El Uso De La Calculadora En La Escuela

La calculadora en la escuela

A comienzos de los años setenta, fue de uno de los primeros productos comerciales que incorporaba un microprocesador electrónico. La calculadora se podía usar en la escuela, pero solo después de que los niños hayan adquirido cierto grado de destreza en la resolución de las operaciones básicas utilizando lápiz y papel.

Hace muchos años, el hombre aprendió a hacer aritmética con ayuda del ábaco. La calculadora puede ser transformada, de un instrumento que entrega resultados rápidamente a quien sabe perdérselos, en un material didáctico que apoya los procesos de comunicación de los principios matemáticos elementales.Las investigaciones revisadas coinciden en que el uso de la calculadora no solo, perjudica la adquisición de las habilidades de cálculo sino que incluso, puede contribuir a mejorarlas y favorecer al aprendizaje de nuevas ideas matemáticas.

El uso frecuente de la calculadora, del cálculo mental y de estimaciones, ayuda a que el niño desarrolle un punto de vista más realista sobre las operaciones y hace que pueda ser más flexible en la selección de métodos de cálculo. Al igual que el ábaco, la calculadora puede proporcionar excelentes oportunidades para favorecer la comprensión del sistema decimal de numeración, ayuda a superar dificultades y errores conceptuales.

Cuando se dispone de la calculadora en el aula se puede ampliar significativamente el ámbito numérico en el que los niños se manejan con seguridad. Pueden trabajar con datos reales con mayor frecuencia, en lugar de limitarse a ejemplos que simplifican la realidad. Al resolver problemas no necesitan hacer cálculos con lápiz y papel que les resultan demasiado complejos, economizan tiempo, aumentan su eficiencia y pueden centrar su atención en la estrategia de resolución y en la interpretación de los resultados.

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