ESTUDIO DEL GASTO ENERGÉTICO EN LA ANOREXIA NERVIOSA: CONCORDANCIA ENTRE CALORIMETRÍA INDIRECTA Y DIFERENTES ECUACIONES.
Enviado por GreciaIdi270294 • 26 de Septiembre de 2013 • 465 Palabras (2 Páginas) • 544 Visitas
La anorexia nerviosa es una enfermedad mental que se incluye dentro de los trastornos del comportamiento alimentario. Según los criterios del DSM-IV esta enfermedad se caracteriza por miedo intenso a engordar, a pesar de que las pacientes presentan un peso inferior al 85% del peso ideal, distorsión de la imagen corporal, y amenorrea de más de 3 meses. En el tratamiento de esta enfermedad resulta fundamental mejorar el estado nutricional de las pacientes ya que otros tratamientos como la psicoterapia y el tratamiento farmacológico (antidepresivos, antipsicóticos, etc) son más efectivos cuando las pacientes han recuperado parte del peso perdido. Dada la malnutrición de estas pacientes cuando ingresan en el hospital existe también el riesgo de desarrollar un síndrome de realimentación que podría tener consecuencias desfavorables. Por todo ello resulta de gran interés conocer cuáles son los requerimientos energéticos de estas pacientes durante su ingreso y su evolución durante el mismo. Diferentes autores han señalado que aunque los requerimientos energéticos son bajos al ingreso, aumentan mucho durante la hospitalización debido a un incremento del gasto energético en reposo y posprandial. Según las recomendaciones de la Asociación Americana de Psiquiatría el tratamiento nutricional debería aportar inicialmente 30-40 kcal/kg (1.000-1.500 kcal/día) e irse incrementando durante la hospitalización hasta 40-60 kcal/kg/día3. Los métodos de elección para la medida del gasto energético son la calorimetría directa e indirecta y el agua con doble marcaje14-17. De ellos, la calorimetría indirecta es el método más utilizado. La calorimetría indirecta mide el gasto energético en reposo (GER) y se obtiene con el sujeto en decúbito y en ayunas. No obstante esta técnica no está disponible en la mayoría de los hospitales ya que es cara, su medición lleva tiempo y requiere de un personal entrenado. Por ello, en la práctica clínica diaria se suelen utilizar diferentes fórmulas, que aunque son sencillas para su manejo, tienen una validez cuestionable incluso entre la población normal. Estas fórmulas miden el gasto energético basal (GEB) que se define como el gasto energético de una persona tras al menos 10 horas de ayuno, despierta, tumbada y con una temperatura ambiente de termoneutralidad. Salvo en pacientes estresados (quemados, politraumas, cuidados intensivos), en la práctica clínica los términos GER y GEB se utilizan de forma intercambiable, dado que su variación en población no estresada es muy pequeña. El GEB supone el 50-80% del gasto energético total (GET), siendo sus otros componentes la termogénesis inducida por los alimentos (10%) y el gasto por ejercicio físico (variable según los enfermos). Conociendo el GEB podemos estimar el GET multiplicando por
diferentes factores (según la actividad física y el estrés del paciente). El objetivo de nuestro estudio fue estudiar la evolución del GER
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