El Mundo De Las Arañas

Manuela Sáenz fue una quiteña que colaboró en la liberación de Sudamérica junto al Comandante Simón Bolívar. Fue una de las pocas mujeres, que para la época en la que vivió, logró destacarse en el ámbito de la guerra y estrategia sin importar su género. Fue gracias a su educación y a su coraje característico que le fue posible convertirse en uno de los personajes claves para la revolución, sin embargo esto no sucedió de inmediato, se necesitó de aproximadamente dos siglos para que Sáenz sea reconocida como heroína y precursora del feminismo en América Latina. En la obra Gabriel García Márquez nos narra los últimos meses de vida del libertador Simón Bolívar y como Manuela Sáenz lo ayudó, consoló y tomó un rol bastante importante en su vida.

En el libro “El General y su Laberinto” Manuela Sáenz es reconocida como una mujer aguerrida que tiene una relación estrecha y sentimental con Simón Bolívar, es nombrada con bastante continuidad únicamente a inicios de la novela, a pesar de esto la figura de Sáenz es mostrada a modo de recuerdos y toma un papel importante a lo largo de la misma. En esta obra dan énfasis a los logros que ofreció a la liberación de América del Sur, sin embargo esto no fue reconocido sino hasta la mitad del siglo XX, ya que antes fue tratada por enemigos o detractores únicamente como amante del libertador sin dar a conocer la gran influencia que tuvo como ícono en la emancipación del yugo español.

Fue el 25 de septiembre de 1828 que gracias a un gesto heroico fue capaz de salvar la vida del general y ganarse el sobrenombre “La Libertadora del Libertador”, calificativo otorgado por el mismo Simón Bolívar. El complot fue preparado por Pedro Carujo pero gracias a la rapidez de Sáenz, Bolivar pudo escapar por una ventana del Palacio de Gobierno. Este es uno de los ejemplos más claros de la astucia y valentía que poseía y que la caracterizaron por el transcurso de toda su vida, llegando al punto en el que Simón Bolívar, esencialmente en sus últimos meses de vida, la consideró como la única persona en la cual podía realmente confiar.

Pero Manuela Sáenz no solo contribuyó en el ámbito militar y estratégico hacia la revolución sino que su relación sentimental fue un apoyo fundamental para Simón Bolívar no solo en sus últimos meses de vida, en donde sufrió de varios problemas en su salud, sino también mientras transcurría la emancipación hacia España. Todo esto es destacado en “El general y su laberinto”, haciendo énfasis a todos los momentos en los que pasó con Manuela Sáenz, en los cuales la recordaba o simplemente añoraba su compañía.

Mientras se encontraba en Guadas, en 1830, se entera del fallecimiento de Simón Bolívar, por lo que se moviliza de inmediato a Bogotá donde manifiesta públicamente su adhesión a los ideales del Libertador. Es por esto que el gobierno que sucedió al de Rafael

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