El Hospital Edgardo Rebagliati Martins. Salud a la venta
Enviado por Jose Estrada • 3 de Julio de 2019 • Reseña • 589 Palabras (3 Páginas) • 142 Visitas
Salud a la venta
El Hospital Edgardo Rebagliati Martins fue impulsado y construido en el gobierno del general Odria en la década de 1950, este recinto es el más importante complejo hospitalario de seguridad social del Perú. Originalmente el "Hospital del Empleado" fue inaugurado oficial este en 1958 y desde entonces se convirtió en el hospital emblema de lo que hoy es Essalud. La salud pública del país atraviesa una especie de transición de entenderse como un servicio tributario de caridad a entender la salud como un derecho humano consagrado en nuestra constitución política. La calidad del sistema de salud pública nacional ha sufrido un declive en los últimos años, muchos de los hospitales en la capital y en el resto del país han colapsado su capacidad y en la capacidad de atender enfermedades complejas, muchas veces por la falta de equipos. Cabe recordar que para acceder ala servicio de "salud pública " nacional es necesario contar con un seguro, el cual, se paga o descuenta mensualmente y, a pesar de esto, muchas veces este seguro no logra cubrir todos los gastos de algunas enfermedades. El Perú apenas destina el 2,3% del PBI nacional a la salud pública, esto esta muy por debajo del promedio regional que oscila en un 3,5%. El sistema y la sociedad capitalista en la que vivimos es capaz de convertir a la salud en un negocio con el cual lucrar, muchas veces, a costa de la necesidad de la gente, a tan sólo 10 minutos en auto se encuentra la clínica San Felipe en la cual se llega a cobrar 10 mil soles por un procedimiento que en el Hospital Rebagliati es gratis. Evidentemente estas sumas de dinero tan solo pueden ser pagadas por personas muy adineradas, lo que evidencia las grandes diferencias sociales del sistema capitalista en el que vivimos. En conclusión la salud pública de calidad debería ser un derecho, el cual, el Estado debería encargarse de garantizar. Países como Dinamarca nos muestran que es posible un sistema de salud pública eficiente y gratuitos, aplicando correctamente la distribución equitativa de la riqueza.
Comentario:
Me parece esto como una observación muy reveladora sobre un mecanismo del Estado capitalista. El Estado capitalista, servil a los intereses de la élite burguesa, no invierte lo necesario en “servicios básicos” que en realidad son derechos humanos, con el fin de que surja una amplia gama de opción es en el rubro de salud privada, que es mucho más efectiva que su contraparte pública (lo que Chomsky llama “ataque a la solidaridad”), pero cuyos precios son muchas veces exorbitantes. Esto genera que los incapaces de costear un buen tratamiento se vean obligados a prolongar su agonía al someterse (si tienen suerte de conseguir atención) a tratamientos insuficientes. La salud en el Perú, al igual que la educación, se ha vuelto un negocio cuyo principal patrocinador es el Estado. Sin embargo, el tema es más complejo. La informalidad que se ha proliferado en el Perú le provoca pérdidas sustanciales al Estado en materia tributaria (66 mil millones de soles). Aunque esto es en parte culpa del Estado, los principales culpables son los empresarios (principales evasores) que incurren en este crimen para hacerse de aún más dinero. Así se pierde una nada despreciable cantidad de dinero que podría bien destinarse a satisfacer necesidades básicas de la población, en este caso la salud. Pero no resulta fácil aspirar siquiera a un modelo de Estado social en el Perú, puesto que la élite no vería bien un aumento a la tasa sobre sus ganancias (declaradas).
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