ENFERMEDADES DE TRANSMISION SEXUAL
Enviado por joshoazul • 27 de Enero de 2013 • 1.847 Palabras (8 Páginas) • 568 Visitas
ARTICULO CIENTIFICO
TEMA
CONOCIMIENTOS ACTITUDES Y PRÁCTICAS SOBRE INFECCIONES DE TRANSMISIÓN SEXUAL EN LOS ADOLESCENTES DE 15 A 19 ANOS DE LOS COLEGIOS JORGE MARTINEZ ACOSTA Y CESAR ANTONIO MOSQUERA, DE LA PROVINCIA DEL CARCHI DURANTE EL PERIODO 2009-2010.
RESUMEN:
Con la realización de este trabajo se pretende abordar los conocimientos de los estudiantes acerca de las enfermedades de transmisión sexual ya que constituyen un problema serio de salud a nivel mundial. Hoy en día, el control de estas infecciones durante la etapa de adolescencia ha cobrado un auge creciente. Por tales motivos se ha hecho necesario fortalecer las actividades de vigilancia y control de ellas, de acuerdo a las normas establecidas por el Ministerio de Salud Publica. Se estima que en el mundo actual se contagian con una infección de transmisión sexual diariamente cerca de 685 000 personas y se asume que cada año podrían ocurrir 330 millones de casos nuevos a nivel mundial.
Las Infecciones de Transmisión Sexual, constituyen un grupo heterogéneo de enfermedades de diversa etiología y se evidencia un patrón de transmisión similar: el contacto sexual básicamente de los órganos genitales aunque también puede ser blanco otros sitios como ano, boca, ojos, e incluso en formas avanzadas de algunas de estas enfermedades afectan a sistemas y aparatos distintos y distantes.
Las infecciones de transmisión sexual se transmiten por contacto sexual. Aunque la mayoría tienen tratamiento, algunas de ellas, como las producidas por virus, nunca se curan de manera definitiva, sino que el agente causal permanece en estado latente, sin manifestarse, dentro del organismo al que ha infectado, pudiendo reaparecer cíclicamente. Este tipo de relación entre el organismo y el agente infeccioso facilita la transmisión de éste, es decir, su inefectividad.
Aunque la eficiencia del uso del preservativo o condón ha sido puesta en duda en diversas ocasiones.
Los adolescentes constituyen una gran parte de la población mundial. En este grupo de población estamos asistiendo en las últimas décadas a un aumento en la incidencia de dos de los grandes riesgos en relación con la conducta sexual de nuestros jóvenes: el embarazo no deseado y las infecciones de transmisión sexual. Se estima que 340 millones de nuevos casos de sífilis, gonorrea, chlamydia y de trichomoniasis se dieron en el mundo entero.
iNTRODUCCIÓN
Las consecuencias de la infección varían entre las diferentes poblaciones debido a que los factores biológicos, sociales, conductuales, económicos y programáticos influyen en las reacciones psico-sociales y en los resultados fisiológicos de las ITS. Si no se manejan adecuadamente, las Infecciones de Trasmisión Sexual pueden generar costos altos, directos o indirectos, así como otras repercusiones para las personas y las comunidades. Estas infecciones influyen en las elevadas tasas de morbilidad y mortalidad materno-infantil y tienen consecuencias tales como infertilidad, embarazo ectópico, bajo peso al nacer, e infección por el VIH cuando no se tratan adecuadamente y a tiempo.
A pesar de lo anteriormente expuesto, los programas de prevención y atención de las Infecciones de Trasmisión Sexual siguen teniendo un impacto limitado por diversos motivos, entre los que cabe destacar: recursos limitados para la prevención y la atención. Esto hace que los sistemas de vigilancia sean débiles y, por tanto, que sea imposible determinar las tendencias, cuantificar la situación y evaluar los programas; la prestación de servicios suele hacerse por medio de clínicas especializadas en Infecciones de Trasmisión Sexual que a menudo brindan cobertura a poblaciones especiales que podrían resultar estigmatizadas; se ha asignado demasiada importancia prevenir la infección (por ejemplo, educación y promoción sobre el uso correcto del condón e información sobre la notificación a la pareja).
El análisis comparativo de las respuestas obtenidas entre los dos Colegios tras la implementación del programa educativo reveló diferencias contundentes significativas entre ambos grupos, con mejores resultados en lo que respecta a conocimientos, actitudes y prácticas relacionadas directamente a la sexualidad.
Para muchos adultos, ofrecer información sobre la sexualidad a los adolescentes es motivo de preocupación, ya que consideran que los jóvenes son sexualmente promiscuos y que suministrarles nuevos conocimientos aumentaría dicha promiscuidad y alteraría su patrón de comportamiento.
Los jóvenes que se incorporaron al proceso de capacitación interiorizaron una serie de conceptos que aumentaron sus conocimientos, modificaron moderadamente algunas actitudes, valores y prácticas relacionadas con su autoestima, su sexualidad, su salud, la prevención de Infecciones de Transmisión Sexual y de embarazos no deseados que influyen negativamente en el futuro de las adolescentes y vuelve hostil la relación entre su pareja, familiares y el entorno social.
La capacitación de los docentes permitió desarrollar aprendizajes significativos sobre la sexualidad, Infecciones de Transmisión Sexual sobre la base de un ciclo de enseñanza que, partiendo de las propias vivencias, lleva a la reflexión, la conceptualización, la aplicación de lo aprendido y el desarrollo de nuevas vivencias.
Generalmente de mala calidad de información, a la que acceden los jóvenes a través de los medios de comunicación de masas, las revistas o simplemente los amigos. De ahí que la actitud positiva demostrada por los docentes, principales agentes mediadores de los procesos educativos institucionalizados en el ámbito escolar y multiplicadores de la experiencia, constituya un logro que debe consolidarse y represente una opción que debe estimularse. Por otro lado, la relación jerarquizada que predomina en las familias de nuestro medio hace que los padres no sean una fuente de información y orientación sexual asequible para los jóvenes, que generalmente carecen de la confianza suficiente para plantear este tipo de cuestiones.
Los padres a menudo no expresan la disposición, la prudencia y la madurez necesarias para dialogar sobre el sexo y la sexualidad con sus hijos. Frente a esta situación corresponde a las instituciones educativas ofrecer
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