El Poder Del Pensamiento Evolutivo

EL PODER DEL PENSAMIENTO EVOLUCIONARIO

En este capítulo el autor nos explica que toda palabra tiene su génesis, y en el principio es solo un embrión de idea, luego pasa a ser parte de uno, se inserta en nuestra inteligencia, en nuestros sentimientos, y es entonces cuando podemos comprenderla en toda su significación y utilidad. Con el pasar del tiempo y su uso diversificado, las palabras van encarnando nuevas y variadas concepciones e imágenes que se ligan a cada individuo.

Las palabras tienen su propia dinámica, así como pueden ampliar su contenido, expresar y explicar, también son susceptibles a ser distorsionadas y a abarcar nociones erradas. Y en esta parte el autor nos da un ejemplo relacionado a la palabra “Dios”; nos dice que unos esta palabra significa la fuente de la vida, la totalidad; mientras que para las masas argentinas “Dios” es Diego Armando Maradona.

Los significados de las palabras han ido cambiando con el tiempo; antes las palabras revolución y revolucionario, implicaban guerras sangrientas y hombres despiadados que luchaban para alcanzar conquistas políticas, económicas y sociales; porque en aquellos tiempos no habían otros caminos, estrategias o alternativas. Lo mismo sucedía con la medicina en los tiempos antiguos, los médicos solían desangrar a los pacientes para eliminar los males de sus cuerpos. También en la política se consideraba a la violencia la única manera de ejercer poder sobre las masas.

Ese primitivismo de recurrir a la violencia para someter o vengarse es un insulto a la inteligencia creativa, que es la principal fuerza que impulsa el desarrollo humano individual y colectivo.

El progreso depende de la inteligencia de los individuos y de la sumatoria de las iniciativas y acciones individuales en materia de producción de bienes y servicios, sin esperar que el Estado nos dirija y piense por nosotros.

Hoy, los habitantes de la que consideramos “civilización contemporánea” recibimos diariamente estímulos que son mucho más intensos, diversificados, profundos y sutiles que la violencia, de tal manera que si no desarrollamos la inteligencia y la dedicación para aprender más y más rápido estamos perdidos.

Es tal la distorsión actual de los términos revolución y revolucionario, que cuando hablamos de revolucionario no sabemos si se trata de un auténtico patriota o de un delincuente peligroso; y al hablar de revolución, no sabemos si se trata de una rebelión bien intencionada o de una gresca partidista.

Por lo tanto es necesario encontrar e introducir al idioma nuevas palabras con significados más profundos para designar y calificar a personas y hechos. Se podría sustituir el vocablo revolucionario por evolucionario, o por el término evolucionista para expresar una nueva idea, la idea del constante cambio evolutivo; ya que quienes más influyen en los cambios individuales y en la transformación social son

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