ENERGÍA BIOMASA. ¿Qué es y qué ventajas supone para el mundo actual?

ENERGÍA BIOMASA. ¿Qué es y qué ventajas supone para el mundo actual?

Isabella Sánchez Castro. 11048.

        Los combustibles fósiles son -y serán quizás- la principal fuente de energía en el mundo. Sin embargo, años atrás comenzó lo que podría considerarse como una crisis de la energía fósil. En esta crisis se engloba la carestía del petróleo, las amenazas del calentamiento global y, así mismo, la conocida vulnerabilidad del suministro de materias primas provenientes de estos residuos. Aunado a estos sucesos, la preocupación por el agotamiento de estos recursos en conjunto con la dependencia energética que se está viviendo en este mundo en constante globalización, los países a lo largo del mundo se han visto en la necesidad de adoptar como parte del proceso de generación de energía a las fuentes renovables. Un ejemplo de estas fuentes renovables es el aprovechamiento de la biomasa para la generación de energía; esta fuente de energía aporta ventajas positivas como el balance de CO2 y energía, el darle un nuevo futuro a suelos que no eran productivos, generación de nuevos empleos rurales y mejoras económicas en países faltos de energía. (Salvador, A. R., 2010)

        Según las directivas de la Unión Europea:

«Biomasa es la fracción biodegradable de productos, deshechos y residuos de la agricultura (incluyendo substancias vegetales y animales), silvicultura e industrias relacionadas, así como la fracción biodegradable de los residuos municipales e industriales».

Otras fuentes mencionan que la biomasa es un término utilizado para denominar a aquella fuente de energía renovable que se basa en el uso de materia orgánica o de los productos posibles de derivar de esta. (Martínez, P. E. P. , 2014)  Por otro lado, Fernández, J. (2003), denomina a la biomasa como todo aquello que abarca un conjunto heterogéneo de materias orgánicas, desde su origen o por la naturaleza de la materia.

        A pesar de que las definiciones pueden ser más o menos descriptivas, la similitud en todas ellas radica en la positividad del uso de la biomasa en el sector energético; con gran carácter sustentable, la biomasa se abre paso al mundo de las energías renovables a la par del conocimiento del gran contenido energético que procede de ella. De acuerdo con Cerdá, E. (2012), la correcta definición de biomasa es aquella que toma en cuanta las cuatro fuentes principales para su obtención: (1) biomasa sólida, (2) biogás, (3) fracción orgánica de los residuos sólidos urbanos (FORSU), y (4) biocarburantes (también llamados biocombustibles líquidos). Cada una de las fuentes mencionadas anteriormente radica en su tipo de producción, materia orgánica de origen vegetal o animal (biomasa sólida), metanización natural de los residuos sólidos urbanos depositados en los vertederos o producido en digestores anaerobios (biogás), incineración de residuos orgánicos procedentes de jardines y parques, cocinas, alimentos de los hogares, bares, restaurantes, etc. (FORSUI) o los combustibles líquidos de origen biológico que mantienen características fisicoquímicas óptimas para la posible sustitución de la gasolina o el gasóleo.

        Entonces, podemos afirmar que la biomasa es una excelente alternativa energética: a partir de ella es posible obtener una diversidad grande de productos y, además, se adapta muy bien a los campos actuales para los combustibles tradicionales. Con la correcta elección y estudio de procesos, la obtención de combustibles sólidos, líquidos o gaseosos que cubran las necesidades energéticas de la industria y la sociedad puede ser posible. (Fernández, J., 2003). Podemos considerar dos tipos de ventajas al emplear la biomasa como sustituto de los combustibles fósiles tradicionales: ambientales y socioeconómicas. En el primer grupo se da a conocer que, en cuanto a emisiones de CO2, la producción de este gas generada por la biomasa es captada previamente por todas las plantas durante su crecimiento, lo que no supone un incremento neto de este gas en la atmósfera. Asimismo, la combustión de biomasa no produce óxidos de azufre, principales causantes de lluvias ácidas y altamente presentes en la quema de combustibles fósiles. De ser utilizada la biomasa como biocarburante para un motor, las emisiones de estos presentan menos cantidad de partículas sólidas y los niveles de toxicidad son mucho menores que aquellos derivados del petróleo. Por otro lado, es posible contar con la recuperación de minerales fertilizantes de gran importancia -tales como el fósforo y el potasio- mediante las cenizas resultantes de la combustión. Y, por último, la biomasa convierte un residuo que es imperante eliminar en un recurso de amplio aprovechamiento energético.

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