El Maravilloso "COSMOS"

La religión y yo.

Nací y crecí en el núcleo de una familia creyente. Por parte de mi padre todos son católicos, bugueños, un tío Padre y otra tía monja; fanáticos del Señor de los Milagros y visitantes de la Basílica del Milagroso. Recuerdo que siempre observaba a mi abuela Gloria Luz rezar todas las mañanas el Santo Rosario al lado de la ventana de la sala que daba a la calle. Por parte de mi madre la cuestión religiosa siempre ha sido una discordia total; en un principio eran católicos, más tarde adventistas y finalmente cristianos protestantes. Ha sido muy difícil para mí poder acoplarme a una sola religión, puesto que mi abuela materna me enseña una muy distinta a la de mi familia paterna y por otro lado mi madre me aconseja de que vaya todos los domingos a misa de diez de la mañana, aunque algunas veces cometo el error de percibir esto como una obligación, como algo que tengo que hacer para que más tarde no me castiguen o no me lo reprochen.

El Universo se nos ofrece como un maravilloso regalo.

Como la gran mayoría de personas sabemos, desde hace mucho, mucho tiempo, o más bien diría yo, desde siempre; se ha dicho que todo existe gracias a la creación divina o que el Cosmos (Universo) tiene una causa o razón Divina. Desde la Antigua Grecia (Civilización Macedónica) se creía que todo lo que existía tenía su respuesta en la mitología, en ese entonces la Mitología Griega; es decir, todos los fenómenos naturales tenían su propio dios. Pero mi parte favorita es que hubo personas que no se conformaron con dichas “teorías” e INDAGARON, se sentaron a pensar (cosa que hoy en día mucha gente no hace), a investigar y cuestionarse un poco más; uno de ellos fue Aristarco (un gran pionero científico), a él lo fascinaban los eclipses y sobretodo los lunares, y llegó a la conclusión audaz de que un eclipse solar se da cuando la luna proyecta su sombra sobre la Tierra y cuando la Tierra oculta a la luna es un eclipse lunar. Además, dedujo que no era la Tierra el centro del Universo como se pensaba sino que orbitaba alrededor del Sol y que las estrellas eran algo así como pequeños soles y no grietas en el suelo del cielo como creía la gente en ese entonces. Más tarde Galileo Galilei (astrónomo, filósofo, matemático y físico italiano fundador de la ciencia moderna) comprobó lo que Aristarco había concluido en la civilización más antigua de todas, pues creó un telescopio con un lente que lo acercaba veinte veces más al espacio y que él mismo fabricó. Galileo estudió a Júpiter noche tras noche e hizo un descubrimiento asombroso: tres puntos diminutos cercanos a ese planeta; luego apareció un cuarto punto y se dio cuenta de que a veces uno de ellos desaparecía y volvía a aparecer, con esto demostraría que la Tierra en realidad giraba alrededor del Sol.

Stephen Hawking (cosmólogo y físico inglés) es un hombre de quien he aprendido mucho; de él aprendí que la razón científica más convincente del origen del Universo es el Big Bang (la gran explosión), gracias a él he sabido cuestionarme acerca de todo esto que se llama Cosmos y que independientemente de que haya crecido o no en una familia llena de creencias e idealismos; no significa que no pueda pensar, conspirar acerca de lo que desee, hacerme preguntas y buscar respuestas a estas. Hawking plantea que el Universo está lleno de Energía (energía positiva y energía negativa) y que la sumatoria de estos dos “tipos de energía” es igual a CERO. Que la energía negativa se encuentra en el espacio y que la masa y la energía son el lado positivo del Universo.

Se dice que el recetario que se necesitó para crear el Universo fue muy probablemente

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