El maltrato infantil desde la Bioética
Enviado por marilucb • 6 de Diciembre de 2014 • Ensayo • 1.383 Palabras (6 Páginas) • 239 Visitas
El maltrato infantil desde la Bioética
En Chile el 73.6% de los niños, niñas y adolescentes ha sufrido algún tipo de maltrato físico o Psicológico de parte de sus padres, familiares o conocidos, según un estudio realizado el 2000 por UNICEF y SENAME. Las consecuencias del maltrato para el niño, a corto y largo plazo, son físicas, emocionales, conductuales, además de la violencia transgeneracional. Los padres que maltratan son personas de todas las clases sociales y niveles educacionales y sólo una minoría presenta alguna patología mental. Entonces cabe preguntarse ¿porqué los padres maltratan a sus hijos?, ¿por qué ocurre en el seno de la familia?, ¿qué transforma su función de cuidado y protección de un ser vulnerable en espacio de agresión y violencia?, y también ¿cómo responde la sociedad?
El motivo fundamental de la violencia es el mal encauzamiento de la agresividad, que siendo un instinto natural necesario para la vida del ser humano, requiere un aprendizaje para ser controlado y para que no se vuelva violento. Este es un aprendizaje que comienza en la niñez con el vínculo madre-hijo y con la socialización primaria que se prolonga a lo largo de toda la vida a través de la integración efectiva en la sociedad. Entonces la cultura imperante en la sociedad contemporánea puede favorecer la presencia de conductas hostiles o el desarrollo de conductas de autocontrol. Los estilos de crianza y de educación al interior de la familia y de la escuela, los modelos de convivencia social y de resolución de conflictos son factores que potenciarán un camino u otro. La presencia de factores compensadores o protectores son esenciales para mantener una buena salud mental. La aparición y acumulación en el tiempo de factores potenciadores, de riesgo o vulnerabilidad y su desequilibrio explican la aparición del maltrato. Así es como la ocurrencia del maltrato infantil se relaciona con padres con baja tolerancia a la frustración, falta de habilidades parentales, historia de maltrato, embarazo no deseado y recientes sucesos vitales estresantes. A esto se suma la existencia de un entorno familiar y sociocultural que acepta el uso de la violencia con los hijos, porque ve en el castigo una intención educadora y a la familia como un espacio de intimidad con derecho absoluto sobre los hijos, al margen de la legislación. Cuando se intenta reconstruir la historia de la infancia y de los niños con el objeto de conocer los sentimientos de los padres y los pensamientos de los niños, surge una diversidad de miradas dependiendo de las fuentes consultadas: la niñez como víctima inocente en condición de subordinación a los adultos, la referencia a la pobreza y factores estructurales y no culturales ni valóricos, la preocupación del cuidado dirigido a las normas de comportamiento, la baja valoración del niño, su abandono y la creación de instituciones de acogida o protección y el papel de la familia y de la escuela como espacio moralizante. En el siglo XX con la doctrina sobre los Derechos del Niño la infancia ha logrado instalarse en la sociedad con una fuerte imagen de la niñez. Puede ser sólo una representación idealizada de la niñez, muy distante de la realidad de muchos niños, pero es posible que ese discurso sea recibido por los niños y que ellos empiecen así a manifestar cambios en su propia auto imagen El control y protección de la infancia en nuestro país se inició con la promulgación de la Ley de Protección de Menores en 1928 y siguió con la promulgación de la Convención Internacional de los Derechos del Niño en 1990, ratificada en el Congreso Nacional consagrando los derechos del niño y regulando integralmente las relaciones con la familia, la sociedad y el Estado. La Convención reúne, en un solo instrumento legal, desde los derechos civiles hasta los derechos económicos, sociales y culturales, entre los cuales se incluyen: el derecho a la sobrevivencia y desarrollo, a la protección contra la explotación económica y sexual, a los más altos niveles de salud posibles, a la educación, a un adecuado nivel de vida, a la seguridad social, al descanso, al juego y a utilizar su propio idioma. Nuestro país aprobó además leyes que complementan el resguardo de esos derechos, como la Ley de Violencia Intrafamiliar y la
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