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El Experimento


Enviado por   •  7 de Marzo de 2015  •  2.232 Palabras (9 Páginas)  •  165 Visitas

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Primera fase: Simulación del encarcelamiento.

En agosto de 1971 en Palo Alto, un coche policial realizó una serie de detenciones arbitrarias a diversos estudiantes de la universidad de Stanford. Fueron esposados y llevados a comisaría bajo cargos de robo y atraco a mano armada.

Los sospechosos fueron metidos en una celda donde se les vendó los ojos y se les aisló sensorialmente para que meditaran sobre sus delitos. Este procedimiento dio el primer paso para la deshumanización de los detenidos, y fue el primero de una larga lista de aislamientos sensoriales. Berne postula que el apetito de estímulos es una necesidad vital, y la privación emocional y sensorial puede ocasionar la degeneración del individuo e incluso la muerte, como veremos más tarde.

Estos estudiantes habían respondido a un anuncio en el periódico pidiendo voluntarios para un estudio sobre los efectos psicológicos de la vida en la cárcel. De entre los aspirantes se seleccionó a 24 mediante pruebas de personalidad para asegurar que no tuvieran algún problema psicológico previo. De los estudiantes seleccionados inicialmente para el estudio se eligió al azar a 12 de ellos para que ocuparan el rol del policía, y la otra mitad del preso.

Segunda fase: Degradación y deshumanización.

Se construyó una prisión ficticia con el fin de estudiar los efectos de esta institución sobre el comportamiento de los individuos. La cárcel fue construida para exponer a los reclusos a una situación de deshumanización extrema. Se fabricó una celda de aislamiento, no existía ningún tipo de contacto con el exterior y se quitaron todos los relojes, lo que posteriormente provocó casos de distorsión temporal. ¿Es realmente la prisión el lugar más idóneo para la recuperación de los presos y su integración en la sociedad? ¿O sumergirse en un entorno de violencia no hace sino degradar aun más la mentalidad del individuo?

A los presos se les vistió con un vestido donde ponía su número de identificación y sin ropa interior para simular, de forma rápida, el sentimiento de feminidad que sufren algunos reclusos en prisiones reales. Así mismo debían arrastrar el peso de una cadena de hierro para recordarles permanentemente la opresión de su entorno. En la cabeza se les puso una media de nailon para simular el afeitado habitual de las prisiones, que busca minimizar la individualidad del individuo. Los números de identificación se usaron para que los reclusos se sintiesen anónimos. Sólo se podían referir a otros presos y a ellos mismos a través de dicho número. Rápidamente la identidad de los sujetos se fue desdibujando.

Frente al rol de ladrón que estudia Berne, Gerbner propone el rol de víctima. La exposición continua a la violencia se asocia según él con la victimización del individuo. Así, la violencia ejercida por quienes están legitimados para ello asegura un método de favorecer la sujeción de los individuos a las estructuras de poder del Estado.

Ante la posibilidad de que alguien se desvíe de la norma, se suelen aplicar lo que Rafael Alberto Pérez denomina “Estrategias clásicas de ingeniería del consenso” para salvaguardar los conflictos normativos en las sociedades pluralistas, pero aún está por ver hasta qué punto la prohibición, la inducción negativa, la coacción y la negación son beneficiosas para la sociedad, y no retroalimentan el conflicto, como vemos en el caso que estamos analizando.

Tercera fase: El rol del guarda.

Evidentemente, también se estudiaba a los guardas, como el rol cargado de poder. Los guardas no recibieron ninguna instrucción específica sobre cómo impartir la ley. Tenían libertad para impartir respeto entre los presos (prohibición, inducción negativa, injusticia, coacción…). Esto elimina de raíz el supuesto que realiza Jack M. McLeod cuando afirma las diferenciaciones de rol están determinadas por líneas formales de autoridad (policía, ejército…) Ya que estas han sido determinadas previamente y no dejan lugar a los atributos personales de cada individuo. Para lo cual también se procedió a eliminar las personalidades de los guardias, todos ellos llevaban uniformes idénticos y gafas de espejo, de modo que nadie pudiera ver sus ojos y delatar sus emociones.

Los guardas crearon su propio código de normas, realizaban recuentos habitualmente de forma arbitraria con el propósito de familiarizar al recluso con su número de identificación y de ejercer el control sobre los reclusos. Al principio, ambos personajes policía-recluso, tanteaban sus nuevos roles. Esto ocasionó los primeros choques de los presos con la autoridad.

Las flexiones se convirtieron en una forma habitual de correctivo físico, e incluso uno de los policías se subía de pie sobre la espalda de los reclusos u obligaba a otros reclusos a sentarse o subirse de pie sobre la espalda de sus compañeros mientras hacían las flexiones. Un tercio de los guardas disfrutaba completamente del poder que se les había entregado, a pesar de que ninguno de los test de personalidad previos pudo predecir tal comportamiento.

Este es el inicio del surgimiento de la organización informal dentro de la organización formal. Que según Jack McLeod “Constituyen uno de los mejores índices de la capacidad de una organización formal para funcionar en forma efectiva o para satisfacer las necesidades emocionales de sus miembros”.

Pero no sólo los guardas omitieron sus competencias formales, sino que invirtieron su rol. En este punto es lo que Berne denomina un antiguión, que se parece mucho a la difusión de la identidad de Erikson. Berne explica el antiguión de la siguiente manera: “Si comparamos el guión con la ficha perforada de una computadora, entonces un antiguión se obtiene dando vuelta a la ficha.” (Qué dice usted después de decir “Hola”) Es decir, que el policía ha abandonado su guión de policía, y se ha convertido en su personaje antagónico: un delincuente oculto en el papel de un tirano.

Esto nos sirve de enlace para uno de los tres de los juegos del submundo que Berne clasifica en su obra El prototipo de vamos a engañar a ese pardillo consiste en la cohesión entre dos fichas (Llamemos a los policías blancos, ya que son estos los que tienen que hacer el primer movimiento) para engañar o humillar a otra ficha, negro.

Lo más extraño de este caso, es que la víctima se atiene a las normas de “Vamos a engañar a ese pardillo” y Blanco es consciente de esto, e incluso le permiten cierta libertad de movimiento para que mienta a la policía con el fin de guardar las apariencias.

Esto se demostraría mas tarde, cuando se produjeron las primeras visitas familiares a la prisión y el equipo de investigación aseó

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