profesionales acceden a la docencia tras un largo proceso de capacitación, requisito indispensable para estar acreditados para ejercerla.

d) los profesionales forman un colectivo más o menos organizado (el cuerpo docente o el colegio profesional) que tiene o pretende obtener el control monopolístico sobre el ejercicio de su profesión.

Al generalizarse la enseñanza obligatoria y abrirse los otros niveles a amplias capas de la población, está creciendo el número de maestros y profesores. Por eso mismo, no está de más recordar que la profesión docente no siempre ha existido ni siempre ha presentado los perfiles de su configuración actual.

Nace en un determinado tipo de sociedad y está en función de esa sociedad. A cada tipo de sociedad corresponde una forma de concebir el saber.

Al cambio en la concepción del saber corresponde un cambio en la concepción de la docencia y en el perfil de los responsables de impartirla; y los cambios en las configuraciones del tipo de profesor son correlativos e interdependientes de los cambios en el perfil de los aprendices, alumnos o estudiantes.

Cuando no había escuelas se aprendía a vivir viviendo, a cazar cazando, y a ejercer los oficios haciendo de aprendiz en los talleres en que esos mismos oficios se practicaban.

Hay críticos de la sociedad escolarizada, como Ivan Illich, que consideran que lo importante se aprende hoy fuera de las aulas; pero en general se estima que ya no se puede vivir ni entender el mundo sin pasar por la escuela. La escuela, tal como está, tiene innumerables defectos; pero quienes no pasan por ella o fracasan en ella no potencian, precisamente,

sus oportunidades en la vida.

El INFORME DELORS ha sabido ofrecer en términos sintéticos unos objetivos en los que confluyen por igual la educación inicial y la educación a lo largo de toda la vida, la educación formal y la educación informal: aprender a conocer, aprender a aprender, aprender a vivir juntos y aprender a ser.

Para todo eso es para lo que se necesitan profesores y educadores; ellos tienen encomendada la tarea de facilitar los procesos de aprendizaje de conocimientos y actitudes que favorecen el acceso a la vida adulta, a los estudios superiores, al mundo profesional y científico por parte de la nueva generación. Para seguir llevando la vida que llevamos o que

intentamos llevar se necesita no sólo la escuela sino también los conocimientos que se investigan y enseñan en la universidad. No es posible cuidar la salud sin médicos, administrar justicia sin juristas, tener técnica sin ingenieros, información sin periodistas, ni aguantar las tensiones de la vida actual sin acudir al psicólogo. Todos ellos, para llegar a ejercer sus respectivas profesiones, tienen que haber pasado muchos años en las aulas; allí se habrán encontrado a su vez con otros profesionales: los profesores.

Un profesional ético es aquél que hace el bien en su profesión haciendo bien su profesión. No hay nada más moralizador que que cada cual haga bien lo que tiene que hacer, lleve a cabo cada actividad procurando realizar el bien al que esa actividad está intrínsecamente orientada.

Toda ética profesional tiene su núcleo inspirador y su aliciente máximo en los bienes intrínsecos que se propone realizar. Es algo tan obvio como, en ocasiones, olvidado.

Cuidar la salud con arreglo a los conocimientos y técnicas disponibles es el bien intrínseco de la profesión médica; asesorar y representar ante los tribunales y en las relaciones contractuales para defender los derechos y legítimos intereses de sus clientes en el marco de la legalidad vigente es el bien intrínseco de la profesión de abogado, etc. El bien intrínseco a la práctica de la docencia es que los alumnos aprendan.

El ejercicio éticamente responsable de

...

Descargar como (para miembros actualizados) txt (8 Kb)
Leer 5 páginas más »
Disponible sólo en Clubensayos.com