El clima y su evolución a escala global
Enviado por joanrios • 25 de Febrero de 2015 • Tutorial • 7.729 Palabras (31 Páginas) • 230 Visitas
El clima y su evolución a escala global
Distribución mundial de los principales tipos de climas.
Límite ecológico del cultivo del olivo en la cuenca del Mediterráneo. Dicho límite se ha mantenido estable durante miles de años.
En verdad, no puede hablarse de un clima global, sino de varios climas distintos a diversas escalas de localización. Así, los climas pueden ser locales, regionales y, cuanto más, zonales, siendo la existencia de estos climas zonales (es decir, latitudinales) el motivo por el que se creó el propio nombre de clima durante la Edad Antigua, como se señala en una de las acepciones de la palabra clima en el Diccionario Enciclopédico SALVAT de 1967:
Espacio del globo terráqueo comprendido entre dos paralelos, en los cuales la duración del día mayor del año se diferencia en determinada cantidad de tiempo (por lo general, media hora, que corresponde a 7° y medio de latitud, en este caso)
Diccionario Enciclopédico Salvat, 1967, T. 3, p. 684
Así, los climas se disponían en franjas o zonas de latitud y los antiguos, incluyendo a Claudio Ptolomeo, distinguían 7 zonas climáticas entre la zona de menor latitud (ecuador terrestre) y, por lo tanto, más cálida, hasta la zona boreal, mucho más fría. No tomaba en cuenta las modificaciones introducidas por el relieve (pisos térmicos), ya que en su tiempo, casi toda la población mundial (del mundo conocido) se ubicaba en las llanuras o tierras ubicadas a escasa altitud y no se sabía medir con precisión la altitud relativa de un lugar. Tampoco puede hablarse de cambios climáticos globales y mucho menos a corto o mediano plazo. Si hubiera sido así, no existiría una adaptación milenaria de las principales formaciones vegetales a los climas existentes y bastaría comprobar, por ejemplo, el límite norte del cultivo del olivo en la península ibérica, para darnos cuenta de que los cambios climáticos se producen, a nivel local o regional, a un ritmo mucho más lento del que algunas posiciones ecologistas mantienen. En efecto, ese límite se ha mantenido sin variación apreciable a lo largo de miles de años (recordemos que el olivo es un árbol de gran duración y existen ejemplares que tienen cientos y hasta miles de años). Y la existencia de helechos arborescentes en la zona intertropical, por ejemplo, nos muestra que el clima de dicha zona en el continente americano se ha conservado con unos parámetros similares desde el período carbonífero, hace casi 500 millones de años, en el que bosques donde abundaban esos helechos arborescentes vinieron a convertirse en los depósitos de carbón ahora ubicados en latitudes distintas por la deriva continental explicada por la tectónica de placas.
Con relación al estudio de la vegetación para definir los climas, Arthur Newell Strahler le concede mucha importancia a ciertos tipos de plantas que requieren condiciones especiales en cuanto a la temperatura y la precipitación y cuyas fronteras climáticas pueden usarse como base para el estudio de una clasificación climática altamente confiable (3 ).
Para conocer cómo evoluciona el clima a lo largo del tiempo geológico hay que tener en cuenta la influencia de los aspectos capaces de alterarlo a lo largo de un período más o menos largo. Según la importancia de los factores externos al propio clima, en cada momento el sistema climático será más o menos caótico. En cualquier caso, a largo plazo la previsión se hace imposible, ya que muchos de los forzamientos externos, por ejemplo la deriva continental, se rigen por sistemas caóticos o, al menos, muy difíciles de conocer.
Los forzamientos externos pueden implicar ciertas periodicidades, como variaciones orbitales y variaciones solares, y a su vez presentar tendencias globales en un solo sentido por encima de las fluctuaciones de más alta frecuencia. Este es el caso de la variación solar, que mientras presenta fluctuaciones regulares en cortos períodos, a largo plazo presenta un aumento sistemático del brillo solar. Asimismo, dicha variación presenta acontecimientos, tormentas magnéticas, manchas solares o períodos anormales de actividad solar. En muchos casos la apariencia caótica de una variación puede encubrir una regularidad de muy baja frecuencia para la cual no ha pasado suficiente tiempo para que haya podido ser observada.
Otro de los motivos más importantes de los cambios climáticos a largo plazo, no muy bien estudiado, se debe a las modificaciones de la ubicación de los continentes, islas y de las dorsales submarinas que explica la teoría de la deriva continental o, con mayor propiedad, la teoría de la tectónica de placas. En efecto, la existencia de ricas minas de carbón en las islas Svalbard o Spitsbergen, ubicadas en pleno océano Ártico donde ahora no existe prácticamente vegetación, nos enseñan que en el pasado geológico este archipiélago se encontraba ubicado en unas latitudes mucho más bajas. Por el contrario, el levantamiento de la dorsal centroamericana que vino a crear un puente entre América del Norte y del Sur que no existía hace unos 60 000 años vino a ser una bendición para los países europeos, ya que las aguas cálidas del Caribe y del golfo de México, que antes atravesaban por varias partes el actual istmo centroamericano hacia el océano Pacífico, dio origen a un circuito que regresa y desvía dichas aguas a través de las Antillas y las costas orientales de los Estados Unidos, por medio de lo que se conoce como corriente del Golfo que, evidentemente, no existía antes. Así, el enorme glaciar escandinavo que cubría el norte de Europa durante el Pleistoceno comenzó a fundirse debido a la enorme cantidad de calor que traslada dicha corriente (4 ).
Estos forzamientos muchas veces son demasiado pequeños o muy lentos para causar cambios que sean perceptibles en el clima. Por otra parte, no debemos olvidar que la climatología se basa en un análisis estadístico de la información meteorológica que se va recopilando, por lo que las variaciones temporales que se presentan en los parámetros del clima se van incorporando a los promedios estadísticos, los cuales no suelen mostrar el efecto retroalimentador (tanto positivo como negativo) de esos forzamientos, ya que los extremos meteorológicos (que no climáticos) suelen contrarrestarse entre sí, con lo que los promedios estadísticos del clima durante una serie de tiempo bastante larga suelen presentar muy pocas variaciones.
Parámetros climáticos
Para el estudio del clima hay que analizar los elementos del tiempo meteorológico: la temperatura, la humedad, la presión, los vientos y las precipitaciones. De ellos, las temperaturas medias mensuales y los montos pluviométricos mensuales a lo largo de una serie bastante larga de años
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