El liberalismo y el marxismo

A primera vista son ideologías totalmente diferentes en doctrina, pero similares en ideales y reivindicaciones como la igualdad; por un lado es el capital que subyuga a la población y por el otro el capital que es controlado por el Estado; pero, como la población está acostumbrada a las pregonas de los ídolos del mercado, como diría el filosofo ingles Francis Bacon, el sistema está tan ensimismado por que la gente vea al comunismo como único frente de oposición al liberalismo, y viceversa, para que así la población que aboga por un cambio, sea atrapada por las utopías marxistas, con lo cual siguen estando en el mismo juego materialista, liberal o marxista, cuando en realidad en lugar de estar haciendo un cambio anti sistema, lo que hacen es seguir dentro del sistema, el sistema del materialismo y del capital financiero.

El liberalismo y el marxismo tienen el mismo origen: el materialismo, duela a quien le duela estas dos ideologías son prácticamente lo mismo, ya que su principal sustento es el materialismo que a la larga las engloba. Si hacemos una hermenéutica dogmática encontraremos en una simple analogía la fundamentación máxima de estas dos ideologías; en primer lugar está el liberalismo: individuo sobre el Estado, y en segundo lugar está el marxismo: Estado sobre el individuo, las dos son las extrapolaciones de un mismo ordenamiento del Estado e Individuo, el ordenamiento materialista. Entendido así se resume que el marxismo es un capitalismo de Estado colectivista, y el liberalismo un capitalismo individualista de Estado, ya que la fuente de la cual provienen es la concepción materialista.

En los dos Estados tanto en el marxista como en el liberal, el bienestar del hombre está basado en la producción de bienes y servicios, y en la forma en cómo se administra el capital, esta concepción se hace aun más fuerte en las teorías comunistas de Marx sobre el materialismo histórico en donde la producción de riqueza dirige la vida de los pueblos. Es el materialismo la génesis de estas dos ideologías que consideran la producción de bienes como principal sustento del bienestar humano, y plantean que cuando el hombre satisfaga todas sus necesidades materiales estará completamente realizado o que cuando se llegue a una igualdad económica los hombres serán más equitativos con lo cual se eliminarán las clases sociales. Obviamente, a estas alturas, nos damos cuenta no solo del argumento presentado al inicio, sino que ambas son farsas ampliamente comprobables en el papel e incompatibles con las realidades sociales e históricas de los pueblos. Formas diferentes de ver la concepción del capital o de la administración de recursos productivos, pero aún así, acción y reacción, de un mismo sistema: el materialista.

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