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EL PAPEL DEL TRABAJO EN LA TRANSFORMACION DEL MONO EN HOMBRE


Enviado por   •  25 de Septiembre de 2012  •  359 Palabras (2 Páginas)  •  498 Visitas

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F. ENGELS

EL PAPEL DEL TRABAJO EN LA

TRANSFORMACION DEL MONO EN

HOMBRE [1]

El trabajo es la fuente de toda riqueza, afirman los especialistas en Economía política.

Lo es, en efecto, a la par que la naturaleza, proveedora de los materiales que él convierte

en riqueza. Pero el trabajo es muchísimo más que eso. Es la condición básica y

fundamental de toda la vida humana. Y lo es en tal grado que, hasta cierto punto,

debemos decir que el trabajo ha creado al propio hombre.

Hace muchos centenares de miles de años, en una época, aún no establecida

definitivamente, de aquel período del desarrollo de la Tierra que los geólogos

denominan terciario, probablemente a fines de este período, vivía en algún lugar de la

zona tropical —quizás en un extenso continente hoy desaparecido en las profundidades

del Océano Indico— una raza de monos antropomorfos extraordinariamente

desarrollada. Darwin nos ha dado una descripción aproximada de estos antepasados

nuestros. Estaban totalmente cubiertos de pelo, tenían barba, orejas puntiagudas, vivían

en los árboles y formaban manadas [2].

Es de suponer que como consecuencia directa de su género de vida, por el que las

manos, al trepar, tenían que desempeñar funciones distintas a las de los pies, estos

monos se fueron acostumbrando a prescindir de ellas al caminar por el suelo y

empezaron [67] a adoptar más y más una posición erecta. Fue el paso decisivo para el

tránsito del mono al hombre.

Todos los monos antropomorfos que existen hoy día pueden permanecer en posición

erecta y caminar apoyándose únicamente en sus pies; pero lo hacen sólo en caso de

extrema necesidad y, además, con suma torpeza. Caminan habitualmente en actitud

semierecta, y su marcha incluye el uso de las manos. La mayoría de estos monos apoyan

en el suelo los nudillos y, encogiendo las piernas, hacen avanzar el cuerpo por entre sus

largos brazos, como un cojo que camina con muletas. En general, aún hoy podemos

observar entre los monos todas las formas de transición entre la marcha a cuatro patas y

la marcha en posición erecta. Pero para ninguno de ellos ésta última ha pasado de ser un

recurso circunstancial.

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