El análisis de la teoría de Gaia
Enviado por j0h8r11 • 17 de Octubre de 2014 • Resumen • 1.183 Palabras (5 Páginas) • 314 Visitas
1.- Para mí, lo mejor de ella es que ofrece un modelo sistémico sobre el que relacionar muchas disciplinas científicas.
Sin embargo pienso que lovelock no incidió lo suficiente sobre algo muy elemental: Gaia, considerada como sistema viviente es termodinámicamente un sistema cerrado y solo intercambia energía con el exterior pero no materia.
2.- Es curioso, como hasta la teoría Gaia, se consideraba que los seres vivos se adaptaban al medio, pero apenas se tenían en cuenta las modificaciones que los seres vivos realizaban en él.
Gaia es termodinámicamente hablando, mucho más evolucionada que cualquier otra forma de vida.
3.- De ahí las acusaciones frecuentes y los malentendidos acerca de si Gaia es efectivamente una especie de superorganismo viviente, si los seres humanos con su red computacional están dotando a Gaia de un sistema nervioso planetario, si los planes para terraformar Marte son una especie de esfuerzo de Gaia por reproducirse (y nosotros seríamos sus "gametos"...). Son ideas interesantes y provocativas, y creo que estamos muy lejos de haber agotado todo lo que la Hipótesis Gaia puede hacer por la investigación biológica y geológica.
Resumen
Esta teoría se refiere al planeta Tierra, pero irónicamente, partió un poco más lejos, concretamente con el planeta Marte. En la década de 1960, en los ratitos libres que les dejaba la carrera a la Luna, la NASA empezaba a desarrollar ideas para detectar vida en Marte. En caso de que la hubiera, por supuesto. Los experimentos para detectar dicha supuesta vida se basaban, claro está, en la química de la vida terrestre, por ser el único ejemplo conocido, a lo cual Lovelock, que prestaba labores de asesoría para el proyecto, se hizo la gran pregunta: ¿y si la vida marciana no sigue los patrones biológicos terrestres, sino que se sustenta en patrones propios? La idea era de una lógica meridiana, claro está, pero destrozaba la labor experimental proyectada hasta el minuto, y obligaba casi a definir lo que era la vida, o lo esencial en la vida, para buscarla cualesquiera fuera la forma que pudiera asumir.
Lovelock describe de manera divertida sus esfuerzos en su libro: "(...) dedicaba muchos ratos a leer y a reflexionar sobre la auténtica naturaleza de la vida y sobre cómo podría renocérsela con independencia de lugares y de formas. Confiaba en que, revisando la literatura científica, terminaría por encontrar en alguna parte una definición de la vida como proceso físico que pudiera servir de punto de partida para diseñar experimentos encaminados a detectarla; para mi sorpresa pude comprobar que era muy poco lo escrito sobre la naturaleza misma de la vida. El interés actual por la ecología y la aplicación del análisis de sistemas a la biología estaba en mantillas; en aquellos días, sobre las ciencias de la vida pesaba un academicismo inerte y polvoriento. Eran incontables los datos acumulados sobre prácticamente cualquier aspecto de las distintas especies de seres vivos, pero el aluvión de hechos ignoraba la cuestión central, la vida misma"... (Esto fue escrito en los '70s, y honradamente ignoro si hoy en día las ciencias biológicas están un poco mejor).
Con todo, Lovelock observó el significativo detalle de que la vida opera creando orden a partir del desorden (creando moléculas complejas a partir de elementos simples, por ejemplo), y que para eso necesitaba tomar materiales (alimentarse) y expulsarlos (excretar). La vida debía, por lo tanto, servirse de sistemas fluídicos (atmósferas, océanos, etcétera) como correa transportadora de dichos materiales. Esto, a su vez, debía impactar en esos sistemas fluídicos, lo que tendría una gran
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