El Poder La Visión

El poder de la visión

En la vida cotidiana somos conscientes del sentido de la vista por la función de ver, la cual practicamos a diario. Este sentido nos permite percibir las señales y reflejos, las propiedades y atributos de las cosas del mundo exterior. La visión nos pone en contacto activo con el mundo. Por medio de los ojos nos orientamos, nos comunicamos con los demás individuos y exploramos el ambiente que nos rodea.

La visión se la relaciona casi con todos los sentidos. Conocemos la influencia que tiene el color de los alimentos en el gusto. Sin tocarlos y sólo por la vista percibimos el «frío» de un glaciar, el «calor» de una fundición, la dureza de una roca, el peso de un trozo de metal, la suavidad de un terciopelo, todos estos son atributos de las sensaciones cutáneas percibidas también por medio de la vista.

El sentido de la vista es una presencia cargada de una precisión extraordinaria, ya que cuando tenemos los ojos abiertos percibimos el mundo exterior: paisajes, escenas, rostros, movimientos, desfilan ante nuestros ojos. Cuando tenemos los ojos cerrados, imágenes y pensamientos desfilan ante nosotros mismos. Podemos ver imágenes de nuestro pasado almacenadas en nuestra memoria, podemos incluso imaginar nuestro futuro y vernos dentro de diez o veinte años.

Si bien en la actualidad hay poco interés para la agudización de este sentido, todavía se puede concientizar a las personas a probar la ejercitación constante de la percepción visual, que garantizará el desarrollo de habilidades y destrezas cognitivas y perceptivas, probará el ascenso de las posibilidades de entendimiento y retención del mensaje en el individuo.

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