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El estudio de la ética


Enviado por   •  10 de Julio de 2013  •  Monografía  •  4.073 Palabras (17 Páginas)  •  254 Visitas

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La Ética

La ética es una rama de la filosofía que se ocupa del estudio racional de la moral, la virtud, el deber, la felicidad y el buen vivir. La ética es una de las principales ramas de la filosofía, en tanto requiere de la reflexión y de la argumentación.

El estudio de la ética se remonta a los orígenes mismos de la filosofía en la Antigua Grecia, y su desarrollo histórico ha sido amplio y variado. Una doctrina ética elabora y verifica afirmaciones o juicios determinados. Una sentencia ética, juicio moral o declaración normativa es una afirmación que contendrá términos tales como "bueno", "malo", "correcto", "incorrecto", "obligatorio", "permitido", etc., referidos a una acción, una decisión o incluso también las intenciones de quien actúa o decide algo.

Cuando se emplean sentencias éticas se está valorando moralmente a personas, situaciones, cosas o acciones. Se establecen juicios morales cuando, por ejemplo, se dice: "Ese hombre es malo", "no se debe matar", etc. En estas declaraciones aparecen los términos "malo", "no se debe", etc. que implican valoraciones de tipo moral.

El objetivo de la Ética

Enseña Aristóteles en su ética a Nicómaco que lo pasado, las cosas ya hechas, jamás pueden ser objeto de la preferencia moral.

Este procede que es imposible deliberar sobre un hecho realizado. Solo se delibera sobre el porvenir y lo posible, porque lo que ha sucedido, es decir, lo pasado. Por esto el poeta Agathón tuvo razón al decir: “En este punto ni el mismo Dios tiene libertad. Lo que fue, necesariamente ha sido”.

Divídanse las virtudes del corazón y virtudes del espíritu. El hombre moral, el sujeto de la moralidad, se refiere al tiempo que aún no transcurre, y pasa el tanto las virtudes del corazón, como las de la mente, cobran sentido.

Los medios de que dispone el alma para la realización de las virtudes del espíritu son: la inteligencia, el arte, la ciencia, la prudencia y la sabiduría.

La inteligencia se distingue por ser el conocimiento cierto de los principios. Si no pudiésemos alcanzar los principios, ninguna seguridad poseeríamos para poder obrar virtuosamente, porque nuestra conducta se mostraría siempre indecisa y fluctuante ser.

Más la inteligencia no solo conoce los principios, sino que en ellos mira las conclusiones que del mismo proceder. Al lado de la inteligencia, posee el espíritu la ciencia. Por la ciencia alcanzamos el conocimiento de la aplicación de los principios. Además, como toda ciencia puede ser enseñada, el conocimiento que uno alcanza se difunde en todos, y en la cosa sabida puede también aprenderse.

Tipos de Ética:

 Ética Cristiana: el advenimiento del cristianismo marcó una revolución en la ética, al introducir una concepción religiosa de lo bueno en el pensamiento. Según la idea cristiana una persona es dependiente de por entero de Dios y no puede alcanzar la bondad por medio de la voluntad o de la inteligencia, sino tan solo con la ayuda de la gracia de Dios. La primera idea ética cristiana descasa en la regla de Oro.

“Lo que quieras que los hombres te hagan a ti, házselo a ellos” (Ud.7,12); en el mandato de amar al prójimo como a uno mismo (lev.19,18) e incluso a los enemigos (ut.5,44), y en las palabras de Jesús: “ Dad al cesar lo que es del cesar y a Dios lo que es de Dios.”

 Ética Axiológica: esta ética fue desarrollada en la primera mitad del siglo XX preocupada más por el “contenido” que por la “forma” de la acción moral.

Esta corriente confiere al valor el puesto central de la teoría ética. Es bueno aquello que realiza un valor y malo aquello que lo impide. El valor moral de la persona radica en los valores objetivos, de carácter positivo o negativo, que encarnan en su conducta.

 Ética Comunicativa: la ética comunicativa o dialógica, ha sido desarrollada en las últimas décadas del siglo XX sobre todo por K.O. Apel y J. Habermas en Alemania. Es una ética formal, basada en él dialogo y la comunicación. Estos autores preocupados por la justificación y la fundamentación de la ética en una sociedad pluralista y demócrata como lo actual, colocan el énfasis en el procedimiento para llegar entre todos a una normativa moral universal.

Según ellos, él diálogo es el único medio que nos queda para saber si los intereses subjetivos puede convertirse en normas universales. Esta ética se fundamenta en la autonomía de la persona, que confiere al hombre el carácter de auto legislador, y en la igualdad de todas las personas que les da derecho a buscar una normativa universal mediante el diálogo. Para hacer posible la ética dialógica, todos los miembros de la comunidad se deben reconocer recíprocamente como interlocutores con los mismos derechos y se debe obligar a seguir las normas básicas de la argumentación.

Objeto e Importancia de la Ética

La cuestión que se plantea ahora es la de saber con mayor precisión cuál es el objeto, tanto material como formal, de la ética y, al mismo tiempo, la importancia que tiene tanto en el orden especulativo como en el orden práctico. Antes de definir el objeto material y el objeto formal de la ética debemos señalar que muchas de las acciones que realizamos se producen sin la representación consciente por nuestra parte y sin intervención de nuestra libertad. Son acciones, por así decir, que radican en el hombre sin pertenecerle: "actos del hombre" pero no "actos humanos".

En efecto, hay una gran diferencia entre los "actos del hombre" y los "actos humanos". Los primeros son actos hechos por el hombre, voluntarios o no. Los segundos son actos propios del hombre y que, por tanto, provienen de su voluntad libre. Los actos que el hombre realiza inconscientemente no comprometen su libertad. Si por ejemplo, uno de estos actos perjudica a alguien, puedo sentir tristeza, pero no me puedo arrepentir ni sentir remordimiento.

Sin duda no parece que procedan de mi yo más real y más auténtico; yo no soy responsable de ellos. En todo caso, estos actos, considerados en sí mismo, no son morales.

Algo muy distinto sucede cuando, por ejemplo, yo decido materializar, libre y conscientemente, una acción determinada. En este sentido se trata de una acto estrictamente humano, puesto que intervienen la voluntad y la libertad. De ahí que el acto moral implique una referencia a la fuente de donde emana, a saber, la voluntad libre. En otros términos, obrar humanamente es obrar libremente;

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