ENSAYO ANÁLISIS CRÍTICO SOBRE LA SITUACIÓN DEL SISTEMA DE SALUD EN COLOMBIA

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ENSAYO ANÁLISIS CRÍTICO SOBRE LA SITUACIÓN DEL SISTEMA DE SALUD EN COLOMBIA

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PROGRAMA: MAESTRÍA GESTION DE ORGANIZACIONES Y PROYECTOS

MÓDULO: FUNDAMENTACIÓN Y PRÁCTICAS DE LA GESTIÓN EN SALUD

PRESENTADO A:

Esp. MARÍA CAROLINA PRADA MORENO

Mg. Ciencia Política

PRESENTADO POR:

ING. MARTHA ISABEL SALAZAR URBANO

UNIVERSIDAD DEL CAUCA

FACULTAD DE CIENCIAS CONTABLES ECONÓMICAS Y ADMINISTRATIVAS

MAESTRÍA EN GESTIÓN DE ORGANIZACIONES Y PROYECTOS

POPAYÁN

2018

¿ES EN REALIDAD LA SALUD UN DERECHO FUNDAMENTAL?

Si nos remitimos a la Constitución Política, específicamente en el artículo 49, refiere lo siguiente:

     La atención de la salud y el saneamiento ambiental son servicios públicos a cargo del Estado. Se garantiza a todas las personas el acceso a los servicios de promoción, protección y recuperación de la salud. Corresponde al Estado organizar, dirigir y reglamentar la prestación de servicios de salud a los habitantes y de saneamiento ambiental conforme a los principios de eficiencia, universalidad y solidaridad. También, establecer las políticas para la prestación de servicios de salud por entidades privadas y ejercer su vigilancia y control.

    (Constitución Política de Colombia, p. 47)

Cabe señalar que mucho de lo que se promulga en el apartado anterior, está lejos de cumplirse. La salud por lo contrario se ha convertido en un negocio, como una” empresa más”, regulada por el Estado. Ya no importa mejorar la calidad de la vida, atender a los niños, los ancianos, jóvenes o cualquier persona que requiera un manejo por determinada patología, ahora lo que verdaderamente interesa es el lucro económico y la desviación de los recursos a otro tipo de actividades ajenas a la prestación de los servicios de salud.

 De igual forma lejos de la llamada  “universalidad”, la realidad es otra, en sí la calidad del servicio está ligada a la situación económica del usuario, pues como vemos en las noticias, no es lo mismo la oportunidad en la atención del Presidente de la República o el Ministro X, que el ciudadano de a pie, que no tiene siquiera para costear sus medicamentos básicos.

Observamos también   a diario que los profesionales no se dan abasto con tanta demanda de usuarios con patologías simples y complejas, aparte de la infraestructura insuficiente o en malas condiciones, existe un sistema que obliga a “consultas de 10 minutos”,  diagnósticos al ojo, o a ordenar únicamente acetaminofén…, porque así lo exigen y  que por temor a ser despedidos los médicos acceden, ahora no se indaga al paciente, no se explora, no se examina a fondo, sólo es un cliente más, en una larga lista de espera, que representa solo ceros a la derecha, y cuyo volumen  genera mayor ganancia y “lucro”, para el dueño de este negocio, porque es así, lo reitero, la salud en Colombia.

Todavía recordamos el caso del ya sonado Carlos Gustavo Palacino, expresidente de  la EPS Saludcoop, quien fue investigado durante los años 2002-2004 por la apropiación indebida de recursos provenientes de la UPC y rentas parafiscales, cercanos a los 400.000 millones de pesos.  Es increíble el nivel de corrupción de quien utilizó presuntamente las ganancias de tal entidad, en inversión nacional (casinos, spa, hoteles…), y extranjera, pago de deudas e incremento de sus cuentas bancarias, mientras que más de los 7 millones de afiliados seguían esperando en aquellas largas filas una autorización para un procedimiento, una cirugía, o un medicamento por el que depende su vida. Entonces qué es lo que vemos? un descarado desvío de los dineros de la salud hacia otros sectores económicos, enriquecimiento de los altos ejecutivos, y una deficiente prestación del servicio.

Ante tal posición que hace el Gobierno?, liquidar Saludcoop y mandar sus afiliados a Cafesalud, donde siguen existiendo los mismos problemas de fondo, aumento de pasivos, mala atención al usuario, corrupción, malas condiciones del personal trabajador. Para superar el problema, se vendió Cafesalud, al mejor postor, con socios investigados judicialmente por corrupción, y despilfarradores del dinero de los aportantes.  En fin la situación sigue siendo la misma, al usuario se le sigue negando el derecho a una atención digna  y cada vez más personas hacen protestas públicas, se encadenan o  mueren en una sala de espera.

Comúnmente creemos que esto pasa en Cafesalud, vendida al proponente Prestasalud, cuyas deudas alcanzaban más de 2 billones de pesos, pero no, parece que el deficiente servicio, tiende a ser un caos generalizado, para no ir muy lejos acá en mi ciudad Popayán, un padre de familia desesperado, quiso incendiar una sede de la EPS Medimás, producto de la desesperación, al ver que su hija no estaba recibiendo una atención integral, por la afección producida en uno de sus riñones, aducida a la falta de controles y medicamentos necesarios, no se renovaron las fórmulas médicas, por lo que la paciente recayó y fue remitida a urgencias. Otro caso, no menos indignante  por no ir más allá es el del adulto mayor, que falleció de un infarto, a las  afueras de la ESE Popayán (Casa Rosada), esperando turno para una cita médica, sobra decir que casos  como estos hay muchos…

 Continuando con este tema, vemos como existen  de manera análoga, trabas administrativas innecesarias impuestas por las EPS a los usuarios, negación de tratamientos que  se deberían cubrir, por lo que el paciente debe poner de su bolsillo para poderlos adquirir, mala calidad en la atención, además de tiempos de espera demasiado largos para la obtención de un servicio médico. No es posible según lo referido en la revista Semana (2017), que en Colombia cada 4 minutos se presente una acción tutela, para reclamar algo que aparentemente es un “derecho fundamental”.

Ya en un principio, nos referimos a la Constitución Política, ahora miremos que pasa realmente con la Ley 1751 de 2015 mejor conocida como Ley Estatutaria,  que sigue promulgando la salud como un derecho fundamental,   y donde supuestamente a ningún ciudadano se le puede negar el acceso al servicio de salud oportuno, eficaz y de calidad.

Son varias las cosas que promulga dicha ley, empezando por la obligatoriedad del estado en garantizar el derecho a la salud de los Colombianos, sin embargo esto no se está cumpliendo, lo que se vive es un sistema lleno de barreras de acceso,  demoras y trabas, hospitales en quiebra, servicio lento y burocrático, inequitativo e ineficiente. La ley en el papel por tanto promueve y obliga al estado a prestar  tal atención, donde el paciente podría acceder “a los medicamentos sin excepción”, requeridos para su recuperación, además de garantizar sostenibilidad fiscal y calidad,  pero como podemos apreciar, estas afirmaciones distan mucho de lo que en realidad sucede.

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